Monclova, Coah.- En el marco del Jubileo 2025, el Vicario Octavio Carranza compartió una profunda homilía que resonó en los fieles, enfatizando la apertura del cielo y la oportunidad de alcanzar indulgencias a través de una vida interior renovada, pues durante su mensaje, el religioso hizo hincapié en la importancia de las lecturas del día, tomadas del libro del profeta Isaías y del evangelio, que reflejan la relación íntima entre Dios y su pueblo, donde María llama a la sociedad a “hacer lo que su hijo dice”.

“Debemos regresar a casa”, afirmó Carranza, instando a los congregados a presentarse ante Dios “sin mancha ni arruga”, tal como una novia preparada para su boda. Este llamado a la pureza espiritual se entrelaza con el significado del bautismo, en el que cada fiel es consagrado para rechazar lo maligno y abrazar una vida de fe.

El vicario recordó cómo Jesús se presenta como el esposo perfecto de la Iglesia, que es la sociedad misma, inspirándose en las enseñanzas del Papa Juan Pablo II, quien dedicó 129 catequesis a la biología del cuerpo y su relación con la Iglesia, Carranza subrayó que esta conexión es fundamental para comprender nuestro papel en el banquete de bodas que nos espera.

También hizo referencia al primer milagro de Jesús en las bodas de Caná, donde el agua se transforma en vino.

“Este milagro no sólo es un signo de alegría y celebración”, explicó, “sino que representa la sangre de Cristo, un regalo divino para nosotros”; así como el vino es esencial en las festividades, nuestra conexión con Dios es fundamental para mantener viva la alegría espiritual.

Carranza concluyó su homilía recordando que María juega un papel crucial en nuestra historia de salvación, pues su firmeza y obediencia son ejemplos a seguir.

“Hagan lo que Él les diga”, instó, destacando que este mandato es clave para experimentar plenamente la alegría y el amor divinos en nuestras vidas.