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Por EFE
Publicado el domingo, 1 de diciembre del 2024 a las 14:45
Londres.- Después de superar al Leicester (1-2) y al Heiddenheim en la Liga Conferencia (0-2), el Chelsea cerró una semana perfecta con su tercera victoria consecutiva, 3-0 frente al Aston Villa, marcada por los golazos de Enzo Fernández y Cole Palmer que asentaron al conjunto londinense en la zona noble de la Premier League igualado a puntos con el Arsenal en la segunda plaza.
Parece que el técnico Enzo Maresca comienza a disfrutar de todo el desgaste que ha sufrido hasta ensamblar bien sus piezas. Comenzó la temporada con una plantilla inabarcable (a mitad de agosto tenía hasta 55 futbolistas) y poco a poco ha construido un equipo que ha conseguido que el objetivo de terminar entre los cuatro primeros clasificados sea algo realista.
Y una de las últimas decisiones de Maresca, permitir a Enzo Fernández acercarse más a la portería, ha sido todo un acierto. El centrocampista argentino sufría una carencia alarmante en el arte del gol. Hasta el choque frente al Leicester del pasado fin de semana, no marcaba desde el 12 de febrero cuando celebró un tanto frente al Crystal Palace. Sumaba nueve meses de sequía y, en apenas en una semana, se ha anotado dos tantos de forma consecutiva.
El último se lo marcó a su compatriota y amigo Emiliano el ‘Dibu’ Martínez, que no pudo detener un sensacional derechazo de Enzo Fernández con el interior a bote pronto desde la frontal del área tras una asistencia de Cole Palmer. Fue el golazo del partido, a los 36 minutos, y el 2-0 que encarriló la victoria del Chelsea, mucho más vertical y eléctrico que su rival.
Y es que, además, el Aston Villa parece haber entrado en barrena. La derrota frente al Chelsea sirvió para desnudar unos números preocupantes para el equipo dirigido por Unai Emery, que acumula ocho partidos consecutivos oficiales sin conocer la victoria (dos empates y tres derrotas en la Premier League, una derrota en la Copa de Inglaterra y otros dos partidos perdidos en la Liga de Campeones).
Con ese bagaje tan negativo, el Aston Villa ha perdido nobleza en la clasificación y de pelear por los puestos europeos entre los cuatro mejores, ha caído hasta la undécima plaza, aunque sólo a tres puntos del Nottingham Forest, club que marca el límite de las plazas continentales. Todo es recuperable, no deberían saltar las alarmas en el Aston Villa porque tienen a un entrenador fiable y mucho más que competente, como ha demostrado con creces desde que firmó por el club inglés.
Pero el caso es que fue derrotado sin ningún ‘pero’ por el Chelsea, que desde muy pronto puso la directa con el tanto de Nico Jackson, antes de los diez minutos y después de rematar a la red un centro desde la línea de fondo de Marc Cucurella, también inmeso durante todo el choque. El lateral español fue una roca en defensa y dio una asistencia que aprovechó el ex jugador del Villarreal con una precisa volea desde el corazón del área que no pudo salvar el ‘Dibu’ Martínez.
Y hasta el portero argentino, siempre salvador con apariciones escandalosas, estuvo fallón, algo muy extraño. Poco después, pudo meterse en un lío tremendo tras una sesión ridícula a Jackson, que estuvo a punto de marcar otro tanto tras la errática entrega de el ‘Dibu’. El mismo guardameta arregló el desaguisado con una estirada providencial, pero ya había mostrado un síntoma de extraño de debilidad.
Lesionado, acabaría sustituido por Olsen en el descanso, aunque antes dejó alguna intervención de mérito, como las que sufrieron Palmer y Pedro Neto, mientras que en la otra portería, Robert Sánchez respondió a dos intentos de Ollie Watkins, el único que generó algo de peligro en la primera parte para el Aston Villa.
En la segunda, el choque continuó por los mismos derroteros, con el Chelsea dominador y con más capacidad para generar peligro del Aston Villa, que intentó sin éxito salir de la presión asfixiante de su rival y que, salvo un par de ocasiones aisladas de John McGinn, no tuvo mucho más mordiente.
Al conjunto londinense, no le importó vivir al contragolpe, a la espera de un tercer golpe definitivo que llegó con el golazo de Cole Palmer que selló la victoria del Chelsea. La estrella del equipo de Maresca se sacó de la chistera un zurdazo por la escuadra desde fuera del área marca de la casa. Fue el broche final a un partido perfecto para el Chelsea, igualado en la segunda plaza con el Arsenal e instalado definitivamente en la nobleza de la Premier League con permiso para soñar con cualquier objetivo que se le ponga por delante.
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