Saltillo
Por Diana Rodríguez
Publicado el lunes, 5 de julio del 2021 a las 07:50
Saltillo, Coah.- “Antes éramos héroes sin capa, héroes de la salud, con mucho reconocimiento, más que nada verbalmente, porque económicamente nunca se nos brindó un cheque o un bono”.
De la noche a la mañana, el enfermero de 24 años se quedó sin la única fuente de empleo con la que desde hace un año contaba cuando ingresó a laborar en julio de 2020 al Hospital General de Saltillo, al igual que otras 150 personas que recibieron un contrato eventual a raíz de la pandemia, para atender diferentes puestos en el área destinada a pacientes con Covid-19.
‘Se entiende el miedo’
“ Trabajaba eventualmente cuidando pacientes en casa, y por el mismo hecho que iba a entrar a área Covid las personas me dijeron ‘¿sabes qué?, ya no puedes trabajar con nosotros por el alto riesgo’, y por una parte se entiende el miedo, más que nada en ese entonces era mucho, de contagiarte y llevarte de por medio a otras personas”, señaló el joven que hace cinco días se quedó sin trabajo.
Al igual que en otros sistemas de salud, recordó que le tocó vivir el desabasto de equipos de protección personal para entrar a las áreas Covid y, al igual que la mayoría de los médicos y personal de enfermería, cumplió sin descanso horarios de trabajo extenuantes por un sueldo de 3 mil 990 por quincena, de los que destinaba casi la mitad para pagar la renta y servicios del lugar temporal al que se mudó para no contagiar a su familia, además de que tampoco le tocó recibir el tan contado bono Covid que muchas autoridades les prometieron.
“ A veces teníamos inconformidades en cuanto al equipo, de que no iba en condiciones favorables, iban rotos o los guantes se nos rompían. En ocasiones llegamos a tener hasta seis pacientes muy críticos, pacientes intubados, ingresos tras ingresos, y el abasto del personal no era suficiente, eran demasiados pacientes para muy pocos enfermeros en el área”, detalló.
Y aunque hubo días en que esto no le importó con tal de celebrar entre aplausos y gritos el egreso de pacientes que ganaron la batalla, los días que más recuerda y quedarán en su memoria, son cuando otros pacientes dieron su último respiro.
“ Todo el tiempo estuvimos dentro de área Covid, nunca bajamos la guardia, nunca nos quejamos de que tenemos mucho trabajo, teníamos que sacarlo, para eso trabajamos, para eso somos enfermeros, para eso nos enseñaron; bueno, no nos enseñaron a ver a tantos muertos, a diario recibíamos más cuerpos que pacientes”, afirmó.
El Covid llega a la familia
El joven enfermero siempre estuvo consciente de los riesgos que implicaba su profesión, por ello, mantuvo en exceso los cuidados, que al final fueron insuficientes, pues se contagió de la temida enfermedad que también alcanzó a sus papás.
“ Cuando me aislé y todo, en la noche de ese mismo día empiezan mis papás con temperatura, total que al día siguiente los llevo a hacer la prueba en el hospital. Más que nada fueron muchos sentimientos encontrados, porque mi mamá me decía ‘no entres, piensa en nosotros, no nos queremos morir’.
“ En ese aspecto yo me sentía culpable, y pues estuve con ellos, mi mamá se empezó a complicar. Entonces decía ‘¡rayos!, mis papás, mi familia… se me van a morir, qué voy a hacer, ¿por qué me pasó esto?’, pensé muchas cosas”, agregó.
Por fortuna, los tres lograron superar el coronavirus, lo cual le dio el impulso para seguir ayudando a otras personas a lo largo de un año, hasta el último día del mes de junio.
‘Nunca bajamos la guardia’
“ Era mucho el estrés que teníamos allá adentro, sin embargo, siempre estuvimos al frente del cañón, nunca bajamos la guardia, siempre sacamos el trabajo y pues ahora que se presenta esta situación, la baja de casos de Covid, nos empezaron a reacomodar en otras áreas, el personal estaba completo y de la noche a la mañana nos dicen ‘sabe, hasta aquí’”, puntualizó.
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