Saltillo
Por
Ana Ponce
Publicado el domingo, 6 de abril del 2025 a las 05:00
Saltillo, Coah.- Si los instrumentos musicales tuvieran un rey ese sería el órgano tubular, un instrumento de viento que genera sonido al impulsar aire por largos tubos de metal; fue el maestro Jesús Consuelo Tamayo, de Aguascalientes, quien consideró que es este el que merece el título del “rey de los Instrumentos”.
Uno de los instrumentos musicales más importantes de México es precisamente un órgano, se trata del Órgano Monumental del Auditorio Nacional (OMAN), que también es el más grande de Latinoamérica, ya que tiene más de 15 mil flautas y la capacidad de reproducir todo el repertorio existente para este instrumento.
Patrimonio musical
En Coahuila hay dos órganos tubulares que son considerados Tesoro Invaluable del Estado y Patrimonio Musical, por su antigüedad y por sus características, uno se encuentra en la Catedral de Saltillo y otro en la parroquia de San Juan Nepomuceno, ambos de más de 115 años de historia.
Funcionamiento
Estos son órganos pequeños, el primero de alrededor de 380 tubos y el segundo de poco más de 270, explicó Eliézer Jáuregui, maestro de música de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), ambos de un solo teclado de siete octavas.
“ Y tienen su pedalera completa, una pedalera de dos octavas y media. Tienen sus registros básicos, es decir, nosotros sabemos que los órganos funcionan con registros, con tiradores, como dicen los españoles, son varillas que se accionan y que internamente están conectadas a la base de los tubos”, detalló.
Asimismo, los dos órganos tubulares funcionan gracias a un compresor de aire eléctrico, una adaptación para sustituir los fuelles manuales que originalmente tenían, lo que permite que el instrumento pueda ser tocado por horas, ya que no depende de que una o varias personas estén bombeando el aire, como antiguamente se hacía.
De origen alemán
Fueron construidos en Alemania, refirió Eliézer Jáuregui, en la ciudad de Ludwigsburg, por la casa Walcker & Co., fundada en 1781 por Eberhard Friedrich Walcker, enviados a México y luego a Saltillo, para su instalación final en estos centros religiosos.
“ Cuando decimos órgano monumental hablamos de un órgano de más de mil tubos, o sea, los tubos de fachada y atrás mil tubos y de 2 a 3 o 4 teclados, más la pedalera y con sus pedales de expresión. Entonces el órgano que tenemos en Catedral es un órgano adecuado a sus dimensiones”, dijo.
“ No puedes llegar y construir un órgano gigantesco en un lugar donde la acústica no va a poder alojar todos esos sonidos, que se oiga de una manera diáfana, límpida”, añadió.
Mantenimiento
El órgano tubular de la Catedral de Saltillo recibe mantenimiento cada año y medio, éste se usa regularmente en las misas de 6 de la tarde y eventualmente en celebraciones como bodas, quinceaños o graduaciones, así como fechas importantes para la Iglesia católica.
El organista, Gonzalo Castañeda, destacó la importancia de que se mantengan en buen estado para continuar disfrutando de este patrimonio musical, pues escuchar este instrumento en momentos tan espirituales elevan aún más la conexión con lo divino.
“ Un carácter más religioso en el cual el alma se siente más purificada, se siente más relajada, se siente como que la oración llega más con profundidad, porque ya sabe usted el dicho que dice que el que canta ora dos veces.
Entonces, este tipo de órgano es lo que inspira. A uno le inspira hacerlo con más fervor, con más devoción y ese sentimiento es el que tiene uno como organista”, expresó.
Pueden rescatarse
Subrayó que estos órganos musicales, el de Catedral y el de San Juan Nepomuceno son tesoros invaluables de Coahuila, por lo que es necesario que se preserven en las mejores condiciones, pues sería muy lamentable que se perdieran por falta de mantenimiento, aunque, afortunadamente, precisó, todos los órganos pueden rescatarse, sin embargo, realizar una restauración completa es muy costoso.
