Espectáculos
Por Autor Invitado
Publicado el miércoles, 18 de mayo del 2011 a las 18:14
México.- Más de cuatro décadas han pasado desde que Eric Burdon y sus Animals vinieron a la ciudad de México por primera vez. Con 70 años a cuestas, Burdon regresa con el espíritu combativo que lo llevó a transitar del blues al rock, de la psicodelia al rock latino, de la música negra al firmamento.
“The House of the Rising Sun”, “Monterey”, “Sky Pilot”, “See See Rider”, “Don’t Bring Me Down”, “Spill the Wine” y otras canciones forman parte del soundtrack de muchas vidas. Algunas de estas canciones serán parte, seguramente, de su concierto del próximo sábado en el Bleu Club (Reforma 35), un reencuentro con un icono historia del rock.
Para la juventud de México su concierto a fines de los sesenta fue importante porque era una época en la que no había oportunidades para escuchar rock.
¿Qué recuerdas de esa actuación?
Mmm. Recuerdo que fue en 1968, en la época de las Olimpiadas (creo que habíamos ido antes…). Recuer-do que tocamos ante lo que no consideraríamos nuestro público normal, quiero decir que tocamos para gente bien vestida, con anuncio de: “Damas y caballeros”, como un grupo de sociedad. ¿Vaya, este es nuestro público? Sin embargo, ¡todos se volvieron locos!
Mucha gente se quedó afuera porque no podían pagar el boleto al Teatro Metropólitan…
Sí, afuera había muchos chavos que querían entrar al concierto y que eran lo que yo hubiera esperado como mi público. Al fin del espectáculo salí a saludar a toda la gente y la multitud me cargó. Eso fue bastante divertido. Ahora que recuerdo: el 30 de octubre de 1968 tocamos por primera vez en México en el Tijuana Pop Festival en la plaza de toros. Esa fue la primera tocada.
¿Cuál es la importancia social de tu música?
Bueno, el blues está más allá de la clase trabajadora, es música de esclavos. Y por el hecho de que haya permitido al esclavo, y a la clase trabajadora más baja, sentir un grado de libertad, la música tuvo como dote ese ingrediente de libertad. Cuando oyes el blues, en particular tocado por una banda en vivo, después el rhythm and blues y el rock and roll, oyes la música de la libertad. ¡Levántate y baila, exprésate! ¡Esto es lo especial de esta música!
Fuiste muy amigo de Jimi Hendrix, el mago de la psicodelia. ¿Cómo definirías su impacto?
¡Jimi fue la psicodelia, en verdad psicodélico! (ríe) ¡Eso es seguro! También fue el primer tipo que llevó el rock and roll a lo estéreo. Antes de que entrara a la escena, el rock and roll definitivamente era monaural, diseñado para las rockolas. La mayoría de los músicos que grababan eran bandas de cuatro: como Elvis Presley y su banda, o cuando mucho cinco tipos. Entonces los estudios tenían sólo cuatro pistas, lo que significaba que cada instrumento tenía su propio canal, y todo estaba diseñado específicamente para el sonido de las rockolas. Realmente te ofrecía la música de una manera increíble.
¿Fue una influencia en tu etapa psicodélica?
Oh, sí. Nunca toqué un instrumento; bueno lo hice al principio, durante un tiempo toqué trombón y bajo. Pero cuando tuve un micrófono en la mano y comencé a palomear en los clubes dije: esto es lo mío, quiero ser cantante. Yo soy el instrumento.
Cuando grabaste “Sky Pilot” estaba la guerra de Vietnam y la canción se volvió como un himno de protesta, pero las guerras subsisten. ¿Crees que valió la pena hacer este tipo de canciones?
Valió la pena para mí como individuo y el tiempo probó que mereció la pena para gente que estuvo en Vietnam y que ve en la canción algo que yo no escribí. Todos deben ver lo que quieren ver en una obra de arte, no importa lo que sea. Era una canción contra la guerra. Las canciones sobre la guerra no van a acabarse, es algo que está dentro de nosotros, es parte de quienes somos.
Pero no pueden acabar la guerra…
¿Puedes hacer algo al respecto? No creo. Personalmente me doy cuenta que no podría hacer nada para detener las guerras; quisiera que se acabaran. Por el momento sólo podemos vivir en manos de los diplomáticos, la gente con mucho dinero, los traficantes de armas… Es la gente que está detrás de las guerras constantes. Dicen que hubo la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, luego la guerra de Corea y la de Vietnam, pero todas son la misma guerra. Es una guerra constante y sólo se detiene para recargar baterías y esperar a que llegue otra gene-ración de jóvenes para que puedan matarlos.
“El blues es la columna vertebral de lo que hago”
Aunque haya cantado muchos géneros, en la voz de Burdon persiste su formación bluesera y el influjo de músicos como Sonny Boy Williamson y Jimmy Witherspoon, con quienes grabó. “El blues es todo, es la columna vertebral de lo que hago musicalmente. Aunque no me he quedado estrictamente en ahí y he transitado por diferentes avenidas, siempre al cantar he tenido el blues en la mente.
Tengo un cierto grado de orgullo de que en Inglaterra volvimos la cabeza a una música que, decían, no debía ser escuchada por jóvenes blancos. Había un gran movimiento que trataba de quitar el blues y el rock and roll del mapa del mundo juvenil. Para mí esta música era fenomenal”.
Aunque resultaba un odisea tener discos de este tipo de música, el cantante tuvo la suerte de contar con un buen conecte. “La música estadunidense era difícil de coleccionar. Yo conseguía mis discos por medio de un marino mercante que vivía en el barrio donde nací. Él viajaba a Nueva York o Luisiana y como era fan del jazz se traía algunos discos de jazz y otros de blues para mí”.
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