Vida
Por
Excélsior
Publicado el jueves, 24 de abril del 2025 a las 15:53
Ciudad de México.- Hace unos 20 millones de años, en el actual sur de Nueva Zelanda, un grupo de cangrejos de río de gran tamaño habitaba los antiguos lagos de la región de Otago Central.
Con cuerpos robustos, pinzas desarrolladas y mandíbulas diminutas, estas especies acuáticas coexistían en ecosistemas de agua dulce hoy extintos.
Un estudio liderado por científicos de la Universidad de Flinders (Australia) y la Universidad de Canterbury (Nueva Zelanda) reveló este hallazgo mediante el análisis de pequeños fragmentos fósiles encontrados en el yacimiento de St Bathans, una de las zonas paleontológicas más importantes del país oceánico.
Los restos identificados no provienen de esqueletos completos ni caparazones, sino de mandíbulas fosilizadas de unos pocos milímetros, que se preservaron gracias a una estructura mineralizada cubierta de apatita, una sustancia similar al esmalte dental en mamíferos.
Estas piezas fueron recuperadas tras tamizar toneladas de sedimento lacustre, y representan uno de los pocos ejemplos concretos de cangrejos de río fósiles en el registro paleontológico mundial.
En total, se identificaron ocho fragmentos mandibulares, cada uno con características morfológicas distintas, lo que sugiere la existencia de al menos tres especies diferentes habitando el mismo entorno.
Los investigadores estiman que algunos de estos cangrejos pudieron alcanzar longitudes de hasta 25 centímetros, lo cual representa más del triple del tamaño de las especies actuales del género Paranephrops, las únicas existentes hoy en Nueva Zelanda.
Actualmente, estas dos especies contemporáneas viven separadas geográficamente dentro del archipiélago. El descubrimiento de tres especies conviviendo en un mismo ecosistema hace millones de años sugiere que la biodiversidad acuática del Mioceno era mucho mayor de lo que se creía.
Desde 2001, el yacimiento de St Bathans ha revelado fósiles de aves extintas, peces, cocodrilos de agua dulce e incluso mamíferos terrestres. La incorporación de los cangrejos de río a esta lista amplía la comprensión del ecosistema lacustre del Mioceno, una época en la que Nueva Zelanda funcionaba como una especie de arca biológica aislada.
Los cangrejos, según el estudio, habrían desempeñado un papel central en el reciclaje del fondo lacustre, alimentándose de restos orgánicos y sirviendo a su vez como presas de peces depredadores y aves acuáticas.
Además de las mandíbulas, el equipo paleontológico identificó por primera vez en el país lo que se conoce como “yabbie buttons”, pequeñas estructuras calcificadas que los cangrejos de río forman en sus estómagos para almacenar calcio antes de mudar su caparazón.
Estas formaciones redondeadas habían sido mal catalogadas durante décadas como dientes fósiles de peces. Su correcta identificación abre nuevas posibilidades para reinterpretar restos similares en colecciones paleontológicas de otros países.
El hallazgo subraya la importancia de los fragmentos minúsculos en la reconstrucción de la historia natural. Mientras que los grandes fósiles de dinosaurios o mamíferos suelen ocupar los titulares, este descubrimiento demuestra que vestigios milimétricos pueden transformar el conocimiento científico sobre ecosistemas completos.
Este estudio también sugiere que existen numerosos restos mal identificados en colecciones fósiles del mundo, que podrían reevaluarse a la luz de esta nueva información sobre los cangrejos de río del Mioceno.
Notas Relacionadas
Más sobre esta sección Más en Vida
Hace 21 horas
Hace 22 horas
Hace 23 horas
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 2 dias
Hace 2 dias
Hace 2 dias
Hace 2 dias