Coahuila
Hace 4 meses
Las personas y su entorno son inseparables. El desafío a todo auténtico humanismo es la historia común que nos relata la expresión más significativa: la ciudad.
El 18 de marzo de 1977, en Saltillo, se fundó el Colegio Coahuilense de Investigaciones Históricas para investigar, difundir y custodiar la conservación del patrimonio histórico de Coahuila. Recuerdo que uno sus miembros de número, hoy ausente, fue mi tío Jesús Alfonso Arreola Pérez, a quien alguna vez escuché que la primera tarea del Colegio, había sido acordar, con documentos y datos indubitables, presentados por los expertos historiadores, la fecha de la fundación de nuestro querido Saltillo siendo Gobernador de Coahuila don Óscar Flores Tapia, fuerte impulsor de la educación, la historia y la cultura. Era fundamental definir la fecha de fundación; era del dominio público, que Saltillo cumplía 400 años ese año de 1977.
Los españoles se asentaron en el Valle de Saltillo, encontraron un lugar propicio para fundar una población del reino de la Nueva Vizcaya, cuya capital era Durango. El territorio cubierto de vegetación desde la sierra y con manantiales, formaba parte de la geografía que atraía al enriquecimiento por la plata encontrada en Mazapil, Zacatecas y la Laguna de Patos, hoy General Cepeda.
Los conquistadores encabezados por el portugués Alberto del Canto, informaron las poblaciones fundadas y el nombre de la Villa de Santiago de Saltillo en 1577 se acepta; acordando los historiadores, hace 47 años, que la probable fecha de fundación era el 25 de julio después de extensos estudios en el Colegio.
En el México independiente, la Villa de Santiago del Saltillo fue nombrada “Leona Vicario” y el pueblo de San Esteban “Villalongín”; las denominaciones no duraron y en 1827 se integraron a una sola población llamada “Saltillo” y ese mismo año la capital de Coahuila se trasladó de Monclova a Saltillo.
La vida de la ciudad se abrió a los cambios contemporáneos a partir de 1883, con el arribo del ferrocarril y después con la electricidad, el telégrafo, los automóviles y el aumento de libros y periódicos. Hacia 1930 se fundó la hoy Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, en 1951 el hoy Instituto Tecnológico de Saltillo, y en 1957 la hoy Universidad Autónoma de Coahuila.
La vida agrícola de Saltillo se transformó a gran velocidad hacia la actividad industrial; las enormes huertas desaparecieron y las industrias dominan el paisaje actual donde no hay distancia ni servicios diferenciados con Ramos Arizpe y Arteaga, conectando una metrópoli cosmopolita en la Región Sureste de Coahuila.
Las aportaciones de Saltillo y su gente a nuestra nación, en historia, educación y cultura son incuestionables; pero quiero concluir mis apuntes reconociendo las aportaciones artísticas que quedan en firme evidencia con la Fiesta Internacional de las Artes (FINA) que los gobiernos Municipal y Estatal organizan con motivo del aniversario 447 de nuestra ciudad. Los programas de naturaleza animada, las video proyecciones 3D sobre árboles y vegetación que cuentan la historia de nuestra ciudad y la proyección de películas en lugares poco habituales para el cine, ofrecen una gran experiencia a Saltillo y su gente.
Mantener la seguridad, los valores y las costumbres locales; el acceso a la vivienda asequible, el control urbano eficiente, la movilidad adecuada, las acciones de adaptación al cambio climático y la gobernanza son desafíos de las ciudades del futuro. Seguir trabajando, desde cada dimensión, por el cuidado de la casa grande de las y los saltillenses para ofrecer un lugar seguro y digno a las nuevas generaciones, es tarea de todos.
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