Coahuila
Por
Diana Rodríguez
Publicado el lunes, 28 de abril del 2025 a las 07:30
Saltillo, Coah.-La epidemia de la diabetes está afectando sicológicamente a los niños saltillenses, quienes a muy corta edad se están acostumbrando a ver a sus queridos amputados, dializados o muertos a causa de esta enfermedad relacionada con la genética, pero también con la mala alimentación y la falta de actividad física.
“En mi familia hay mucha diabetes, a mi abuela materna le dio y ahora le tienen que hacer hemodiálisis cada cierto tiempo, porque sus riñones ya no funcionan. También tenía un tío que le dio Covid, también tenía diabetes y no sobrevivió. Todos mis tíos, hermanos de mi abuelo paterno, todos tienen diabetes, menos mi abuelo”, explicó Merary Herrera, alumna de la primaria Anexa a la Normal, en un foro con estudiantes organizado por Zócalo Saltillo donde se discutieron temas de salud pública.
En este encuentro, los niños expresaron su preocupación porque son conscientes de que a causa del alto consumo de azúcar y grasa en sus hogares, son propensos a enfermedades que pueden ser mortales.
“El punto es que ‘por parte de un lado tengo diabetes y por parte de otro tengo cáncer’, más bien, predisposición a diabetes y cáncer”, señaló Miguel Mendoza, alumno de quinto grado de la Anexa y agregó que a diferencia de otras familias donde hay casos de obesidad, en la suya hay un caso de desnutrición.
Los menores también denunciaron que a pesar de que en las escuelas se está haciendo el esfuerzo de no consumir alimentos chatarra, en casa los hábitos alimenticios siguen siendo dañinos.
“Nosotros tomamos mucho refresco, trataría de ayudar a mi familia y tratar de decirles que sólo tomemos refresco una vez a la semana”, recomendó Samanta Cabello Martínez, alumna de la primaria Presidente Benito Juárez.
Coahuila ocupa el quinto lugar nacional con mayor incidencia de obesidad y el segundo en atención a la diabetes. En lo que va del 2025 se han detectado más de 6 mil 500 casos de obesidad entre los coahuileses y por lo menos 7 mil 176 casos de diabetes tipo 2.
La falta de tiempo para la activación física es otra mortificación que los niños expresaron durante el encuentro periodístico, porque los adultos no tienen tiempo de hacer ejercicio o activación física.
“
Yo creo que en mi familia cambiaría lo de hacer más activación física, porque mis papás siempre están ocupados toda la semana, porque trabajan, entonces a veces nos vamos con mi mamá o nos quedamos con mi abuelita y no tenemos mucho tiempo como para ejercitarnos mejor”, explicó Mariana Isabel Moreno, de 11 años.
En este regreso a clases, las escuelas siguen a prueba por los cambios en la ley sobre la eliminación de la venta de comida chatarra en los estanquillos y el refuerzo de la educación física como parte de la cultura de los estudiantes.
Mariana Isabel Moreno Saldaña, estudiante de la primaria Presidente Benito Juárez, comentó que algunos de los integrantes de su familia luchan con los efectos que la diabetes tiene en su salud.
“Por ejemplo, mi abuelita paterna tiene diabetes, creo que tipo 2, entonces ella sí se tiene que inyectar insulina, pero mi otra abuelita materna, ella siempre se ha cuidado mucho toda su vida, pero tiene diabetes tipo 1”, explicó.
María José Delgado Flores, también de esta institución, mencionó que su abuela materna tiene esta enfermedad y, aunque en la mayoría del tiempo se mantiene activa, hay días en que la glucosa sube y los síntomas son más fuertes.
“Ella tiene diabetes, pero hace unos días tuvo como que se sentía mareada, y pues sí se sintió muy mal y tuvieron que llevarle suero”, recordó.
Mariana Leza Ortega, dijo que uno de sus abuelos también es paciente con diabetes, pero en su caso sólo requiere de pastillas para mantener el control de su enfermedad, mientras que en otras familias, como la Merary Herrera, tienen que recurrir a otro tipo de tratamientos por el daño en su cuerpo.
