Saltillo
Por Arturo Estrada
Publicado el miércoles, 22 de marzo del 2023 a las 04:10
Saltillo, Coah.- Saltillo puede sostener una población de hasta un millón 275 mil habitantes con las fuentes actuales de agua, según estudios hidrológicos realizados hace 28 años. Un límite que cada vez está más cercano de ser alcanzado.
Desde inicios del siglo 20, la amenaza de falta de agua se volvió una constante en el ideario colectivo de los saltillenses. Diferentes estudios, funcionarios y publicaciones dan fe de esto a lo largo de las décadas.
Con la llegada de nuevas empresas y el crecimiento de la ciudad, el tema del agua ha sido una interrogante permanente.
Hoy, ante el potencial arribo de las proveedoras de la armadora Tesla que se instalará en Santa Catarina, Nuevo León, las autoridades estatales y municipales voltean al agua tratada, la misma que es vertida al arroyo sin reutilizar, a una media de 24 millones de metros cúbicos por año.
¿Pero en realidad cuánta agua hay en Saltillo? Por años las autoridades no han logrado precisar la situación real de los acuíferos; sin embargo, información reciente proporcionada por Aguas de Saltillo puede arrojar alguna luz sobre esta incógnita.
La profundidad media de los pozos de las cinco zonas de explotación es de 462.8 metros, mientras que los niveles dinámicos, es decir los espejos de agua, están a una profundidad de 198.6 metros, lo que implica que las fuentes están por arriba de la mitad, para tocar fondo.
Así, en la zona de Carneros sus pozos tienen una profundidad media de 505 metros y su nivel dinámico se mantiene por los 200 metros. Los de Loma Alta llegan hasta 533 por debajo de la superficie, y sus niveles están por los 190 metros.
Los de San Lorenzo-Terneras tienen una profundidad media de 335 metros, y sus espejos están a 138 metros; los pozos de Zapalinamé se encuentran a 435 metros de la superficie, pero sus niveles están sobre los 215 metros; y los puntos de extracción de Agua Nueva, su fondo está a 488 metros del suelo, y el espejo de agua se encuentra a 250 metros.
El alcalde José María Fraustro Siller aseguró que es permanente la supervisión de las fuentes de explotación; así, pese a la baja precipitación que se ha registrado en la región durante los últimos años, el adecuado manejo del agua subterránea garantiza que no habrá problemas en un corto o mediano plazo.
Destacó que Aguas de Saltillo tiene un reporte diario de cómo están los 94 pozos, cuál es el nivel dinámico que tienen, el gasto de cada uno de ellos.
Pese a que 2022 fue un año de bajas precipitaciones, los pozos de las cinco zonas de captación cerraron con un promedio de menos de un metro en la reducción de los niveles.
Las zonas de Carneros y Agua Nueva prácticamente no presentaron variaciones importantes en sus niveles dinámicos en el último año, mientras que los de Zapalinamé y San Lorenzo-Terneras, solo bajaron un metro en promedio. Donde sí se observó una baja mayor fue en los pozos de Loma Alta con una reducción de dos metros.
La captación Carneros pertenece al acuífero Saltillo Sur; mientras que las zonas de Loma Alta, San Lorenzo-Terneras y Zapalinamé explotan el acuífero Saltillo-Ramos Arizpe; en tanto que Agua Nueva forma parte del acuífero Cañón de Derramadero.
El secretario de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Enrique Martínez y Morales, aseguró que viene una nueva zona metropolitana interestatal entre Santa Catarina, Nuevo León y los municipios de Ramos Arizpe, Arteaga y Saltillo, con la llegada de la planta de Tesla.
También aseguró que la región tiene agua suficiente para afrontar un crecimiento acelerado habitacional e industrial.
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En el caso de la Región Sureste no tenemos problemas de abasto, la operación del sistema de Saltillo ha sido muy eficiente, los ciudadanos han sido muy responsables en el consumo. Aguas de Saltillo es uno de los organismos mejor evaluados en cuanto a la operación de agua de todo el país, reconocido por instituciones internacionales, sin embargo, hay que tener la previsión siempre”, expuso.
Advirtió que es necesario impulsar –sobre todo– el consumo del agua tratada, que en la región se tira por millones al arroyo.
