Ciudad de México.- En 2025, el presupuesto para Cultura será un 13 por ciento menor que en 2024, y si se compara con 2013, el año con mayores recursos, la disminución es casi del 50 por ciento.

Con las cifras presentadas por Fundar, se vislumbra un panorama desalentador para los primeros 100 días del nuevo Gobierno.

“El presupuesto para Cultura es un foco rojo”, afirma Paulina Castaño, analista de la organización civil.

Castaño critica la falta de voluntad del Gobierno para aumentar el presupuesto cultural, a pesar de los compromisos internacionales de México para destinar al menos el 1 por ciento del presupuesto total a la cultura.

Si eso se respetara, a Cultura se habrían asignado 93 mil millones en lugar de los 15 mil 81 millones de 2025.

“El presupuesto actual es apenas del 0.19 por ciento, lo que significa que estamos muy lejos de cumplir con esos compromisos”, señala.

Año con año, Fundar analiza el Paquete Económico publicado por la Secretaría de Hacienda y enviado al Congreso de la Unión para su aprobación y análisis. Castaño, junto con otras organizaciones, artistas y gestores culturales, cabildearon con la Comisión de Cultura para que se reasignara el 20 por ciento del presupuesto a la Secretaría de Cultura.

Lograron que la Secretaría cambiara su postura inicial de “no se le va a mover una coma” al proyecto de presupuesto, tras tocar puertas con diputados y una campaña informativa en redes sociales ante el pretendido recorte del 30.8 por ciento respecto a 2024.

En cambio, Salud, Educación, Ciencia y Medio Ambiente tuvieron recortes hasta del 40 por ciento y no se les reasignó nada.

“Lo que se hizo en materia cultural el mes pasado (diciembre) fue importante porque alzamos la voz y eso es lo que tenemos que hacer”, dice Castaño.

Al Proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura no se le asignó un solo peso para su mantenimiento. Cuando en el Sexenio pasado, el 25 por ciento del presupuesto se asignó a esta iniciativa.

“¿Con qué recursos se va a mantener ese complejo? No sabemos. No sabemos si van a salir recursos de otras dependencias, pero en Cultura no está el presupuesto para la atención, el mantenimiento y echar a andar por completo el Complejo Chapultepec. No hay recursos”, alerta.

Desde Fundar plantea que no se necesita más infraestructura en la Ciudad de México, sino recursos para mantenimiento a museos y bibliotecas que están en malas condiciones debido a la insuficiencia de fondos.

Una preocupación compartida por Saúl Alcántara, especialista en restauración de monumentos, ámbito que no ve reflejado en el presupuesto.

La centralización de los recursos para el sector cultural en la Ciudad de México también es un problema grave.

Castaño refiere que el 97.5 por ciento del presupuesto se asigna a la capital del País, mientras que solo el 2.5 restante se distribuye entre los demás estados.

“Esto hace imposible que los estados alcancen sus metas y objetivos, los cuales están delineados en sus presupuestos anuales”, argumenta la analista.

Ejemplo de esa centralización es que el Programa de Apoyos a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE) tiene apenas 200 millones de pesos.

Promesa por cumplir

Castaño piensa que el compromiso del Gobierno de dar mantenimiento a sus escuelas de educación artística es difícil con el presupuesto actual, los recursos simplemente son insuficientes.

En el arranque del Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, instituciones como el Conservatorio Nacional de Música y la Escuela Superior de Música se declararon en paro.

Los reclamos obedecían, pero no solo, al mal estado de las instalaciones.

La Presidenta Sheinbaum no soslayó el hecho ni pretendió ocultarlo, pondera el flautista Horacio Franco.

“Lo encaró y dijo ‘se tiene que hacer’ (dar mantenimiento a las escuelas), sabe que es verdad”, dice el músico.

Sheinbaum anunció en diciembre pasado un Proyecto Integral de Renovación de Escuelas de Educación Artística y Cultural al que se destinarán parte de los 3 mil millones de pesos reasignados a la SC.

“Ya (la Presidenta) prometió recursos, ya prometió resarcir toda esa deuda enorme que se tenía con la comunidad artística, empezando por las escuelas de música, pero también con el arte y la cultura”, agrega el flautista.

