En Nuevo León no alcanza el agua que tienen para asegurar la distribución del elemento, un acicate político para el Gobernador

Apocalíptico. Así, con ese titular y ese calificativo consignaban los medios de comunicación las escenas en las calles de municipios como Guadalupe, Juárez, Escobedo, Apodaca, San Nicolás y García, en el vecino estado de Nuevo León, donde el desabasto de agua se agudizó en la última semana.

Las madres de familia, con tinas o cubetas en mano, los bloqueos de calles y la búsqueda de agua potable en sistemas de riego en plazas públicas era el común en la zona urbana, donde las personas han salido a reclamar por el desabasto que se registra ante la falta de lluvias y las fallas en las exploraciones y garantía de suministro del vital elemento en tierras regiomontanas.

Algunos inconformes lanzaban consignas a las autoridades.

Otros preferían caminar y buscar quién abasteciera los tinacos o depósitos en casa, pues sin el elemento no hay manera de sobrevivir en medio de las altas temperaturas, que no dan tregua en este verano.

No hay agua permanentemente en las tuberías de uso doméstico y comercial, porque el tandeo inició desde hace tiempo ante la poca o nula recarga en los mantos freáticos.

Es la estrategia de las autoridades en Nuevo León que busca mantener el tandeo como parte de la estrategia para administrar la necesidad de agua de sus más de 5 millones de habitantes.

Especialistas en temas políticos han dicho que la situación es un acicate político para el Gobernador de Nuevo León, que recién salía de un escándalo por el caso Debanhi, ahora está en medio de un asunto que agobia a la ciudadanía y que traspasa las fronteras de una política pública emergente.

No alcanza el agua que tienen para asegurar la distribución del elemento. Mientras que las precipitaciones pluviales no logran la recarga de presas.

Lo que obligó a las autoridades a establecer menos de cinco horas de abasto en las colonias de la Zona Metropolitana de Monterrey, donde las protestas ayer arreciaron.

Juan Ignacio Barragán, director de Agua y Drenaje de Monterrey, atribuyó el problema a la falta de lluvias y a la alta demanda por la ola de calor que se resiente en esta época del año, lo que ha obligado a que habitantes de esta entidad recurran a tiendas de Saltillo para comprar agua embotellada y otros insumos, como tinacos o baldes para el almacenamiento del agua.

No es solo que Monterrey padezca un problema que han documentado los medios de comunicación y las redes sociales, casi en tiempo real. Porque la situación debe llevar a las autoridades locales a generar esquemas de abasto de largo aliento, campañas de cuidado en el uso del agua e incentivar el reciclaje del agua.

La situación no está tan lejana. Y conste que no lo digo yo, sino expertos de la Asociación de Usuarios del Agua (AUAS) que han insistido en la necesidad de visualizar la seguridad de suministro del vital líquido para la población en Saltillo y los municipios de esta región.

¿Pero cree que las “escenas apocalípticas” en tierras regias las veremos cerca de Saltillo? ¿Sería importante diseñar y desplegar mecanismos de cuidado del agua potable?

¿Qué opina?