Nacional
Por Reporte Índigo
Publicado el sábado, 3 de marzo del 2012 a las 16:00
Ciudad de México.- Lorena Alvarado Amador, una de las “nanitas” responsables del cuidado de los niños de preescolar, abusó sexualmente de más de un alumno del grupo de maternal en 2007.
Fue solapada por el colegio privado, pero aun así fue arrestada.
En febrero pasado, la condena de cuatro años fue conmutada por la magistrada Laura Minerva Duarte, del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, quien impuso una fianza de 30 mil pesos. Y desde hace dos semanas, la agresora sexual de menores está libre.
Este caso demuestra que, en la Ciudad de México, la justicia es más severa con quien golpea a un valet parking, como el empresario Miguel Sacal, que con quien abusa sexualmente de un niño. En un kínder, las “nanas” son las auxiliares de las maestras en el salón de clases. Las apoyan con la limpieza de los niños, los cambios de ropa y la alimentación.
Generalmente, son personas cuidadosamente seleccionadas porque son las que tienen más contacto físico con los menores.
Pero, ¿Qué pasa cuando la “nanita” se convierte en la pesadilla de los niños?
Eso fue lo que pasó en el grado maternal de la Westminster School, S.C., una costosa institución de educación privada ubicada en Camino a Santa Teresa No. 811, en la Colonia Rincón del Pedregal, Delegación Tlalpan.
Por las aulas de la Westminster School han pasado y pasan hijos de intelectuales, como los del historiador Enrique Krauze; de políticos, como el ex gobernador de Guerrero Zeferino Torreblanca, y también de importantes empresarios. Algunos ex alumnos se han convertido en conocidos artistas, como la cantante Belinda. Todo parece ser normal. Pero es sólo la apariencia. Por respeto a los derechos de la víctima y su familia, y por las convenciones de la UNICEF en materia de los derechos de los niños, se reserva la identidad del menor, a quien llamaremos Julio, y también la de sus padres, así como la de otro menor agredido.
Esta historia comenzó cuando Julio tenía dos años 10 meses de edad. Sus padres decidieron que era tiempo de que ingresara a una escuela para que conviviera con otros niños y se preparara para entrar al kínder. En agosto de 2007, Julio fue inscrito en el horario de nueve de la mañana a una de la tarde en la escuela privada Westminster School S.C.
Como parte de los servicios, los pequeños reciben clases de natación una vez a la semana. La alberca está en el área de la primaria y cuenta con baños y vestidores.
Por cuestiones de salud, la madre de Julio pidió que su hijo no entrara a las clases de natación. Así que para suplir ese tiempo, el menor era atendido por la “nanita” auxiliar de la maestra, quien supuestamente se hacía cargo de su cuidado.
Pocas semanas después, el pequeño comenzó a tener un comportamiento diferente. Era agresivo, lloraba y dormía más tiempo que el acostumbrado. Era muy difícil llevarlo a la escuela.
Un día, en una fiesta, cuando alguien le preguntó al menor cómo se llamaba, respondió que “Julia”. De inmediato, su mamá lo corrigió diciéndole que se llamaba Julio, pero el pequeño insistió en que era “Julia”.
Después, su madre le preguntó por qué decía que se llamaba Julia, y el niño contestó que así le decía Lore, refiriéndose a Lorena Alvarado Amador, la “nanita” de preescolar.
Con el paso de los días, el comportamiento de Julio se alteró más. Hasta que en octubre de 2007 comenzó a negarse a ir a la escuela. Le suplicaba a su mamá que no lo llevara y trataba de arrancarse el uniforme.
Finalmente, el 17 de octubre de 2007, cuando acababa de cumplir tres años, Julio volvió a decirle a su mamá que ya no quería ir a la escuela.
—¿Por qué no quieres ir a la escuela? —preguntó la mamá.
La respuesta le provocó escalofríos.
—Lore me hace hoyo —dijo el pequeño llorando.
—¿Qué? —preguntó la madre sorprendida— ¿Cómo que te hace hoyo?
