Coahuila
Por Maru Valencia
Publicado el lunes, 30 de diciembre del 2024 a las 12:59
Saltillo, Coah.- Otra vez el Año Nuevo y nos disponemos a desempolvar la lista de propósitos que dejamos intacta del diciembre anterior, pero que nos sentimos obligados a hacer para no desafiar al universo de romper una tradición.
Y ahí están los infaltables: adelgazar, dejar de fumar, ir al gimnasio, ahorrar… deseos que, aún sin ser imposibles de lograr, nunca van a suceder porque no hacemos nada para que ocurran.
“
Síndrome de la falsa esperanza”, le llaman los sicólogos a ese ciclo que empieza con mucha energía y determinación de querer cambiar, seguido por el choque de realidad al darnos cuenta de lo difícil que es y, al final, rendirnos y autoflagelarnos por nuestra poca fuerza de voluntad.
Lo bueno es que siempre podemos terminar esa vorágine de falsas ilusiones con propósitos útiles, reales y más beneficiosos, recomendados por doctores, psicólogos y gurús de la ciudad.
Adelgazar… ¿A qué costo?
Pastillas que aceleran el metabolismo, licuados que facilitan la digestión, cápsulas que disuelven la grasa, inyecciones que inhiben el hambre: los productos “milagro” ofrecen una amplia gama de “opciones mágicas” para tener el cuerpo deseado, cuando en el mejor de los casos, no sirven para nada, y en el peor, pueden causar estragos irreversibles en la salud y hasta la muerte.
Las compras por internet, las redes sociales y la nula responsabilidad por parte del vendedor, hacen que cada vez más personas crean en las promesas de esos productos, que muchas veces ofrecen la cura, incluso, para enfermedades de alto riesgo como la diabetes y la hipertensión.
En farmacias, tiendas naturistas y hasta en autoservicios, se ofertan pastillas que deberían venderse con receta médica, pero que uno las encuentra a muy bajo costo y para diferentes funciones, hasta mejorar el rendimiento sexual.
Daño al metabolismo
Debido a que en esta temporada se incrementa el deseo de “cerrar bien el año”, expertos en medicina piden a la población evitar el consumo de medicamentos poco confiables para la pérdida de peso.
Jesús Ángel Padilla, director de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila, considera que para las empresas es bastante redituable vender promesas, más allá de los beneficios a la salud.
Y que varios de estos productos, alteran el metabolismo y ponen en riesgo la vida del consumidor.
No sólo se trata de adelgazar, es más bien echarle un vistazo a la salud en general para considerar cuál es el factor que nos hace subir de peso:
REALIZARSE UN CHEQUEO MÉDICO
Quizá “adelgazar” es menos provechoso que realizarse exámenes médicos de acuerdo a su género, predisposición genética y rango de edad.
El Papanicolaou, la prueba del Antígeno Prostático Específico, prueba de hemoglobina, de triglicéridos o examen general de orina, son importantes estudios que nos debemos de hacer, por lo menos, una vez al año.
Además, los médicos recomiendan un chequeo general anual con estudios de laboratorio, radiológicos y cardiológicos para descartar cualquier complicación.
CONSIDERAR TERAPIA
Aunque “dejar de fumar” es muy buen propósito para mejorar la salud, lo cierto es que se complica debido a la adicción generada por la nicotina y, en parte, por la necesidad sicológica de tratar de llenar vacíos emocionales.
Y es que, las adicciones enmascaran problemas emocionales más profundos, que sólo pueden ser tratados con terapia profesional.
EL LADO ESPIRITUAL
Un buen propósito para este 2025 sería aprender a quererse tal y como es: aceptarse desde el interior para estar en armonía con el universo.
Es común sentir odio hacia el propio cuerpo, no saber quiénes somos ni a dónde vamos, sentirnos fuera de lugar, que no pertenecemos a ningún lado, el futuro nos provoca ansiedad y vamos por la vida con tan baja autoestima que nos sabotea.
Una alineación de chakras, una limpia de aura, una terapia holística o el reiki, puede sanar las energías y hacer que empecemos el año nuevo con vibras positivas.
REDUCIR EL CONSUMISMO
Quizá “ahorrar” no es igual de sencillo para todos, pero lo que sí se puede hacer es reducir el consumismo: esas necesidades que nos inventamos sólo para medir el éxito y bienestar falsamente ligados a nuestro poder adquisitivo.
Es difícil escapar de la bombardeante realidad: se estima que recibimos unos 6 mil impactos publicitarios al día a través de redes sociales, prensa, radio, televisión, influencers… pensando que nuestra capacidad de compra define nuestro bienestar emocional, cuando no es así.
SEGUIR APRENDIENDO
Nos quedamos con la falsa idea de que sólo aprendemos en la escuela o en etapas de crecimiento, cuando en realidad, podemos adquirir nuevos conocimientos todo el tiempo y a cualquier edad.
Y es que, entre más años cumplimos más se nos olvida aprender, siendo que es sumamente benéfico para nuestro cerebro, ya que con la práctica de una nueva habilidad o un aprendizaje puesto en marcha, las neuronas potencian su rendimiento y las ondas cerebrales estimulan nuestras emociones positivas.
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