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Por El Universal
Publicado el jueves, 21 de abril del 2011 a las 14:10
Madrid, España.- La Copa del Rey vuelve a ser blanca y José Mourinho perfecciona su sistema para no sólo frenar, sino vencer al Barcelona.
Real Madrid, con un gol del portugués Cristiano Ronaldo en tiempo extra, conquistó su decimoctavo título copero en un juego que tuvo todos los matices. Comenzó blanco, se tornó rudo, se pintó azulgrana y terminó con un Mestalla inundado del grito “¡Hala Madrid!”, que anunciaba el fin a la sequía.
El juego se dividió en una primera parte merengue, cuando los dirigidos por Mourinho volvieron a implementar el mecanismo que dio resultados el sábado en la Liga: destruir el futbol de toque de Barcelona y recargarse en el individualismo de sus estrellas. Gracias a esto, la rudeza reinó, los ánimos se calentaron, cada falta era seguida de empujones y reclamos entre los jugadores. Reinaba lo que quería el Madrid que reinara. Por eso, Pepe destacó como un león en la media cancha; Carvalho puso la clase en la defensa, en tanto que arriba, donde se definía, Cristiano Ronaldo comenzaba, ahora sí, a brillar en el momento preciso.
El segundo tiempo la cara cambió. El Madrid presumió seguir bajo el mismo tono, pero el ritmo de los culés se aceleró. Lionel Messi se conectó con Iniesta y una metralla de cuero cayó sobre el marco de Casillas, sin superarlo.
El primer aviso fue un gol bien anulado a Pedrito. Real Madrid no pasaba ni siquiera de media e Iker, siempre serio, siempre atento, comenzó a convertirse en factor para el final.
Al minuto 102 y luego de una pared con Marcelo, Ángel Di María metió un balón al área que remató Cristiano Ronaldo de cabeza para que el grito de gol al fin saliera de las gargantas.
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