La Habana.- “Tendremos que sumir que él nunca morirá” para desgracia de sus enemigos y fortuna de sus seguidores Fidel Castro ha eludido la muerte una y otra vez aseguró con ironía Ann Louise Bardach, periodista norteamericana que ha cubierto las relaciones cubano-estadunidenses por 20 años, al cuestionarla acerca de sus predicciones de cómo y cuándo ocurrirá el deceso de este hombre.

“No murió en 2006, no murió en 2007 y tampoco en 2008, así que terminé escribiendo un libro muy distinto y más largo”, dijo Bardach en entrevista para Excélsior acerca de la publicación en español de su libro Sin Fidel, la casi muerte del comandante, sus enemigos y la sucesión del poder en Cuba.

En el que aborda la resistencia recalcitrante del líder cubano a doblegarse frente a una enfermedad que en el verano de 2006 parecía estar logrando lo que muchos de sus enemigos y adversarios políticos no pudieron completar en más de 50 años, llevarlo a la tumba. Y que, a pesar de ello, el pasado 13 de agosto Cuba celebró un aniversario más del nacimiento de su dirigente.

La experta en asuntos políticos y sociales cubanos, relata que originalmente el libro estaba destinado a publicarse después de la muerte de Castro: “es una historia muy cómica, porque la editorial me preguntó en 2006 si podía hacer un libro rápido acerca de la muerte de Fidel Castro, porque todo mundo asumía que él iba a morir ese año”.

Valiéndose de la voz de una gama variopinta de fuentes que van desde ciudadanos comunes, expertos de la realidad cubana y los propios protagonistas de esta historia, el libro inicia dando cuenta del retorno al foco de la atención mediática de un desmejorado y frágil Fidel luego de que se recuperara de múltiples cirugías para contener los daños causados por la diverticulitis crónica y aguda que padecía desde hace años.

Partiendo de este punto se desvelan múltiples factores que rodean al líder cubano como detalles sobre sus relaciones familiares, las circunstancias que rodearon la sucesión del poder con su hermano Raúl y los constantes desencuentros políticos y sociales entre Washington y La Habana.

Asimismo, Bardach llevó a cabo un retrato fiel de los oponentes más férreos de Castro, entre los que destacan Luis Posada Carriles y Orlando Bosh, sus acciones terroristas en contra del régimen cubano y la enmarañada y dudosa relación que sostenían éstos con líderes políticos de Miami y la justicia estadunidense.

Inmortal hasta que se pruebe lo contrario

A unos días después de que el dictador cubano celebrara su cumpleaños número 86 en la intimidad de su hogar, la periodista norteamericana menciona la famosa frase que suelen decir los exiliados cubanos en Miami: “Fidel es inmortal hasta que se pruebe lo contrario”, aunque agregó que: “él nunca será el hombre que alguna vez fue, mucho de sus órganos importantes los perdió y no está en un buen estado físico”.

Vaticina que, a pesar de su edad y estado de salud, se puede asumir que es el mago detrás de la escena, aunque todo está preparado para cuando llegue el momento de su partida: “todo está en su lugar para cuando Fidel muera, Raúl está al mando y a la familia Castro, que ha estado en puestos de gobierno, han aumentado su poder (…) no creo que veamos el final de la dinastía Castro”.

Incluso dijo que muchos de los políticos en Washington reconocen en esta una causa perdida e incluso la mayoría de las personas en el exilio al sur de Florida apoyan el poner fin al embargo.

“En octubre será el 50 aniversario de la Crisis de los misiles en Cuba, estoy segura que eso le da a Fidel Castro una tremenda satisfacción, vivir tanto tiempo, después de medio siglo de enfrentar a uno de los más grandes poderes de la historia.”

Otra de las cuestiones por las que Fidel puede estar satisfecho son los múltiples gobiernos de izquierda que se han instalado en Latinoamérica sobre todo el de uno de sus mayores aliados Hugo Chávez, quién generosamente obsequió a Cuba cien mil barriles de petróleo diarios, sin ningún tipo de condición, que ha salvado en buena medida a la isla de sumirse aún más en la bancarrota “Tal vez la pregunta más importante no es qué pasará cuando muera Fidel, sino después de la muerte de Chávez, porque nadie más que Hugo va a ser tan generoso con Cuba. Creo que cualquier cosa que esté sufriendo Cuba se va a poner mucho peor”, aseguró.

Terreno conocido

La historia cubana es un terreno conocido para Bardach quién desde hace 20 años se ha encargado de informar los sucesos que acontecen entre la isla del Caribe y EU para los medios de comunicación estadunidenses como The Washington Post, The New York Times, The Atlantic, Vanity Fair, entre otros. Además es autora de dos libros anteriores a Sin Fidel que abordan estas mismas temáticas, el primero de ellos Cuba confidencial: La lucha del poder, amor y venganza en Miami y La Habana, y Cuba: A traveler’s literary companion.

Aunque el enfoque principal de su carrera se lo dio a cubrir las relaciones entre estas dos naciones Bardach es una periodista que se encarga de investigar, analizar e informar temas políticos y sociales de su país.

Sin embargo, es la información de la isla lo que ha permitido ser reconocida como una fuente obligada acerca de la realidad cubana, al respecto comenta que informar tales sucesos no ha sido fácil: “el periodismo se ha convertido en un rehén del gobierno cubano, si escribes una pieza crítica pierdes tu visa de prensa (…) y eso me sucedió a mí”, comentó.

Cabe resaltar que la justicia cubana no ha sido la única en tener bajo la lupa a la periodista, en 2005 fue buscada por el FBI para pedirle información sobre sus artículos publicados en The New York Times acerca del presunto terrorista Luis Posada Carriles: “Fue una situación terrible, porque básicamente me estaban diciendo: queremos lo que sabes, queremos tu material y tus fuentes confidenciales para poder perseguirlos. Fue difícil tomar al gobierno de Estados Unidos en serio porque por 40 años supieron lo que hacía Posada”.

Estos sucesos descritos por Bardach como una “opera cómica y trágica” se encuentran detallados en el libro de 487 páginas publicado por editorial Debate desde el mes de agosto.

Aunque el libro ya había sido publicado tres años antes en Estados Unidos la versión castellana llega a las librerías con información actualizada.