Espectáculos
Por
Grupo Zócalo
Publicado el viernes, 18 de abril del 2025 a las 04:15
Ciudad de México.- Gabriel Soto ha pasado por muchas etapas. Fue modelo, cantante pop, galán de telenovelas, padre, esposo, exesposo. A los 20 estaba de gira con un grupo juvenil. A los 30, era uno de los rostros más reconocidos de la tv mexicana.
Ahora, que cumple 50 años, no sólo mira hacia atrás: también hacia sí mismo. Reconoce que ha habido miedo, desgaste… y un largo camino para hallar la paz.
“
Los 49 me pegaron. Me vi al espejo y dije: ‘Ya no soy el mismo’. Empecé a cuestionarme muchas cosas. ¿Qué quiero? ¿Con quién estoy? ¿Qué tanto me cuido?”, cuenta.
Lo cierto es que desde fuera, Gabriel sigue conquistando con sus 1.85 metros de estatura, ojos azules y ese porte que lo convirtió en galán de pantalla. Pero detrás de esa imagen, reconoce, hubo una sacudida que lo obligó a replantearse todo.
“
Empecé con un tema en las cervicales, de repente me diagnosticaron hipertensión, luego plaquetas altas. Me hicieron una punción en la médula ósea. Incluso pensé que tenía cáncer. Caí en una depresión terrible”, confiesa.
Salir de ese momento oscuro no fue inmediato. Durante semanas, Gabriel dice que se sintió drenado, sin fuerzas ni motivación. Y fue entonces cuando pensó en lo más importante: sus hijas. Elisa Marie y Alexa Miranda, fruto de su relación con Geraldine Bazán fueron su mayor motivación.
Con ese impulso, cuenta, comenzó a reconstruirse desde otro lugar. Rechazó proyectos que ya tenía sobre la mesa, se alejó de las cámaras por voluntad propia y se dio el tiempo que nunca antes se había concedido para reencontrarse.
“
He hecho retiros espirituales, he ido a terapia, me he metido a cursos. Antes vivía muy hacia afuera, preocupado por encajar. Ahora quiero trabajar más en mí, en el amor propio, en ser más compasivo, más empático”.
Una de las primeras cosas que le dejó a Gabriel ese tiempo fuera de cámaras fue una nueva manera de mirarse.
Durante años, su imagen fue parte esencial de su trabajo: físico, peinado, rostro sin líneas. Reconoce una presión constante por verse como si el tiempo no pasara.
“
Hoy abrazo mis canas, mis arrugas, mis errores. Todo eso me ha traído hasta aquí”, dice orgulloso. “Antes luchaba mucho con eso, sentía que tenía que verme siempre perfecto, como si no tuviera derecho a envejecer. Pero ya no. Ahora me gusta lo que soy, me reconozco en el espejo, con lo bueno y lo malo. Me importa más estar bien por dentro que mantener una imagen”.
A la fecha se encuentra grabando Monteverde, su nuevo proyecto televisivo. Está tranquilo, trabajando, cerca de sus hijas y con una mirada distinta sobre sí mismo.
“
No pienso tanto en lo que viene. Me interesa más el presente. Hoy estoy sano, con mi familia, tengo un proyecto que me ilusiona. En paz. Y eso ya es mucho”, reflexiona.
Más sobre esta sección Más en Espectáculos
Hace 4 horas
Hace 4 horas
Hace 5 horas
Hace 6 horas
Hace 10 horas
Hace 10 horas
Hace 13 horas
Hace 18 horas
Hace 19 horas
Hace 21 horas
Hace 21 horas
Hace 21 horas