En campaña, Sheinbaum prometió ser la Presidenta de la educación, la ciencia y la cultura, pero los tres rubros sufrieron reducciones presupuestales.

“Los números te están contando otra historia”, remarca Castaño.

La educación artística a revisión

Pero no solo es el deterioro físico de las escuelas. Erandi Fajardo, especialista en Política y Gestión Cultural, plantea el rediseño de la educación artística como un tema medular.

Una demanda añeja que, en su opinión, rebasó a la Secretaría de Cultura hasta el punto en que la situación de las escuelas del INBAL se tornó insostenible, tal como académicos y estudiantado evidenciaron.

En estos 100 días de Gobierno, el asunto de la educación artística propició unas primeras reuniones entre funcionarios de las secretarías de Educación Pública y de Cultura.

“Esas reuniones o propuestas, todavía como un esbozo, no como programas, me parece que son medulares en la estructura cultural del País”, opina Fajardo, directora de operaciones en Periplo Gestión Creativa.

Considera como aciertos la atención a la educación artística y el trabajo en conjunto con la SEP respecto a la iniciación artística, pero ahora la pregunta es cómo se hará.

La gestora cultural identifica como un reto lograr que los planes de estudio tengan una vinculación “más profunda y directa” con el sector artístico y cultural.

“Son temas torales, nos interesa que se hagan bien, que realmente reporten un cambio significativo en la educación artística del País, en el desarrollo cultural y artístico del País”, recalca Fajardo.

¿Con el pueblo todo, sin el pueblo nada?

Desde la sociedad civil, Fajardo y Castaño critican el formato de las mesas de consulta para el Programa Sectorial de Cultura: diez reuniones, con un aforo de 70 personas por reunión, 35 de modo presencial y 35 en línea, con solo tres minutos para exponer.

“Otra vez parece que todo es una simulación”, señala la analista de Fundar.

Inadecuado para un País tan grande y diverso como México y que no refleja el principio “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada” que el Gobierno asegura defender.

“Una consulta de 70 personas por mesa no me parece que sea ‘Con el pueblo todo'”, reflexiona Fajardo.

Castaño critica la falta de compromiso de la pasada Administración porque a nivel federal nunca abrió la puerta a la sociedad civil y, por el contrario, se cerraron muchos espacios de interlocución.

“Por lo menos desde Fundar nunca nos abrieron la puerta de la Secretaría de Cultura a pesar de que tocamos la puerta”, reitera.

En voz de Fajardo, el hecho de que la política cultural del sexenio pasado no fuera consultada ni retomara acuerdos previos sino que se presentó y luego, se corrigió en el camino, generó desazón en la comunidad cultural.

“Considero que no se terminó de subsanar el desazón que generó una política que no fue consultada, una política que no tomó acuerdos previos sino que se presentó y que después se corrigió en el camino, pero no construyó los diálogos y los acuerdos necesarios a nivel País”, lamenta.

Fajardo plantea que tampoco deberían ser reuniones de consulta, sino mesas de trabajo colegiadas si lo que se trata es de “lograr una gobernanza cultural” y respaldo al programa sectorial.

Cuestiona dónde está la sistematización de las mesas de diálogo celebradas durante la campaña que la comunidad cultural debería estar leyendo y ver si están reflejadas sus necesidades y propuestas, para construir a partir de ahí.

“El sector cultural está cansado de la simulación, está esperanzado en que las cosas sean distintas”, sentencia Fajardo.

A la expectativa

El anuncio hecho esta semana por la Presidenta Sheinbaum de integrar en una sola coordinación, bajo la Secretaría de Cultura, todo lo relacionado con los pueblos originarios y afromexicanos es visto como un acierto por parte de Alcántara.

“Lo veo como un acierto y a futuro (positivo) para la actualización de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, ya es urgentísimo actualizar su reglamento”, recalca Alcántara, expresidente del Icomos mexicano.

Aunque Sheinbaum ha tomado medidas consideradas positivas, como la renovación de escuelas de educación artística y rediseño de los planes de estudio, así como la integración de los temas de los pueblos originarios y afromexicanos bajo una sola coordinación, los retos persisten.

Las expectativas de una gobernanza cultural efectiva y un presupuesto adecuado serán claves para que este Gobierno pueda responder a las demandas del sector.