Saltillo, Coah.-Su nombre es Francisco Cienfuegos y es el patriarca de una familia que a esfuerzo de sus puños, a empuje de sus piernas y al tronar de sus armas, cruzan la convulsa historia mexicana del siglo 19. Una vida que desde su trinchera, sin ser central, observará todos los cambios que sucederán en ese tiempo, de los que será partícipe y hasta agente del destino. Así lo creó el historiador Will Fowler y así lo plasmó en su novela debut Patriotas (mr, 2024), una inmensa novela en su tamaño –más de 600 páginas–, pero sobre todo en ambición: “narrar una épica, aunque desde una familia”. 

Para este libro, Fowler, quien es un experto en el tema como demuestran otros de sus libros enfocados en la investigación histórica, se decantó por la ficción ya que “como historiador hubiera sido muy difícil lograr lo que quería en este libro: que una familia fuera el centro de la historia y contar esos sucesos desde su punto de vista, que fueran ellos los que percibieran esas crisis, no apelando a las grandes figuras que sí aparecen en la novela, pero de forma muy distante, muy puntual”, comentó el escritor a Zócalo en entrevista.

A lo largo del libro, Francisco Cienfuegos, quien se alista como soldado insurgente se ve inmerso en eventos como la batalla de Puruarán, en 1814, y Cerro Gordo, en Jalisco en 1847, entre otras, convirtiendo el libro no sólo “en una novela histórica, que lo es”, sino también en un libro de aventuras que llevará al lector a recorrer gran parte del país, sondeando los vientos de la época.

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El siglo 19 es un siglo sumamente violento, convulso y lleno de eventos clave para la historia mexicana que, creo que la mejor forma de narrarlo es desde este punto de vista tan íntimo, pero a la vez público, algo privado y épico. Una saga familiar te permite ver los grandes eventos históricos como el inicio de la guerra de Independencia, a partir de las decisiones que Pancho Cienfuegos toma al inicio de la novela tiene un impacto fortísimo en la vida de muchas personas, tanto en en su familia cercana como en la lejana, sin que él se dé cuenta de eso.

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Quería explorar ese aspecto pero tratando que fuera una historia tenue la que estuviera ahí, aunque permitiendo que el lector comprendiera la historia que está impactando a esa familia, que son eventos muy concretos y muy reales. Pero también me interesaba que esos personajes sobrevivieran, cómo se relacionaban entre sí y esos eventos históricos”, detalló el autor de Santa Anna. ¿Héroe o Villano?

Historia que regresa

Esa posibilidad de personajes le permitieron a Fowler deslizar otros temas, como explica “sí es una novela del siglo 19” pero va más allá, pues “la escribí como una novela decimonónica, folletínesca como lo hizo Manuel Payno, pero con la sensibilidad del siglo 21, de la modernidad, para que el lector pudiera disfrutarla.

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Por eso aparecen temas como la violencia contra la mujer, la salud mental, la homofobia. Temas candentes ahora, no tanto en ese tiempo”, explicó el también catedrático de la Universidad de Saint Andrews, en Escocia.

Pero uno de los temas centrales que recorren todo la novela y que tiene uno de sus avatares en el personaje principal, es el del mestizaje. A Francisco se le conoce como “El Indio” Cienfuegos, y al crearlo, Fowler tenía presente el concepto de la mezcla a la forma que es analizada por el Premio Nobel Octavio Paz en su ensayo seminal El Laberinto de la Soledad.

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Para la idea del mestizaje que está representada en Pancho, han sido años de analizar y de enseñar a (Carlos) Fuentes, a (Juan) Rulfo y demás autores, que nos enseñan lo maravilloso de esa fusión pero también sus contradicciones, la problemática que conlleva. Pero mientras eso está de trasfondo hay una temática de racismo que se ve en la novela a través de la manera en que tratan a Pancho.

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Y eso es así porque en una novela los personajes de ficciones son autóctonos y autónomos de cualquier ideología. Conforme comienzas a escribirlos ya son ellos mismos, y las situaciones los llevan por sus propios caminos”, detalló.

Así, Patriotas es una novela violenta pero también divulgativa, hecha de ficción pero también de realidades. Una de ellas, y quizá la más intensa es que “en los personajes que aparecen a lo largo del libro hay tics, hay ideas que recuerdan a Pancho, es una novela que nos dice que el pasado siempre vuelve, que la historia es cíclica”, concluyó el también autor de La Guerra de Tres Años, 1857-1861. El Conflicto del que Nació el Estado Laico.