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Hay acontecimientos que se guardan en la memoria y salen a la luz cuando menos lo esperamos. Sucesos donde la tragedia hizo su aparición un día de manera inesperada y nos llegó directo al corazón.
¿Cómo no sentir empatía con las madres buscadoras? ¿Cómo no orar por ellas y por las criaturas cuyo paradero se desconoce? ¿Cómo no indignarse con quienes ocultaron lo que estaba ocurriendo? ¿De verdad ninguna autoridad se dio cuenta? ¿Dónde están quienes debieron garantizar la seguridad de los ciudadanos?
Debe haber una explicación a todo lo que ha sucedido en algunas regiones de nuestro querido México. Como si fuera una regla, se apuesta al olvido.
Algo que jamás va a suceder, ya que sólo quien ha vivido una tragedia por la causa que sea, por violencia -directa o no- o por algún fenómeno natural, siempre lo sucedido va a permanecer como un triste y doloroso recuerdo.
La Secretaría de Medio ambiente y Recursos Naturales, ha reconocido el daño ¡por fin! que ha ocasionado en algunas zonas de la Península de Yucatán, la construcción del Tren Maya ¿por qué razón quienes estaban encargados de la obra no la detuvieron?.
Porque hay que recordar que los señalamientos que se hicieron oportunamente provenían de grupos de expertos.
De nada sirvió que grupos ecologistas protestaran una y otra vez por la tala indiscriminada de árboles para la construcción de una obra innecesaria. Obras faraónicas por capricho más que por necesidad.
Como siempre sucede, el daño brutal que se causa por la intransigencia de algunos individuos, en este caso al Medio Ambiente, es irreversible.
Por cierto ¿a dónde se fue la madera de los árboles? ¿Quién o quiénes participaron en el gran negocio?.
Aceptar, por parte de Semarnat que sí causó daño tala de árboles resulta muy tarde. La soberbia de quienes están en el poder y se creen dueños de los recursos del país, es verdaderamente inaceptable.
¿Cuánto nos ha costado el capricho de gobernantes? Sin duda, muchísimo si hablamos de recursos económicos.
Sin embargo, ningún presidente se había atrevido a tanto como el que se fue y permanece oculto.
El odio que le carcome el alma no proviene de la política y de las frustraciones en su juventud. El señor porta el ADN de la maldad, de la destrucción, de la mentira y la traición.
Y no existe peor traición que dilapidar el dinero que corresponde a los trabajadores y emplearlos en comprar conciencias. Se traiciona cuando se realizan negociaciones en lo “oscurito” y se pone en riesgo la seguridad del país y sus habitantes.
Un individuo que hace pactos con mafias y permite la producción y distribución de droga, no sólo se convierte en cómplice de delincuentes sino en un traidor a su patria. Una patria que tarde o temprano deberá reclamar su pésima actuación como presidente.
La criminalidad va en aumento, aunque lo nieguen. Y lo peor de todo es que no vamos a saber hacia dónde mirar. ¿Quién nos va a proteger? A que dependencia debemos recurrir si la mayoría de ellas ya no nos pertenecen.
Había que desaparecerlas. Y también desaparecer sus recursos económicos; fideicomisos que se hicieron y crecieron tiempo atrás. Dejó, la eliminación de fideicomisos sin apoyos a niños, enfermos, estudiosos, en fin.
Ni se nos ocurra enfermarnos porque no hay medicamentos disponibles. La buena noticia es que va a haber. Cuando se terminen de construir los nuevos hospitales que estarán a la altura de grandes ciudades europeas.
Bueno, supongo. No hay que perder las esperanzas. Recuerde que en la mañanera nos dicen que vamos muy bien.
Si requerimos viajar, hay que llevarnos nuestras oraciones a mano y ponernos a rezar todo el camino. A nosotros no nos alcanza para blindar nuestro vehículo como tampoco para contratar escolta. Esos beneficios son para los diputados, senadores y funcionarios del gobierno como premio a su exitoso trabajo de destruir al país.
Dios nos libre de un problema que nos envíe la naturaleza. Con eso del cambio climático -que es real- nadie puede garantizar que un desastre natural pueda evitarse. Dios nos apiade porque los recursos del Fonden se esfumaron.
No hay duda que la gente del gobierno requiere salir y darse un buen baño de realidad; no bastan los discursos que son una burla para los ciudadanos, donde se presume “no mentir, no robar y no traicionar”.
Que más traición que desaparecer organizaciones autónomas que funcionaron bien. Y pronto, una elección engañosa del Poder Judicial. Todos al servicio de YSQ.
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