La Paz, BCS.- I/II En Baja California Sur, la gente pela los ojos cuando escucha el tono con que Humberto Moreira Valdés habla de política.

En el jardín repleto de zacate y árboles de mandarinas y naranjas domina el silencio, cuando el coahuilense toma el micrófono y les dice a los priístas reunidos en este sitio que en sus manos está el llevar al triunfo en las elecciones del 6 de febrero al candidato Ricardo Barrozo, un treintañero que hace tres meses estaba en el cuarto sitio de las preferencias electorales y ahora, a poco más de una semana de los comicios, se disputa el primer lugar.

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“El día de las votaciones tienen que ir por los votos hasta donde estén. En sus manos está que el PRI y nuestro candidato consigan la victoria, de ustedes depende que Baja California Sur tenga un nuevo esquema de gobierno, con oportunidades para todos, ustedes lo van a hacer posible”, les dice en la arenga que todos siguen con atención.

Luego el ex mandatario coahuilense despierta el júbilo de los priístas sudcalifornianos, cuando enumera la lista de fallas que observa en el Gobierno federal: 6 millones más de pobres, desempleo, falta de inversión pública, discriminación.

Por la noche se toma un respiro y una Coca Cola y, en esta pausa de su agenda, accede a platicar con el enviado de Zócalo.

Está en una nueva etapa de su trayectoria política, por momentos mucho más dinámica que antes. ¿Qué le significa esto?

“Es realmente un cambio en mi vida. Siempre he trabajado mucho, pero ahorita las jornadas han sido realmente muy pesadas y ha sido un trabajo de organización. Es un mosaico del país distinto, hay lugares donde el partido está muy bien organizado y hay otras donde es prácticamente inexistente y hay que formarlo, como aquí en Baja California Sur, donde éramos la cuarta fuerza y ahora estamos empatados en la encuesta.

“Si bien no es una elección que me corresponda, porque entro (como líder nacional del PRI) hasta marzo, la he tomado como un gran ejercicio para las elecciones que vienen. Entré haciendo un ejercicio y me quedé haciendo esto, con un gran empuje en el caso de Baja California Sur, pero también he estado en Campeche, en Tabasco, en San Luis, estuve en Tlaxcala, en todo el país y todo esto es una experiencia completamente distinta, de ir construyendo una nueva organización, más fuerte, más sólida y de ir escuchando mucha gente, descubriendo que hay sorpresas en el trato con la gente. En el caso nuestro, el trato ha sido así siempre con la gente, lo saben en Coahuila, pero era urgente acercar al partido más a la sociedad”.

Las personas se sorprenden al escuchar su discurso, sobre todo cuando habla de combatir de manera frontal el trato del Gobierno federal a los mexicanos…

“La gente se sorprende, porque lo que se platica quedito uno lo puede decir fuerte, como el hecho de que el panismo llevó a más de 6 millones de personas a la pobreza. En muchos estados del país la gente se sorprende cuando uno les dice que el panismo los ha engañado y no logró los empleos, y se sorprende al decir que México bajará en competitividad, y se sorprenden cuando uno dice que ha sido una verdadera tragedia la llegada del PAN al gobierno federal.

“Vaya, este discurso es lo que pienso y lo que siento, pero realmente causa sorpresa en otras partes del país y me agrada que después de que lo digo se genera una gran adhesión y luego la gente comenta que a los políticos nada nos cuesta decir las cosas como son. Algo que me llevo en este momento, es que era conocido en mi estado, pero fuera de ahí en algunos casos para la gente soy el presidente de mi partido, en otros soy el profesor Humberto y en otros son Moreira y empieza uno a sentirse más en casa. La cercanía está en todos lados”.

‘¿Lo puedo saludar?’

En el evento de esta tarde una mujer camina lento al aproximarse al presidente nacional electo del PRI. Cuando lo tiene enfrente le suelta una frase con voz tenue:

“¿Lo puedo saludar?”, pregunta la priísta al ex gobernador de Coahuila, quien le responde con un abrazo.

“Cuantas veces quiera la saludo y hasta foto nos tomamos”.

En la entrevista el dirigente priísta trae a cuento la escena anterior.

“Te piden con temor si se pueden acercar o tomar una foto con uno, lo cual nos retrata una lejanía que hay no sólo del PRI, sino en general de los políticos, de los servidores públicos con la gente y cuando se rompe el temor o la distancia se genera una relación muy cordial con todos”.

Los coahuilenses estamos acostumbrados a su discurso, pero no ocurre lo mismo en el resto del país.

“Es muy distinto, en algunos casos había un silencio total cuando hacía alguna manifestación clara, de cómo vemos los problemas del país y después del silencio viene el reconocimiento de todos, en el sentido de que así son las cosas. Mi planteamiento es decir claramente que somos oposición, si hubiera algo que reconocer del Gobierno federal lo haría, pero yo creo que ha faltado experiencia, talento, capacidad, ha faltado mucho trabajo, pero sobre todo ha faltado corazón, al Gobierno federal le ha faltado trabajar con el corazón en la mano y con eso podría cambiar la situación del país; pero como no le ponen esa pasión, no lo ven con amor, se genera esta situación de desencanto ciudadano hacia ellos, este desánimo de la gente”.

Se le ve como pez en el agua, en campaña…

“Estuve en mi campaña de alcalde, luego en la interna de gobernador, después en la campaña para gobernador y ahorita estoy en muchas campañas al mismo tiempo, porque ando recorriendo el país y estar haciendo campaña todos los días”.

Fuera de Coahuila ¿cómo es un día común para usted?

“Cuando estaba en Coahuila eran los eventos, las obras públicas, que es una adicción para mí, es el escuchar a toda la gente. Hoy acá lo del partido es despertar muy temprano y dormir muy tarde y todo el tiempo estar haciendo trabajo político, todos los días, todo el día, es decir, escuchar a la gente, organizar trabajo con las estructuras, atender entrevistas, platicar con empresarios, con líderes obreros, todo el día es desde que amanece hasta que anochece, se me van los días como nada y qué bueno, es terapia ocupacional para sanar el corazón por no estar en mi patria chica. Es una dinámica de muchísimo trabajo, entras a esta liga, la liga mayor y es de todos los días no resbalarte y estar con mucha intensidad”.

¿Lo que usted hace es una zarandeada para el PRI?

“Francamente sí, en buen plan, es cambiar el estilo a mi estilo, que no es nada armado, así soy yo, es estar cerca de la gente, aquí no se pide otra cosa, cuando yo le digo a la gente, por ejemplo aquí en Baja California Sur, que está en sus manos sacar el triunfo se quedan callados, no esperan que les diga eso porque estaban acostumbrados a los discursos acartonados y aquí es un lenguaje directo y es una sacudida en la cercanía con la gente, no están acostumbrados a que uno se queda hasta el último platicando con la gente, fui a Campeche y me decían que ya nos teníamos que ir, pero no lo hice hasta saludar a todos, todos los días es la relación de platicar con la gente de manera muy temprana”.

La jornada aún no termina para el profesor Moreira, quien antes de cenar debe aplicar ajustes en la estrategia de campaña de Guerrero y Baja California Sur.