Y el pequeño le mostró que le metía un dedo en su parte anal y le decía que se llamaba Julia. Luego de agredirlo sexualmente, le llenaba la boca con chocolates M&M.
Le dijo que cuando era natación, Lore lo llevaba a la otra escuela, y en los baños le hacía “hoyo”. Lorena Alvarado Amador fue contratada en septiembre de 2005 por el colegio Westminster School como “nanita” de preescolar.
Antes de ser contratada, Lorena Alvarado Amador afirmó en su evaluación psicológica que había trabajado en el kínder Miss Marilú, sin aportar más datos.
De acuerdo a la normatividad de la SEP, las instituciones educativas que quieren tener el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE) y cuentan con grupos de lactantes y maternal, deben contratar personal técnico especialista en puericultura o asistentes educativos egresados de una escuela incorporada a la SEP. Pero Lorena sólo estudió hasta la secundaria. El 18 de octubre de 2007, la madre de Julio pidió una cita con la directora de preescolar Cristina Elizabeth Pámanes, quien luego de enterarse de lo ocurrido, no tomó medida alguna.
Sólo dijo que Lorena ya no tendría contacto con el pequeño, según consta en la testimonial que rindió la mamá de Julio ante la PGJDF y el juzgado.
Después, la madre del pequeño pidió una cita con Alpha de Iconomopulos, a quien le narró todo lo que su hijo le había contado, incluyendo el abuso sexual. De manera déspota, la dueña y directora del colegio le dijo:
—¿Algo más?
—¿Cómo que algo más?, ¿no le parece lo suficientemente grave?
—Bueno, como ya es todo y ya la escuché, retírese de mi oficina —dijo la dueña.
Finalmente, el 22 de octubre de 2007, la madre llevó a Julio al Centro de Apoyo a Víctimas de Abuso Sexual de la PGJDF.
Después de practicar los exámenes psicológicos que establece la normatividad para estos casos, los especialistas le dijeron a la madre de Julio que el pequeño sí había sido víctima de abuso sexual y que debía levantar una denuncia penal.
Julio fue sometido a tres interrogatorios y a diversas dinámicas con muñecos. Con el lenguaje propio de su edad, logró expresar con contundencia y crudeza lo que pasaba.
Al cabo de un doloroso proceso, el 25 de febrero de 2008, las autoridades emitieron la orden de aprehensión contra Lorena Alvarado Amador.
Protección
El escándalo comenzó a crecer en el colegio. Algunos padres sacaron a sus hijos, pero Alpha de Iconomopulos siguió protegiendo a la “nanita” pederasta.
El 2 de marzo de 2008, el Juzgado Sexagésimo Noveno en materia penal del DF emitió la orden de aprehensión contra Lorena Alvarado Amador por el delito de “abuso sexual agravado” contra Julio. Pese a eso, el Westminster School la siguió protegiendo y hasta le pagaba su salario.
Finalmente, luego de un año y siete meses, Lorena fue capturada por la PGJDF el 28 de octubre de 2009. Y seis días después, se le dictó el auto de formal prisión. El 20 de octubre de 2011, la jueza interina del Juzgado Sexagésimo Noveno Penal del DF, Nelly Ivonne Cortés Silva, sentenció a la “nanita” Lorena a 4 años, 4 meses y 15 días de prisión en el reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla. También se le condenó a pagar 68 mil 540 pesos por daño moral.
Tomando en cuenta la fecha en que Lorena Alvarado Amador fue detenida, octubre de 2009, saldría de prisión en marzo de 2013.
Pero algo insólito ocurrió. Y la justicia, como ocurre con frecuencia en México, dio un revés a la víctima. El 14 de febrero pasado, la magistrada Laura Minerva Duarte González, de la Cuarta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, tomó una decisión absurda y contradictoria.
La pena fue modificada a 3 años, 10 meses y 6 días de prisión.
En esa misma determinación, resolvió conmutar la pena de cárcel por 30 mil pesos y liberó a Lorena de cualquier pago por reparación de daño moral al menor agredido.
Ésa es la justicia a la que puede aspirar un niño que es víctima de abuso sexual en uno de los colegios más caros de la Ciudad de México, el Westminster School.
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