Ciudad de México.- El torero michoacano Isaac Fonseca abandonó la plaza de Pamplona tras resentirse, como era evidente, de la luxación en el codo derecho, con la que salió a torear ayer por la tarde.

Aparentemente la lidia con capote y muleta transcurrió con normalidad ante un toro soso y deslucido de la ganadería de Cebada Gago. El mexicano no hizo gesto alguno, pero al perfilarse a matar y pinchó el brazo se le volvió a doblar y de inmediato Fonseca evidenció el fuerte dolor, se metió al callejón y por su propio pie se metió a la enfermería de donde ya no salió.

“ Le inmovilizaron el brazo y ahora vamos al hospital para que le hagan estudios y saber cómo está la lesión”, alcanzó a decir su mentor Jacobo Hernández en una breve llamada telefónica desde Pamplona.

Es de reconocerse la actitud del torero mexicano quien, como casi todos los que visten de luces, a veces atropellan la razón y aunque era imposible para todos que saliera a torear con el codo luxado desde su revolcón del domingo 30 de junio en Cutervo, Perú, Fonseca fue terco en vestir de gris y pasamanería blanca esta tarde en su tercer paseíllo en Pamplona.

La faena que dejó inconclusa Fonseca la terminó el francés Juan Leal a quien le correspondió lidiar también al sexto, segundo en el lote del michoacano.

Los toros de Cebada Gago resultaron descafeinados y solamente el español Román pudo cortar una oreja en el segundo de la tarde.

Por la mañana en el segundo encierro los toros llegaron de un lado a otro de Pamplona en menos de 3 minutos y no provocaron cornadas a los corredores.