“ Se ve a nuestra Catedral como un patrimonio, es una de las catedrales más hermosas de México y de América Latina, es enorme nuestra Catedral, y adentro hay muchos tesoros invaluables, y uno de ellos es el órgano, y el órgano está funcionando, da un servicio litúrgico y también un servicio cultural”, expresó.
Una oración más profunda
Don Gonzalo expresó que tocar el órgano tubular lo inspira espiritualmente, sintiéndose relajado y purificado, haciendo que su oración sea más profunda, fervorosa y devota.
“ Es un sentimiento, un carácter más religioso en el cual el alma se siente más purificada, se siente más relajada, se siente como que la oración llega más con profundidad, porque ya sabe usted el dicho que dice que el que canta ora dos veces”, dijo.
Entonces, este tipo de órgano es lo que inspira. A uno le inspira hacerlo con más fervor, con más devoción y ese sentimiento es el que tiene uno como organista. La música le hace sentir a uno más sublime el sentimiento del ofrecimiento hacia Dios”, agregó.
Consideró que es una fortuna el que en Saltillo se tengan dos órganos tubulares que aún puedan ser tocados, calificándolos como un patrimonio invaluable que debe conservarse y preservarse, pues actualmente ya no se consiguen con facilidad este tipo de instrumentos.
El organista de Catedral
El amor por la música la heredó de su padre, pues durante 30 años, Victoriano Castañeda sirvió en la Catedral de Saltillo como organista, mientras que Gonzalo realizaba otras labores dentro del templo y de la Capilla del Santo Cristo.
Aunque su padre le enseñó a tocar el órgano tubular de la Catedral de Saltillo, Gonzalo Castañeda se especializó y tomó clases de piano en la Academia Harlan Laroche, además estudió la licenciatura de Educación Física, lo que lo llevó a ser maestro en diferentes instituciones de Saltillo y Parras.
En sus inicios, alternaba con su padre, hasta que finalmente el sacerdote Humberto González lo incluyó de manera permanente, sin embargo, sólo permaneció un año y medio, pues se mudó a Parras para dedicarse a dar clases en una escuela de esa población.
Años más tarde, y ya estando en Saltillo, el presbítero Plácido Castro lo invitó a apoyarle en las misas, sumando a la fecha 15 años de servicio ininterrumpido como organista de Catedral y de la Capilla del Santo Cristo.
Un sonido claro
Señaló que el órgano de la Catedral de Saltillo suena como si fuera un órgano gigantesco porque está muy bien estructurado, refiriéndose a la cantidad de tubos con los que se logra llenar toda la nave, el sonido viaja por toda la Catedral, rebota en sus muros y se escucha de una manera clara.
El organista de Catedral
El amor por la música la heredó de su padre, pues durante 30 años, Victoriano Castañeda sirvió en la Catedral de Saltillo como organista, mientras que Gonzalo realizaba otras labores dentro del templo y de la Capilla del Santo Cristo.
Aunque su padre le enseñó a tocar el órgano tubular de la Catedral de Saltillo, Gonzalo Castañeda se especializó y tomó clases de piano en la Academia Harlan Laroche, además estudió la licenciatura de Educación Física, lo que lo llevó a ser maestro en diferentes instituciones de Saltillo y Parras.
En sus inicios, alternaba con su padre, hasta que finalmente el sacerdote Humberto González lo incluyó de manera permanente, sin embargo, sólo permaneció un año y medio, pues se mudó a Parras para dedicarse a dar clases en una escuela de esa población.
Años más tarde, y ya estando en Saltillo, el presbítero Plácido Castro lo invitó a apoyarle en las misas, sumando a la fecha 15 años de servicio ininterrumpido como organista de Catedral y de la Capilla del Santo Cristo.
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