Tener depresión es como estar cansado todo el tiempo. El miedo a fracasar, pero sin la necesidad de ser productivo. Es querer amigos, pero no querer socializar. Es querer estar solo, pero no querer estar solo. Sentir un poco de todo al mismo tiempo. Tener depresión significa tener un cerebro en constante guerra consigo mismo. Hoy quisiera que recuerdes que la depresión no es tu culpa, tu problema o tu carga, la depresión es la puerta que te abrirá de nuevo para recordar quién realmente eres y conectar con la gente que te ama.

La depresión es una condición compleja y que depende de muchos factores. Pudiera generarse por diversos factores sociales, genéticos, o por cierta experiencia. Pero lo más importante es asumir su presencia. Aceptar que sufres un trastorno sicológico y que necesitas ayuda es el primer paso. Y por eso hoy quisiera compartirte algunas acciones que pueden fortalecerte si estás atravesando una depresión.

1.      Primero que nada, acude a un médico. Es necesario y primordial saber si tu tristeza es una melancolía profunda, o poder definir si ya es necesario tener el apoyo de algún fármaco para poder fortalecerte. Esto es muy importante, sólo un médico o un psiquiatra debe evaluarte y darte algún fármaco. No te automediques.

De la mano, busca un acompañamiento terapéutico. La terapia sicológica, por lo general, la terapia cognitivo conductual y la terapia de aceptación y compromiso, son según The Journal of Affective Disorders, los dos modelos más efectivos para atravesar la depresión.

2.      Haz ejercicio. Lo que puedas, pero muévete de lugar. Sé que a veces pararte de la cama podrá parecer un esfuerzo estratosférico. No necesitas ir al gimnasio, pero sí salir a pasear, mover tu cuerpo un poco para que tu cerebro incremente la producción de endorfinas y de serotonina. Yo sé que pudiera parecer una lucha de lo que quiero y no puedo hacer, pero recuerda que hay que luchar con nuestra mente y convencerle que queremos conectar con lo bonito de nuestra vida.

3.      Haz el esfuerzo por conectar con amistades o personas que te quieren. Claro que lo que más quisieras es estar sola, pero eso sólo te va a llevar a más pensamientos negativos. Date el permiso y rompe la dinámica de ver a esas personas que te conectan con tu entorno.

4.      Establece pequeñas metas, cortas y realizables día con día. Hoy me voy a parar y me voy a vestir, leer algunas páginas, llamar a alguien por teléfono, anotarte a tal curso…

5.      Habla sobre tus emociones. Escríbelas. Esto te permite desahogarlas y reducir los síntomas que te suelen deprimir.

6.      Sé amable contigo. Deja de castigarte o culparte por sentirte así. Recuerda que esta condición te hace que tengas una visión negativa de ti. No le des tanto peso a esa voz negativa interior, mejor recuerda que tu entorno te quiere y está preocupado por ti. Comienza por ser empático y compasivo contigo. Celébrate cada pequeño esfuerzo.

7.      Intenta meditar, respirar o hacer ejercicios de atención plena. Esto te permitirá estar en el presente y generar ansiedad del futuro.

8.      Duerme. Tu calidad de sueño es prioridad. Busca un ambiente propicio para el descanso. De la misma forma, cuida tu alimentación y no comer tanta azúcar.

9.      Trabaja en tu autoestima. Construir una visión más positiva de ti, te llenará de amor y aceptación, y este es un gran recurso.

•       Aprende a decir no.

•       Rodéate de personas que te valoren y donde te sientas querido.

•       Háblate bonito.

•       Reconoce y festéjate tus logros pasados y presentes.

•       Inicia actividades que te hagan sentir bien contigo.

•       Baja el listón de la exigencia.

10.     Sé paciente contigo. Esfuérzate por ser más flexible ante los cambios, y escucha tu corazón.

Quisiera que recuerdes algo.

Tú no eres tu enfermedad.

Tú eres quien decide atravesar lo que venga como venga.

Recuerda que para el mundo puedes ser una persona, pero para una persona puedes ser todo su mundo. Agárrate de esos seres queridos, de la compañía correcta, y aférrate a Dios y a la vida. Día a día, tu terapeuta y tu maletín de recursos personal, te permitirán sanar y salir adelante.  Recuerda también que lo opuesto a la depresión no es la felicidad, sino recobrar la esperanza. Trabaja en esto en ti y en enamorarte de lo que sí hay en tu vida.

Te abrazo y recuerdo que eres importante y suficiente.