Con tan sólo un par de semanas restantes del 2024, nos encontramos ante la ilusión de un nuevo año. Y de la mano de la nostalgia por lo que vivimos, lo que nos faltó experimentar o lo que nos hubiera gustado lograr. Hoy tenemos la oportunidad de recapitular las decisiones, las elecciones, las renuncias y reflexionar hacia dónde nos llevaron y en quién nos hemos convertido.
¿Qué tanto cuidé de mi? ¿Qué tanto me puse como prioridad? ¿Qué me faltó atender?
Dentro de todos los momentos que vivimos este año, es necesario tomar lo que hay hoy para reflexionar sobre el pasado y mirar hacia el futuro. Regálate este momento para identificar con claridad en papel y lápiz lo que hubo, lo que sueltas y con lo que te quedas. Desde esa versión tuya que construiste este año y desde un corazón agradecido, recuerda qué es que hoy tomas y guardas en la memoria de tu corazón, y a qué paginas decides darles la vuelta.
¿Cómo podemos hacer un buen cierre de año?
Hoy te regalo algunos ejercicios que pueden servirte para comenzar a mirar tu 2024 y vivir este mes de cierre desde un corazón agradecido. Agradeciendo a Dios lo que hoy somos, lo que hacemos y en dónde estamos.
1. HAZ UN BALANCE.
Primero toma una hoja en blanco y escribe 2024.
En esta hoja, vas a escribir todo lo que viviste este año que decides dejar atrás.
Si no puedes hacerlo escrito, al menos decide pensarlo.
¿Qué es todo eso que quisieras dejar atrás?
Pueden ser personas, hábitos, objetos, situaciones, que ya no quieres que te acompañen en esta nueva etapa.
Puede ser la creencia de la persona que debo ser, el conflicto que tuve con determinada persona que decido no cargar más, esa parte de mi vida que hoy decido dejar ir.
Cuando termines la lista, puedes romperla en pedazos, tirarla, o quemarla. No la guardes.
2. REFLEXIONA.
* ¿Cuáles fueron los mejores momentos que viviste este año, los que más disfrutaste? Intenta recordarlos y traerlos a tu cabeza.
Cierra tus ojos, evoca ese recuerdo, siéntelo. Y repite GRACIAS, gracias por esto que sentí, por esto que viví, por esto que disfruté.
* ¿Cuáles fueron los momentos más difíciles que te tocó vivir este año? Repite reconozco mi fuerza, resiliencia y mi valentía para atravesar esto.
* ¿Cuáles fueron los libros, películas, autores, referentes, que más te marcaron este año?
Compártelos pues pueden ser fuente de inspiración para otros.
* ¿Cómo estuvo tu salud este año? ¿Qué te gritó tu mente, tu cuerpo, tu corazón?
* ¿De qué estás orgullosa? ¿Cuáles fueron tus logros? Cuando te respondas, intenta no compararte ni medirte con otras personas.
Busca en tu interior qué de lo que alcanzaste te hace sentir orgullosa.
* ¿Cuál fue tu principal aprendizaje del año?
* De las metas que te planteaste al principio del año, ¿cuáles sucedieron y cuáles no?
* ¿Cuáles fueron los obstáculos y los límites que no te permitieron cumplir tus metas?
* ¿Cuál fue la decisión más importante que tomaste y cuál fue la más difícil?
En el caso de que dejaste de tomar una decisión, ¿qué fue lo que te impidió tomarla?, ¿cuál fue tu miedo?
* De las personas de tu círculo de amistades, ¿quién es tu gente?, ¿quiénes fueron las personas que estuvieron en tu camino y cuáles fueron las que te aportaron algo positivo?
3. AGRADECE.
Es un año importante para agradecer, ¿a quién le quieres dar las gracias?
* ¿De qué y por la vida de quién te SIENTES agradecido?
* ¿A quién te hace falta agradecerle y de qué formas puedes hacerlo?
* ¿Cuáles fueron las cuentas de Instagram que más te aportaron? (Piensa en las que no te aportaron nada y haz una limpia en tus redes sociales).
* ¿Cuál fue la emoción del año que estuvo más presente en tu día a día?
Repite una y otra vez:
Perdono, me perdono, agradezco y continúo.
Agradece tu vida, tus seres queridos, tus dones, la salud o falta de salud, el trabajo o la ausencia de trabajo, la prueba difícil por las que te toca atravesar, la naturaleza, los medios físicos, emocionales, materiales y espirituales. Agradece todo lo que te trae alegría o dolor, porque es parte de tu experiencia de vida y de tu evolución. Agradezcamos la presencia de todos en nuestra vida y dejémoslos ir porque ya no compaginan en nuestro verdadero propósito. Para mucha gente le es maravilloso pedirles ayuda a Dios, a la Virgen y a los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Puedes hacerlo también cerrando los ojos, meditando en qué deseas soltar y pensando que deseas enviar amor y cortar con eso.
Si te encuentras viviendo un gran dolor o sufrimiento, recuerda que es Dios quien te sujeta la mano mientras atraviesas este dolor. Recuerda que por más injusto que parezca, Dios jamás te suelta de su mano. En ocasiones la resistencia de no querer soltar, dar o perdonar, es quien genera intranquilidad e inquietud en nuestra vida. Sólo podremos experimentar la paz verdadera, si abrazamos y aceptamos nuestro presente, con lo que conlleva y nos decidimos a liberarnos de todo lo que nos ata.
A seguir preparando el corazón y soltar todo lo que nos roba la paz.
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