“El combate de Las Vacas se inició en las primeras horas del día 26 de junio de 1908; los atacantes, que eran flores-magonistas que ya no soportaban la dictadura de Porfirio Díaz, buscaban la libertad y la justicia, pero no eran seguidores de la anarquía.
Buscaban el progreso de Coahuila que se presentaba dominado por los grandes terratenientes, amparados algunos por la dictadura y otros por el poder económico, entre los cuales destacaban extranjeros que habían comprado el favor al gobierno y sus atropellos y violaciones se sucedían a diario y como todos los coahuilenses ya no soportaban más injusticia.
Se formaron los atacantes en tres diminutas columnas y marcharon resueltos en dirección del pueblo, llegaron al borde del arroyo de Las Vacas, que le daba nombre a la población que hoy lleva el de Acuña, al otro lado del arroyo se encontraban las tropas del gobierno.
Atravesaron el arroyo con el agua hasta la cintura, los soldados se levantaron en desorden ante la decidida acometida de los rebeldes, huyendo hacia el poblado, buscando el abrigo de las casas, otros desertaban pasando a nado el próximo Río Bravo, para internarse en los Estados Unidos.
Al frente de los rebeldes iba un bravo norteño, su columna fue la primera en llegar a combatir la guarnición: Benjamín Canales Garza.
Benjamín era primo de don Eutaquio Canales, abuelo del notable historiador Álvaro Canales Santos (de quien tomé los datos), y don Eutaquio describía a Benjamín como minero de carbón, procedía de Lampazos en Nuevo León, en donde nació hacia 1880, era alto, de buena figura, de grandes y vivos ojos en el rostro colorado, de mirada inocente, pero de mucho coraje.
No se dejaba de nadie y su carácter le valió muchas reprimendas y amonestaciones de sus jefes y las autoridades, con perfil recto, puro, viril, magnífico con sangre de rebelde y de guerrillero, ya que varios de sus familiares se habían levantado en armas en contra de la dictadura.
La figura de Benjamín Canales se destacaba entre los demás en el combate de Las Vacas los soldados le dispararon y el siguió avanzando entre la lluvia de balas, disparaba su carabina, alentando a sus compañeros a avanzar y cuando se acercaba a la puerta del cuartel recibió una bala en la frente acabando con su vida.
El combate se perdió, hubo muchos rebeldes muertos en acción, pero la mecha quedó encendida.
Ciudad Acuña se enorgullece de Benjamín Canales, a quien consideran como su primero y único héroe, a quien recordamos en la celebración del centenario de la revolución mexicana.”
(Tomado de “Las Cosas de Coahuila” Benjamín Canales, columna periodística de Álvaro Canales Santos)
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