Por: Roberto Gómez Junco
Por un lado, la gran oportunidad del Guadalajara de confirmar su mejor momento con base en esos sólidos argumentos colectivos que ha sabido esgrimir. Y por el otro, la inmejorable oportunidad del América de empezar a revertir las cosas haciendo valer el mayor peso de tantas individualidades que en este torneo no han pesado.
Hoy se cumplirá con una edición más del Clásico de Clásicos.
Dentro de la Jornada 7 de este intermitente Torneo de Apertura 2024, el América y las Chivas se enfrentarán en una cancha prácticamente neutral.
Si en estos casos la condición de local suele pasar a segundo término, porque a las Chivas les gusta la cancha del estadio Azteca tanto como al América le sienta bien la del Guadalajara, el hecho de jugar ahora en el estadio de la Ciudad de los Deportes, o Azul, o Azulgrana, se convierte en otro ingrediente especial que equilibra las cosas en este inusitado duelo.
Inusitado porque ambos equipos llegan en condiciones muy distintas a las previstas hace unos meses, con las Chivas, increíblemente, como favoritas en la teoría y a la espera de confirmarlo en la práctica.
Ni el más optimista de los rojiblancos hubiera supuesto que a esta importante cita llegaría el Guadalajara tan arriba de su acérrimo adversario después de seis partidos jugados por ambos.
Las Chivas con tres victorias, dos empates y una derrota, 11 puntos y una diferencia de +7 en su balance de goles anotados y recibidos, ocupando el sexto lugar de la tabla, pero con un partido menos que los Xolos y el Monterrey, como cuarto y quinto. Y el América sin empates, pero solamente con dos triunfos y ¡cuatro derrotas!, con una diferencia de goles de -3 y ubicado en el lugar 12, lo que implica no estar ni siquiera en zona de Play-in.
El actual bicampeón del futbol mexicano, este América de André Jardine que sin lugar a dudas ha sido en términos generales el equipo que mejor futbol ha desplegado durante cinco o seis torneos, desde antes de la llegada del técnico brasileño, en este ha tenido un desconcertante primer tercio de la fase regular, mucho peor que el contemplado por el más pesimista de sus seguidores.
A diferencia de las bien organizadas Chivas de Fernando Gago, siempre competitivas y cada vez más eficientes en su desempeño, capaces de jugarles a tope a equipos que evidentemente cuentan con mejores planteles, como en el caso de su contrincante de esta noche. y de los Tigres, el Cruz Azul, el Toluca y el Monterrey.
Por un lado la gran oportunidad del Guadalajara de confirmar su mejor momento con base en esos sólidos argumentos colectivos que ha sabido esgrimir. Y por el otro, la inmejorable oportunidad del América de empezar a revertir las cosas haciendo valer el mayor peso de tantas individualidades que en este torneo no han pesado.
Gane quien gane, que por favor lo haga con un futbol acorde con la importancia de este Clásico Nacional, del Clásico de clásicos.
En este mundo del futbol mexicano y mundial cada vez más envuelto en las apuestas, y contaminado por ellas, seguramente los correspondientes “momios” favorecen en esta ocasión a la escuadra visitante. Pero como ya se sabe que estos partidos son “otra cosa”, más valdría no apostar mucho. ¿O sí?
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