Saltillo.- La publicidad prohibía claramente la entrada a todos aquellos que no “aguantaran la carrilla”. Y es que para muchos no resulta fácil escuchar a Polo Polo, puesto que se le considera difusor de la misoginia, del machismo y se le critica su uso inmoderado de groserías.

Otros, los que llenaron ayer sus dos funciones en el Teatro de la Ciudad, encuentran que esa misoginia y machismo son sólo parte del show y que insertos en el ámbito humorístico nadie puede tomarlos en serio. Incluso, admiten algunos, la risa ayuda a atacar esos principios.

Y en cuanto al uso inmoderado de groserías, basta decir que no hay rasgo más particular en Polo Polo que ese. Usar las groserías hasta que no tienen sentido, hasta el punto que parecen comas, puntos o simples inflexiones.

Ese sello en particular, combinado con grandes momentos de improvisación, mucha participación del público y un grupo musical a espaldas del comediante, fue lo ofrecido la noche del viernes en nuestra ciudad.

Se entrega al público

Más de dos horas duró la presentación del comediante, de manera que aunque se comentaba lo costosos que estuvieron los boletos, también se dijo que valieron cada centavo.

No hubo interrupción ni vacilación a lo largo de ese tiempo. Un chiste tras otro se presentaba sin preámbulos, aunque en algunas veces el comediante se detenía para refrescarse.

Mientras contaba sus chistes, y ese es otro de sus sellos, se desarrollaban otros en medio a partir de un elemento cualquiera, o una persona entre el público lo llevaba a una anécdota distinta.

Pone música

A lo largo de la presentación interpretó varias canciones, aunque en realidad eran fragmentos que ilustraban sus chistes.

Como siempre, el comediante se burló de que sus músicos no hicieran los efectos sonoros adecuados para sus chistes, pero al final pidió un gran aplauso para ellos.

Para concluir realizó una ronda musical más larga. El espectaculo cerró con una versión muy particular de “El Aventurero”.