La sorpresiva aprehensión el pasado jueves de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López (hijo de “El Chapo”) en El Paso, Texas, ha sido la nota principal de los medios de comunicación durante los últimos días, no sólo porque dicha detención fue realizada sin enterar al gobierno mexicano, sino porque a la fecha no se sabe si los narcos fueron capturados, se entregaron o “El Mayo” fue traicionado (entregado) por Guzmán López, lo que ha motivado la especulación en el periodismo de nuestro país.

Para la captura del Mayo Zambada había una recompensa de 15 millones de dólares a quien diera información de su paradero. El Mayo comenzó su carrera delictiva a los 16 años, ahora tiene 76 años, y nunca había sido arrestado pese a su destacado liderazgo en el crimen organizado, pues fue fundador del cártel de Sinaloa y reconocido como el principal líder de dicha organización criminal, calificada como una de las más fuerte a nivel mundial.

A pesar de la falta de información oficial, los medios de comunicación han llenado sus páginas de especulaciones, las cuales se reducen a tres: que fue capturado, que se entregó o que fue traicionado. Lo cierto es que no se sabe lo que verdaderamente sucedió; sin embargo, lo que nadie puede desmentir es que la aprehensión del Mayo Zambada ha puesto a temblar a políticos, gobernadores, legisladores, generales del ejército y según dicen al mismo López Obrador, por el temor a lo que pueda delatar el conocido narcotraficante, de quien nadie duda conoce el desarrollo de los cárteles mexicanos en los últimos 60 años.

El Mayo Zambada tiene conocimiento de las autoridades mexicanas de todos los niveles que fueron sobornados para que protegieran el crecimiento y empoderamiento de las asociaciones criminales, razón por la que deben estar preocupados los corruptos funcionarios que a cambio de millones de dólares, permitieron la impunidad del crimen organizado y los cárteles que los agrupan para delinquir.

Seguramente la gran preocupación parte de saber lo que sucedió, pues de haberse entregado El Mayo, es con el fin de convertirse en un testigo protegido, y utilizará la delación para obtener beneficios en su condena, lo cual para muchos especialistas en estos temas es lo más creíble, por su edad y sus enfermedades.

Se argumenta que en caso de haber sido capturado, puede mantenerse callado sin delaciones ni traiciones, tal y como se mantuvo El Chapo, por lo que fue condenado a cadena perpetua. Por otro lado, en el supuesto que fue traicionado por el hijo del Chapo, Joaquín Guzmán López, hasta ahora no se ha habido ninguna reacción por la traicionera actitud.

A la fecha, por parte del gobierno mexicano, la próxima secretaria de Gobernación que ahora funge como secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, en la mañanera solo atinó decir que no tenían información del gobierno estadunidense, y aseguró reiteradamente que el gobierno de AMLO no había participado en la aprehensión, lo cual ha provocado que se diga que el gobierno de México fue ninguneado.

Pero también se ha dicho que el ninguneo al gobierno mexicano fue porque la DEA, el FBI y el gobierno estadunidense desconfían de López Obrador y su gobierno, pues mucho se ha dicho y escrito que AMLO tiene un pacto con el crimen organizado, principalmente el cártel de Sinaloa, del que se dice financió las campañas de López Obrador desde el 2006.

De esta percepción se ha llenado el internet, pero también es verdad que se ha especulado en que al termino de su gobierno, López Obrador quiere librarse de los compromisos hechos con la delincuencia, y por esa razón ha optado por deslindarse de tal acusación, que produjo el hashtag #PresidenteNarco, que nació de su estrategia de seguridad de abrazos no balazos y de la impunidad de que gozan los delincuentes por parte del gobierno mexicano.

Incluso hay la hipótesis de que el gobierno estadunidense detuvo al Mayo, para saber sobre el pacto de AMLO y el crimen organizado, pues Estados Unidos no puede permitir que en su patio trasero se instale el populismo supuestamente socializante que López Obrador al estilo de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Sea cual fuere la situación verdadera, nadie duda que la política mexicana será influida al final del sexenio obradorista por la detención del Mayo Zambada y Joaquín Guzmán, quienes pueden demostrar lo dicho por Trump: “Los narcos pueden tumbar a un presidente en México… y vamos a bombardearlos”.

Política aldeana

En una carta que López Obrador le envió hace días a Donald Trump le advertía que cerrar la frontera desataría una rebelión, lo cual lejos de ser una advertencia, se parecía más a una amenaza nada velada, pero como es su costumbre, el presidente de México no dijo de dónde vendría la rebelión ¿de los mexicanos o de los migrantes? ¿De los gobiernos latinoamericanos o de Venezuela, Cuba y Nicaragua? Lo cierto, dicen los especialistas, AMLO ha permitido que nuestro país haya sido invadido por millares de migrantes cuyo destino es la frontera con Estados Unidos, los que agrupados en caravanas insisten en invadir al país del sueño americano, en cuyas caravanas se camuflajean todo tipo de delincuentes entre gente de bien y de trabajo. El otro problema con México es la producción impune de todo tipo de drogas, pero principalmente de fentanilo, razones por las que el candidato presidencial republicano, Donald Trump ha tomado a nuestro país de punching bag, con lo cual está de acuerdo el 50 por ciento de los votantes estadunidenses. ¿Qué pasará? Nadie lo sabe, pero un refrán popular dice algo acerca de ello: “El que obra mal, se le pudre el tamal”.

Preguntas huérfanas

¿Será cierto que la apertura de nuevas vialidades es para promover la construcción de viviendas?

¿Cuál es la opinión de los priistas coahuilenses sobre lo que está pasando en su partido con Alejandro Moreno?

¿Será verdad que el ex gobernador Rubén Moreira continúa teniendo poder en Coahuila?