Vida
Publicado el martes, 10 de diciembre del 2024 a las 09:59
Ciudad de México.- Esta noche trascendió la noticia del asesinato del youtuber “El Gordo Peruci” en la ciudad de Culiacán, Sinaloa.
Este hombre, tenía millones de seguidores en las diversas plataformas:
• Facebook con 133 mil seguidores.
• Tiktok con 822 mil seguidores.
• Instagram con 376 mil seguidores.
• Youtube con 156 mil suscriptores.
Su nombre real era Leobardo Aispuro Soto, de 37 años de edad.
“El Gordo Peruci” fue ejecutado cuando se encontraba al exterior de su vivienda, ubicada en la calle Coronel Calixto Peña, en la colonia 21 de Marzo, al oriente de la capital sinaloense.
Su esposa, quien resultó gravemente herida durante el ataque, falleció más tarde en el hospital.
Asesinan al youtuber ‘El Gordo Peruci’ y a su esposa en Culiacán, Sinaloa
Leobardo Aispuro Soto, nombre real de “El Gordo Peruci”, era conocido en el mundo del internet por su contenido alusivo a dinámicas con sus amigos con transmisiones en vivo en restaurantes o lugares en donde el creció.
Sin embargo, además de los videos tipo blogs, el youtuber también subía sátiras de la situación que se vivía en su entidad y por ende, también llegó a mostrar parte de su “arsenal” en una transmisión en vivo, así como también un corrido en el que se mencionaba su nombre.
La canción, interpretada por Lenin Ramírez, se llama “La Polvareda“.
Luego de llegar a su meta de 100 mil suscriptores y manera de festejo, “El Gordo Peruci” mandó a hacer su propio corrido, en el que presumía que logró escapar de una persecución policiaca.
Lenin Ramírez, quien apenas iniciaba su trayectoria como cantante, habría cobrado 6 mil pesos por la composición.
Dicho sencillo, narra una persecución del Ejército y su fuga entre algunas veredas.
“Fue en aquel día tan tranquilo, me topé a los guachos
y yo relax con las armas afuera del clavo
cuando me hacen la parada, me salí volando
manejando de reversa, la NISSAN jalamos
una brecha muy pequeña, por ahí me fui maniobrando
con la defensa tumbaba y tumbaba ramas y palos
nunca dejé de aplastarle y me rifé como mi apá me había enseñado…
Dos rápidas chicoteadas venían en mi espalda
yo con la pata hasta el fondo, la NISSAN bramaba
Mi compañero nervioso, casi me estrellaba
la adrenalina hasta el tope y yo más le pisaba
entre los hoyos y piedras seguimos la carretera
los soldados enfierrados querían que me detuviera
y así les pasé volando por el rancho, dejando una polvadera…
El corrido finaliza con la frase:
“ Si quieren investigar, en la 21, el PERU sí puede explicarlo”.
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