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Hay tres empresas que consumen agua tratada, pero sus volúmenes de demanda son muy marginales. Hay dos empresas, muy grandes, que tienen tiempo manifestando interés en la compra de agua gris, en caso de que el proyecto continúe, que son Kimberly y DeAcero, que tienen una demanda de 200 litros por segundo. Actualmente la línea tiene una producción de 450 litros por segundo de agua rodada por gravedad, sin necesidad de rebombeo, ni un costo energético adicional. Aunque la planta produce mucho más”, expuso.
Para este tema, continúan las reuniones con diferentes funcionarios para hacer una estrategia en conjunto, “pensando en la generación de una nueva región metropolitana entre dos estados, y es algo que no se puede inventar, se trabaja en esto día a día”.
Para evitar la inversión estatal y construir los 6 kilómetros de tubería faltante, se plantea vender el agua gris en el punto donde termina la red, y que la industria de allí la compre para su distribución; lo que implicaría que cada empresa tendría que invertir para llevar el agua.
Aunque se ha contemplado realizar la obra mediante un esquema de Asociación Público-Privada (APP), el funcionario estatal consideró que ese modelo los retrasaría aún más la venta del agua.
El proyecto de la Línea Morada arrancó en 2013 y hasta 2020 se realizaron inversiones por un total del 63.4 millones de pesos en 18 kilómetros de tubería. Para el tramo faltante, se estima que se requieren 50 millones de pesos.
Para el diputado federal Jericó Abramo Masso es vital realizar reformas para que desde el centro se promueva el uso del agua tratada, incluso con incentivos por parte de la Comisión Nacional del Agua, cosa que no ocurre en la actualidad.
Al año, se tiran lo equivalente a 106 millones de pesos de agua tratada al arroyo, del líquido que no es vendido ni reutilizado.
Actualmente, quien paga la mayor parte del costo del tratamiento de las descargas son los 271 mil clientes de Agsal, que al año desembolsan 71 millones de pesos por el servicio de saneamiento.
El 97% de la producción de la Planta Tratadora de Aguas Residuales de Saltillo termina en el arroyo; el resto se reutiliza en riego y una mínima parte se vende a DeAcero, por la cual se obtienen 1.4 millones de pesos anuales.
Anualmente, el consorcio Ideal Saneamiento de Saltillo trata 25 millones de metros cúbicos en la planta principal; en tanto que un millón 555 mil metros cúbicos son tratados en la planta del Gran Bosque Urbano, de los cuales son empleados el 80% para el riego de áreas verdes; el resto se vierte al arroyo Ceballos para cubrir con la cuota ambiental.
En meses recientes, el Gobierno municipal concluyó la instalación de un sistema de riego automatizado, a base de agua tratada, en el camellón del bulevar Venustiano Carranza, que incluye válvulas eléctricas y tuberías; desde la calle Chihuahua hasta la calle Canadá.
Actualmente el Municipio reutiliza la mayor parte del volumen del agua gris de la planta del Bosque Urbano, cuando apenas tres años atrás solo se empleaba 68% de la producción, lo que implica que un millón 244 mil metros cúbicos ahora se usan para la atención de espacios públicos.
La Administración municipal supervisa y da seguimiento a la operación, y mantenimiento de las dos plantas tratadoras, así como la red de agua tratada destinada al riego de áreas verdes; con una capacidad conjunta para tratar mil 270 litros por segundo. Es decir, que actualmente las plantas operan al 62% de su capacidad instalada.
Aunque se cuenta con una línea morada, solo está reutilizando el 0.72% del agua que sanea la planta principal; debido a que la Comisión Estatal del Agua y Saneamiento (CEAS) no ha logrado concretar una mayor venta.
En 22 años, Aguas de Saltillo ha invertido más de mil 580 millones de pesos en renovación de red, nuevos pozos, tanques, obra pública, tecnología, acciones y equipo para mejorar las operaciones.
En 2001, la eficiencia física del Simas Saltillo era de 28%, hoy es de 79%; mientras que la de cobranza rondaba por 52%, y hoy está en 98.7 por ciento.
