Vida
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Grupo Zócalo
Publicado el miércoles, 12 de marzo del 2025 a las 14:51
Ciudad de México.- Hartos del manido “Estados Unidos primero” de Donald Trump, los canadienses y mexicanos han declarado una vendetta, con el café como bandera. De americano nada, pasa a ser canadiano o de olla. El republicano regresó a la Casa Blanca con ínfulas de grandeza y el propósito de adueñarse de lo que considera de Estados Unidos por derecho propio.
Lingüísticamente hablando supuso rebautizar por decreto el golfo de México con el nombre de golfo de América, para gran disgusto de su vecino del sur. La embestida no se ha quedado ahí. Le han seguido aranceles a Canadá y México, sus socios en el Tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC) a los que acusó de ser malos alumnos en la lucha contra la migración ilegal y el tráfico ilegal de fentanilo.
Pues bien, los canadienses y mexicanos reivindican el derecho al pataleo y algunos han decidido vengarse con una bebida muy arraigada en su cultura: el café.
Hace un mes, la compañía canadiense Kicking Horse Coffee, radicada en la Columbia Británica, ha impulsado un movimiento para cambiar el nombre del café “americano” a “canadiano” en las cafeterías de Canadá. Es su manera de promover la industria nacional en tiempos de gran proteccionismo. Dan ejemplo desde mucho antes de que Trump entrara en política.
“ Durante 16 años, nuestro Kicking Horse Cafe ha llamado discretamente “canadianos” a los americanos. Hoy, lo hemos convertido oficialmente en una tendencia y les pedimos a las cafeterías de todo el país que hagan el cambio. ¡Únanse a nosotros! Llámenlos canadianos”, escribieron en su página de la plataforma Instagram.
🇺🇸Adiós al café Americano🇺🇸🤮
Canadienses y Mexicanos, han decidido cambiar el nombre del supuesto café Americano, que es una payasada.
El café Americano no existe, los Gringos no tienen cafetales.🤣🤣
En Canadá será: “Café Canadiano” y en México: “Café de Olla”.👏🏻🇨🇦🇲🇽 pic.twitter.com/SmpSxsO5M7
— Albert_Rudo (@Albert_Rudo) March 5, 2025
Otros siguieron sus pasos en Canadá, que suele figurar en el top diez de países consumidores de café. La idea traspasó fronteras y fue acogida como pan bendito en México, en medio de tensiones diplomáticas con Washington. Pronto saltó a las redes sociales.
“ ‘Pónganos un café americano por favor’ ‘¡Cómo un café americano! ¡No me chingues! ¡Eso es una burla! Te voy a dar un café de olla'”, comienza un vídeo de la cuenta ocelotlcafe, de una cafetería de Ciudad de México.
“ En Estados Unidos no hay cafetales, por lo tanto no hay grano americano. Así que, mira, mejor chíngate este café de olla que está bien bueno y recuerda producto nacional carnal”, termina el montaje con más de 950 mil me gusta. El término café americano, diluido con mucha agua, se remonta a la Segunda Guerra Mundial.
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Acostumbrados al café de filtro, los militares estadounidenses apostados en Italia rechazaban el intenso sabor del expreso italiano y pedían que lo rebajaran con agua. Para burlarse de ellos los italianos lo bautizaron café americano.
El café de olla fue obra de las adelitas, las mujeres que participaron en la revolución mexicana. Se compone de grano molido especiado con canela, anís y clavos de olor y endulzado con piloncillo o panela. Se llama así porque se hace en una olla de barro que le da un sabor muy característico.
La venganza es más simbólica que otra cosa. Los aranceles siguen adelante mientras Canadá y México se desviven por mantener abierta la comunicación con el gobierno de Trump para calmar las aguas.
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