Arte
Por Agencia Reforma
Publicado el lunes, 25 de noviembre del 2024 a las 04:02
Ciudad de México.- La desaparición de cada persona debería ocupar diariamente los principales titulares en los periódicos y los noticieros, porque es un asunto de primer orden que, sin embargo, no se dimensiona, advierte el escritor Emiliano Monge, quien en su más reciente libro Los vivos (Random-House) se convierte en buscador de sentidos. El de la ausencia, por ejemplo.
“
He tenido la posibilidad de llevar a cabo muchas entrevistas y conversaciones con familiares de desaparecidos y con parejas, amantes, amigos de ellos, y es imposible que uno no sienta el impacto de esos testimonios, que no están en tiempo pasado.
“
Cometemos el error de preguntar: ‘¿qué le gustaba?, y te dicen: ‘le gusta’ o ‘¿Cuántos años tenía?’ ‘Tiene’, corrigen. No es pasado, no ha acabado. No se asume ni la muerte ni la vida. Las dos son posibilidades, pero hay algo más; Los vivos es una novela de desaparición, pero también una novela de apariciones”, aclara.
La noción de dualidad no siempre funciona, señala, menos en estas circunstancias.
Monge, autor de Las tierras arrasadas, novela sobre la migración y la violencia galardonada en 2016 con el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska, apremia a mirar esta realidad demencial desde perspectivas distintas a las que han propiciado su normalización
“
Llevamos desapareciendo muchísimo tiempo. Según algunas cifras, hasta diez personas al día. Es demencial. Es una tragedia que no dimensionamos. El periodismo tiene que seguir publicándolo: es un tema que tendría que ser la portada de todos los periódicos todos los días, y con lo que también tendrían que abrir los noticieros todos los días, y la literatura y el arte también tienen que seguir explorándolo en todos los medios posibles.
“
En mi caso, quería encontrar una manera mucho más metafórica o que tratara de hacer preguntas, otra manera de mirar de frente algo que estamos mirando de un solo modo y está claro que ese modo de mirar no nos está alcanzando para sacudir a la gente. El arte está obligado a buscar formas diferentes de sacudir: hay que encontrar un modo nuevo de mirar”, apremia.
Mientras el periodismo aspira a generar un impacto en las sociedades, la literatura pretende repercutir en individualidades: los lectores, contrasta Monge, quien también ha escrito en Los vivos una historia de amor y de amistad, que es otra forma del amor, dice.
Como buscador de sentidos, Monge no solo trasciende dualidades, sino refiere lenguajes que aprehenden la realidad desde la ausencia, como lo hacen los comcaac, quienes por ejemplo nombran a un ciego “mirada de águila” o “rayo veloz” al que tiene cojera. También recurre a frases en apariencia paradójicas, pero que en realidad encierran una lógica inobjetable, como esta: “porque serás encontrado, desaparecerás”, pronunciadas por una vidente.
“
Para estar en paz aquí o para irte de aquí tienen que ser encontrados tus restos o tiene que ser encontrada tu vida en donde estabas”.
El autor de Morirse de memoria o El cielo árido opta en Los vivos por un lenguaje sucinto y una escritura lacónica en lugar de las oraciones de largo aliento de sus trabajos previos: “casi como el esqueleto de una prosa”.
Los vivos, junto con Las tierras arrasadas, constituye su novela más dura, confiesa.
“
Como saqué dos novelas medio autobiográficas asumen que son las más duras de haber escrito. Y todo lo contrario. Las más duras de haber escrito, sin duda, son Las tierras arrasadas y Los vivos. Una cosa es tener algo dentro, que lo tienes que sacar a que se revuelque en el lodo para poder hacer literatura, como estas historias familiares, y otra cosa es meter algo de fuera para que se revuelque en tu lodo para hacer literatura y es mucho más doloroso. Al final te metes muy hondo en temas que son muy jodidos, y dices: ‘hiciste un libro y?'”.
Tu lodo en un país enlodado.†Es un chiquero.
A LEER:
Los Vivos
Emiliano Monge
Penguin Random House, 2024
299 pesos
248 páginas
Más sobre esta sección Más en Arte
Hace 1 dia
Hace 2 dias
Hace 2 dias
Hace 2 dias