México, D.F.- La barba ha tenido diferentes significados a lo largo de la historia: sabiduría, libertad, virilidad, estatus social y religioso, excentricidad, falta de higiene o refinamiento, entre otros.

Afeitarse o dejarse la barba ha significado para los varones cosas muy distintas en función de la época y la clase social. Los ricos tenían navajas de cobre y bronce, mientras que los pobres se rasuraban con cuchillos y piedras afiladas.

Unos y otros solían terminar ensangrentados, por lo menos hasta antes de 1847, año en el que el ingenioso William Henson inventara el mango.

En las primeras décadas del siglo XX, la barba era un signo de intelectualidad; durante los años 70, fue sinónimo de un pensamiento liberal y progresista, tanto que en algunos sitios se prohibía la entrada a barbudos y melenudos; en los 80, la imagen del ejecutivo agresivo exigía un rasurado perfecto; de los 90 en adelante, la barba, bigote y patillas adquirieron un nuevo protagonismo.

Hoy, para muchos representa la posibilidad de hacer más atractivo su rostro, pues el vello facial es como un maquillaje masculino. La barba permite al que no es tan hermoso rediseñarse, valiéndose sólo de su equipo de afeitar; y, al que ya es buen mozo, verse más guapo aún.

De acuerdo a una encuesta realizada en internet, al 17.39% de las mujeres les gustan los hombres barbados porque dicen las entrevistadas, hace a los caballeros más interesantes y varoniles.

Hay de barbas a barbas. Una de las más populares es la de candado, que aporta una apariencia más bohemia e intelectual. Es importante recalcar, sin embargo, que no a cualquiera la queda bien. Es necesario que al hombre en cuestión le crezca la suficiente la barba para que cierre todo el contorno de la boca; precisamente, como un candado.

Este estilo le queda bien a aquellos hombres de rostro cuadrado o muy redondo porque equilibra la forma de la cara. Puede tener diferente espesor, según las preferencias de cada uno.

No es recomendable para quienes tienen rostro con forma de diamante o de pera, porque enfatizará la forma.

Desde el interior

El bigote y la barba forman parte del estilo de cada hombre y pueden decir mucho al respecto de sus hábitos de higiene o de la preocupación personal por su imagen. Para verse guapos, el objetivo es tenerlos bien cuidados.

Para que se conserven en perfectas condiciones, primero se debe procurar una buena alimentación. Consumir vitamina B5 es ideal, ya que contiene ácido pantoténico y B3 (niacina, que es vital para el crecimiento del cabello).

También se recomienda el consumo de vitamina A. Los ácidos grasos, como el aceite de prímula, el aceite de linaza o el aceite de salmón, deben ser consumidos para incrementar el crecimiento del vello facial.

La ingesta adecuada de carbohidratos también es importante, porque son una fuente esencial de energía que ayuda en el crecimiento de los tejidos del cuerpo, incluyendo el cabello.