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Por El Universal
Publicado el miércoles, 5 de enero del 2011 a las 21:15
Saltillo, Coah.- Su primer círculo define a Humberto Moreira como un “hombre implacable”, pero ha recibido una cadena de críticas por la situación en que deja a Coahuila, hoy se perfila para dirigir al PRI en la sucesión presidencial junto con la secretaria de partido, Cristina Díaz.
Humberto Moreira Valdés es un hombre que no esconde a sus amigos. Maestro normalista, que en su juventud vivió en hoteles de paso y fue un usuario constante del Metro capitalino, hoy se perfila para comandar al Partido Revolucionario Institucional en la próxima contienda presidencial.
A sus 45 años de edad, sus más cercanos lo definen como un hombre amante de la cultura popular, que le gusta estar al lado de la gente, sentir los problemas de su comunidad y usar todos los medios a su alcance, “todos”, para solucionarlos. Sus detractores lo llaman populista.
Cuando se platica sin grabadora con el hombre que aspira a dirigir al PRI, deja claro que es un hábil negociador y que está dispuesto a pelear con sus adversarios políticos. Cuando se le pregunta si es populista simplemente ríe y dice que ayudar a la gente no es populismo.
Le gusta la música grupera, la banda y le va a los Saraperos de Saltillo. Su debilidad son los tacos de “El Califa de León”, en San Cosme, a los mismos que iba Luis Donaldo Colosio. Saborea las gorditas de chicharrón y las quesadillas. “Yo soy raza”, confía de vez en cuando.
Su primer círculo define a Moreira como un “hombre implacable”, pero Moreira ha recibido una cadena de críticas por la situación en que deja a Coahuila. Hay señalamientos en la prensa en el sentido de que deja un estado endeudado, que ha sabido ocultar el clima de violencia que vive esa entidad.
Los hombres más cercanos a Moreira retan a que se demuestren las supuestas mentiras. Recuerdan que fue uno de los principales críticos del gobierno federal y del ex presidente Vicente Fox después de la tragedia en Pasta de Conchos. Algunos sectores del PRI lo tildan de “izquierdoso”.
Narran que al morir su padre Rubén Moreira, el coahuilense, aún siendo muy joven, vendió paletas de hielo para ayudar a sacar adelante a una familia de 11 hermanos que quedaron bajo el cuidado de su madre Evangelina Valdés, maestra de primaria que aún ejerce su profesión en Saltillo.
Humberto Moreira llegó por pie propio a los 14 años al PRI de Satillo. Lo hizo solo y comenzó a hacer campaña. Igual pegaba calcomanías que hacía pintas y formaba vallas.
Moreira obtuvo el título de Profesor de Primaria en la Benemérita Escuela Normal de Coahuila, y después una Licenciatura en Educación Media, con especialidad en Ciencias Sociales, en la Escuela Normal Superior de Coahuila.
A los 19 años, en 1985 comienzó su carrera profesional como profesor en la Secundaria Técnica Abel Suárez de León.
Se suma al movimiento magisterial coahuilense que demandaba mejoras para el gremio. Es expulsado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) local y se refugia en la ciudad de México. Trabaja en la SEP, donde ocupa varios cargos hasta que Gilberto Guevara Niebla lo hace su secretario particular en la Subsecretaría de Educación Básica.
Actualmente mantiene amistad y cercanía con la presidenta del SNTE, Elba Esther Gordillo.
En 1994 regresa a Coahuila como delegado del Consejo Nacional de Fomento Educativo y del INEA y se pronuncia públicamente en favor de Enrique Martínez y Martínez en la contienda de ese momento a la gubernatura del estado.
Ante tal apoyo, el entonces gobernador Rogelio Montemayor pide su remoción “por adelantarse a los tiempos”, comentan los más cercanos de Humberto Moreira Valdés.
Una vez que Martínez Martínez gana la candidatura priísta, nombra a Humberto Moreira como secretario de Elecciones del PRI estatal.
Al asumir la gubernatura Enrique Martínez —actual delegado del CEN del PRI en el estado de México y cercano al gobernador Enrique Peña Nieto— nombra en 1999 a Moreira secretario de Educación Pública de Coahuila y se mantiene ahí hasta 2002 para buscar entonces la alcaldía de Saltillo.
Hace más de cinco años decide buscar la candidatura del PRI al gobierno de Coahuila y en esa carrera vence con facilidad a los grupos priístas que no lo apoyaban y que apostaban por Jesús María Ramón, Alejandro Gutiérrez y Javier Guerrero.
Obtiene la nominación a la gubernatura el 17 de julio de 2005. En la elección aniquila fácilmente al panista Jorge Zermeño por tres a uno.
Apoyo a la gente
Humberto Moreira tiene cuatro hijos. Hoy está casado con Vanesa Guerrero Martínez, a quien conoce ya siendo gobernador. Ella forma parte de una de las familias más representativas del estado asentada en el municipio fronterizo de Piedras Negras.
Durante su mandato, Moreira ejecutó políticas bajo el eslogan: “El gobierno de la gente”, que asegura están enfocadas a resarcir las desigualdades creadas por las políticas económicas de la década anterior para apoyar a los sectores más populosos y desprotegidos del estado.
Sus principales programas sociales fueron nombrados como “El Agua de la Gente”, “Aparatos Auditivos de la Gente”, “Uniformes de la Gente” y “Preservativos de la Gente”.
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