“En mi familia hay mucha diabetes, a mi abuela materna le dio diabetes y ahora le tienen que hacer hemodiálisis cada cierto tiempo, porque sus riñones ya no funcionan. También tenía un tío que le dio Covid, pero él también tenía diabetes y no sobrevivió y todos mis tíos, hermanos de mi abuelo paterno, todos tienen diabetes, menos mi abuelo”, explicó la alumna de la primaria Anexa a la Normal.
Los niños y niñas están conscientes de que estos antecedentes clínicos representan un riesgo para para su salud en la vida adulta, por lo que consideraron que es necesario cuidarse desde ahora para evitar complicaciones a futuro.
“El punto es que, parte de un lado, tengo diabetes, y por parte de otro tengo cáncer; más bien, predisposición a diabetes y cáncer”, señaló Miguel Mendoza, alumno de quinto grado de la Anexa y agregó que, a diferencia de otras familias donde hay casos de obesidad, en la suya hay un caso de desnutrición.
“Tengo una tía que ahorita esperemos que se ponga bien, esta en el hospital, está en la Ciudad de México, porque no se cuidaba para nada bien”.
Ante un preocupante panorama, los alumnos de las primarias Anexa a la Normal y presidente Benito Juárez consideraron que dentro de sus hogares se pueden hacer cambios para mejorar algunos hábitos.
Samanta Cabello Martínez, estudiante de quinto grado, cree que en su familia algo que podrían modificar es el consumo de refrescos.
“Nosotros tomamos mucho refresco; trataría de ayudar a mi familia y tratar de decirles que sólo tomemos refresco una vez a la semana”, recomendó la alumna de la primaria Presidente Benito Juárez.
A este consejo también se sumó Sofía Álvarez Hernádez, considerando que una opción para sustituir las bebidas con gas, es el agua natural o a base de frutas.
Para Bernardo Palomares, también alumno de esta institución, no basta con sólo quitar los refrescos de la mesa, también se necesita cambiar la percepción sobre los alimentos que son saludables.
Los alumnos también mencionaron que otro hábito que les gustaría que se integrara en sus rutinas diarias es el ejercicio, pero en actividades en las que todos los miembros de sus familias participen y se den el tiempo.
“Yo creo que en mi familia cambiaría lo de hacer más activación física, porque mis papás siempre están ocupados toda la semana porque trabajan, entonces a veces nos vamos con mi mamá o nos quedamos con mi abuelita y no tenemos mucho tiempo como para ejercitarnos mejor”, explicó Mariana Isabel Moreno, de 11 años.
Nicolás Gil Luna mencionó que dentro de su escuela, Presidente Benito Juárez, cuentan con un programa donde los alumnos pueden quedarse hora y media después de clases para ejercitarse guiados por la maestra de educación física, a pesar de esto, dijo que también le gustaría que las familias participaran.
“Sólo como cinco personas en mi familia se ejercitan, pero los demás no, porque dicen mis compañeros, ‘no damos el tiempo para hacerlo’, aunque sí lo tengamos”, recalcó sobre las excusas que suelen dar los adultos.
Para dimensionar porqué los niños y niñas conocen de cerca estas enfermedades, basta revisar las cifras del Instituto Nacional de Salud Pública:
Estas señalan que en México el 36.9% de las personas adultas en el país tiene sobrepeso.
Otro dato a destacar de esto, es que un 18% de la población del país enfrenta un diagnóstico de diabetes tipo 2, y de ellos, sólo 26% de los pacientes tienen la enfermedad bajo control y cuidan de su alimentación.
Con respecto a cómo está posicionado Coahuila en estas enfermedades:
Las cifras destacan que el estado ocupa el quinto lugar nacional con mayor incidencia de obesidad y el segundo lugar nacional en atención a la diabetes.
Tan sólo en lo que va del 2025 se han detectado más de 6 mil 500 casos de obesidad entre los coahuilenses y por lo menos 7 mil 176 casos de diabetes tipo 2.
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