Ciudad de México.- Era considerado el restaurante más antiguo de la Capital. Durante 160 años se mantuvo funcionando en la Calle Belisario Domínguez 72. Fue visitado por políticos y celebridades.

Luego vino la emergencia sanitaria y las puertas del local de la Hostería de Santo Domingo tuvieron que cerrarse.

La pandemia arrasó con restaurantes y cantinas emblemáticas del Centro Histórico, algunos de ellos con más de 100 años de historia, explicó el cronista Óscar Blanco, creador de la cuenta de Twitter Crónicas de la Ciudad Perdida.

Su cierre, detalló, no sólo tiene implicaciones económicas sino también a nivel cultural, al tratarse de espacios donde se creaba la memoria colectiva de la Capital.

“ Todas estas pérdidas son materiales pero también se pierden las historias que rodean estos espacios, lo más triste que se va perdiendo y, sobre todo, el sentido de pertenencia, si uno va ahora el Centro ya no va a los chiles en nogada. Eso se va perdiendo y eso es lo que le da sentido a las ciudades. La Ciudad de México era distinta a Querétaro, a Veracruz por esos espacios”, dijo. 

De acuerdo con cifras de la industria restaurantera, en la Zona Metropolitana dejaron de operar más de 13 mil 500 negocios entre 2020 y 2021, como consecuencia de las restricciones por el Covid.

Armando González, gerente de la Hostería, contó que el local de Belisario Domínguez no permitía tener una ventilación adecuada. Poco a poco, los clientes, incluso los más asiduos, dejaron de visitarlo.

Para mediados de 2021, el restaurante, reconocido por los chiles en nogada, dejó este inmueble para trasladarse a un espacio en San Ángel, en la Alcaldía Álvaro Obregón.

El Salón Luz, que estaba ubicado en Gante y Venustiano Carranza, bajó la cortina de manera definitiva.

La cantina fue fundada en 1914 y en su carta destacaban algunos platillos de inspiración alemana. Hoy el inmueble es ocupado por un restaurante de comida japonesa.

De acuerdo con Blanco, su cierre se debió a que los propietarios del inmueble buscaron aumentar la renta a los administradores del Salón. El ajuste resultó insostenible.

Otro caso fue el de la cantina La Vaquita, en Mesones e Isabel La Católica, donde se instaló desde 1920. Por el lugar desfilaron figuras como Frida Khalo, Diego Rivera y Carlos Monsiváis. Hoy, en ese punto se encuentra un cartel de “se renta”.

Para otros negocios, la emergencia sanitaria significó sólo un cierre temporal.

Es el caso del Gallo de Oro, con 147 años, y que, pese a enfrentar dos interrupciones en su servicio en 2020, logró sobrevivir.

Para mantener viva la memoria de los restaurantes que han desaparecido, Blanco y Andrés Guzmán, también cronista, comparten en Twitter fotografías de estos lugares, un esfuerzo por preservar en el mundo digital las estampas de un pasado en extinción.

“ Hay cosas que se quedan en uno y ya nadie las comparte (…) la historia oral es más fácil de perderse, esta aportación que ponemos en nuestras cuentas es para tratar de mantener esa historia”, dijo Guzmán.