Durante el último año, mediante el empleo de técnicas mixtas para la detección y reparación de mil 700 fugas invisibles, la paramunicipal evitó el desperdicio de 130 litros por segundo.
Se han realizado acciones como el redimensionamiento y rehabilitación de los pozos, tratamientos de mejora de su permeabilidad, programación de paros para recuperación de niveles, digitalización de su comportamiento y automatización de su operación así como la instalación de estaciones meteorológicas.
En el último año, Agsal sumó 19 mil viviendas dentro del servicio continuo o diario. Ahora, 96.7% de los saltillenses tiene un servicio con menos cortes, lo que ahora deja a 8 mil 957 hogares por recibir este beneficio.
En la mañana del domingo 7 de abril de 1963, la nota principal del periódico Heraldo, Diario de Saltillo, tenía por título “Amenaza Saltillo la mayor escasez de agua”, con 35 litros por segundo el déficit, y se aseguraba que los barrios del Ojo de Agua y del Águila de Oro serían los afectados.
La información provino del entonces Departamento Municipal de Agua y Drenaje, donde se dio a conocer que solo estaban operando los pozos de la Bellavista.
Según el libro El Agua como Senda de Vida en la Historia de Saltillo, escrito por María de Guadalupe Sánchez de la O, Carlos Manuel Valdés Dávila y Ernesto Alfonso Terry Carrillo, este tipo de alertas, amenazas y declaraciones han sido constantes a lo largo de los años.
En 1980, con la llegada de la industria automotriz, las expectativas en torno al agua fueron muy similares a las vividas hoy en día, por el crecimiento que se generó en los años subsecuentes.
Para el año 1995, las empresas Fresse and Nichols, Woodward Clayde y Guytron, realizaron estudios hidrológicos en la región y se localizaron mantos freáticos en la zona de Carneros a una profundidad de 500 y 600 metros, y que terminaron aportando un caudal de aproximadamente 500 litros por segundo.
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Sin embargo, los especialistas señalaron que este caudal, sumado a los pozos de la zona de Zapalinamé no sería suficiente para satisfacer la demanda que crecería inevitablemente en los años siguientes”, señalaron las empresas.
Quienes realizaron estos trabajos, advirtieron que las zonas de captación eran sobreexplotadas –desde entonces–, lo cual significaba que se extraía un flujo más alto que la producción sustentable de cada zona.
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Estas empresas afirmaban que con los recursos que se tenían de agua subterránea, más la incorporación de las áreas que ellos recomendaban, se lograría obtener el abastecimiento de agua necesario para satisfacer la demanda por un periodo limitado de tiempo”, describe el libro.
Según el estudio, con base en el flujo total de las zonas de captación, a largo plazo, “pudiera abastecer a una población de entre 800 mil y un millón 275 mil habitantes, dependiendo del uso de agua per cápita y de las pérdidas físicas en el sistema de distribución”. Tomando en cuenta que en ese momento había en Saltillo 528 mil habitantes.
Desde la llegada de Agsal a la ciudad, ha incrementado la eficiencia, disminuido las fugas y ha bajado el acelerado avance que se tenía en la sobreexplotación de los acuíferos, aunque la tendencia a la baja ha persistido.
En la actualidad, la paramunicipal está empleando diversa tecnología para recuperar líquido en la red. Tan solo en el último año, mediante el empleo de técnicas mixtas para la detección y reparación de mil 700 fugas invisibles, la paramunicipal evitó el desperdicio de 130 litros por segundo.
Entre el uso de las fotografías satelitales y el empleo de gas helio, la operadora ahora posee una eficiencia física del 79.2%, es decir que ha subido 3%.
La paramunicipal cuenta con un Centro de Control Operativo que le permite gestionar en tiempo real los movimientos y acciones para la maniobra del sistema de agua y drenaje de la ciudad, el cual recibe alrededor de 2 millones de datos diarios, y mediante un “video wall” de 14 metros cuadrados, se enlazan ocho herramientas tecnológicas diferentes; con operación remota de las instalaciones por telecontrol y telemetría.
Aunque las fugas invisibles sólo significan 20% del total de fugas que se atienden y reparan al año, son las que más daños provocan al servicio, pues por allí se pierde gran cantidad de agua sin que nadie la vea y por un tiempo indeterminado.
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