“Una prensa libre, puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala”. A. Camus
El Senado de la República en sesión solemne, entregó la medalla Belisario Domínguez en su edición 2023 a la periodista Ninfa Maria Deándar Martinez, directora del periódico El Mañana de Nuevo Laredo. Egresada de uno de los centros de capacitación de la burguesía: el Tecnológico de Monterrey, se hizo cargo desde 2017 del diario. Había sido ya fundadora y directora del suplemento comercial Fémina, donde sostuvo posturas de avanzada en defensa de los derechos de las mujeres. También fue directora del Instituto Municipal de la Mujer de Nuevo Laredo en el trienio 2013-2016. Se premio, entonces la trayectoria de activista, su defensa feminista al mismo tiempo que la dirección de una empresa de comunicación que heredó de su padre.
Las redes sociales han supuesto una re dimensión del papel de los medios tradicionales que ha llevado a pensar en la extinción de los tigres de papel, sin embargo, la televisión no acabó con el radio, ni el cine con el teatro. Hay lugar para la convivencia de distintos espacios de comunicación, en tanto se entienda la actividad periodística como la parte dinámica de este proceso, donde la sociedad es parte inseparable con cada una de sus contradicciones, empezando por la lucha de clases.
Si los medios, entonces, sirven a los intereses de sus propietarios, es de reconocerse cuando una de ellos coincide con el interés de un grupo que pretende la transformación y lo ejerce en el contexto de presión permanente de la delincuencia, organizada y los poderes políticos, y económicos.
No es lo mismo llamar libertad de expresión a la lucha de Ninfa Deándar, una directora que debido a formación y activismo construye sociedad desde la información política, asumida de manera ética en imposible neutralidad, que aquellos que desde la propiedad de un medio escrito, pretenden litigar asuntos mercantiles.
La certificación de las ideas uniformada para un viaje de palabras que se sella desde la sombra del espejo, que son los medios tradicionales de información, parte ideario de la clase dominante, lega ahora a las y los lectores, principalmente a través de las plataformas digitales, y esto da la oportunidad a la tecnología para que nos apoye como instrumento de liberación al democratizar los procesos comunicativos y transformarlos en algo colectivo que nos permita vestir de palabras los sueños.
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