Ciudad de México.- La única orden es: No se quiten el cubrebocas para respetar las medidas sanitarias ante la pandemia de coronavirus… Y no falta el mexicano que incumple las reglas en plena Ceremonia Inaugural de Tokio 2020, ya que lamentablemente el halterista Jorge Cárdenas se quitó el cubrebocas mientras desfilaba.

La delegación mexicana atendía las indicaciones, encabezados por Rommel Pacheco y Gaby López como abanderados en el Estadio Olímpico de Tokio, cuando en primer plano Jorge Adán Cárdenas Estrada se bajó el cubrebocas para sacar la lengua, hacer la seña de amor y paz, y sonreír, contraviniendo las indicaciones.

Lo peor es que todo quedó grabado por la televisión a nivel mundial y puedes verlo en el video a continuación en el segundo 00:25, cuando el señalado se baja el cubrebocas y saca la lengua para saludar.

Si bien todos los deportistas presentes han sido sometidos a múltiples pruebas para detectar COVID-19 y son negativos, lo que se reprocha es el desacato a una de las órdenes principales en la pandemia. Sin olvidar que esta ceremonia es vista por 4 mil millones de personas a nivel global y muchos de ellos encuentran en los atletas ejemplos a seguir.

¡EL ORGULLO MEXICANO LLEGA A #Tokyo2020! 🇲🇽♥️@GabyLopezGOLF y @Rommel_Pacheco, los abanderados de México en la Ceremonia de Inauguración #VamosConTokyo

EN VIVO: https://t.co/udT9MgsnfN pic.twitter.com/rj1Smdu3hf

— MARCA Claro (@MarcaClaro) July 23, 2021

Mexicanos y su mal ejemplo en grandes eventos

Desafortunadamente, los mexicanos suelen estar relacionados a episodios bochornosos en las máximas citas deportivas como son los Juegos Olímpicos y Mundiales de futbol.

A este incidente del levantador de pesas, Jorge Cárdenas, en Tokio 2020, podemos añadir al aficionado que activó la palanca de emergencia en el Tren Bala de Japón en el Mundial 2002 o aquel que orinó sobre la flama del soldado desconocido durante Francia 1998.

También el hombre que en estado de ebriedad se arrojó de una embarcación y falleció durante Brasil 2014; y para no ir tan lejos, los miles que en partidos de futbol siguen haciendo el grito homofóbico.