Por sexto año consecutivo el número de víctimas de asesinato en México rebasó la cantidad de 30 mil muertos al llegar a 30,523 el año pasado, y aunque las autoridades digan que se han reducido dichos crímenes, es una cifra escandalosa. Sin embargo de escándalo que también durante el año pasado se registraron 110 mil muertes por diabetes; tres veces más que los asesinatos.

Además de la inseguridad un tema preocupante es la adicción a las drogas, sin embargo no hay cosa más adictiva que el azúcar, la principal causante por mucho de la diabetes. Y en esta trampa están atrapados millones de niño que han heredado malas costumbres que no tuvieron sus abuelos.

Llama también la atención que más de 196 mil muertes anuales en nuestro país son atribuidas al consumo de bebidas azucaras, “alimentos” ultraprocesados, tabaco y alcohol. De acuerdo con el INEGI, durante la última década las principales causas de muerte han sido lideradas por las enfermedades crónicas no transmisibles. En los últimos 10 años se han reportado más de 4.2 millones de muertes por estas enfermedades, destacando los años 2020-2022 al superar las 500 mil muertes cada año.

La ONG El Poder del Consumidor señala que el consumo de productos ultraprocesados con exceso de nutrimentos críticos como azúcares añadidos, sodio, grasas y aditivos, y de bebidas endulzadas, se encuentra relacionado directamente con el desarrollo de enfermedades crónicas. A estos productos ultraprocesados, se les atribuye el 22 por ciento del total de las muertes por enfermedades crónicas no transmisibles. En la última década, a la comida chatarra y las bebidas azucaradas, es decir, a las dietas de mala calidad, se les atribuyen más de 932 mil muertes por enfermedades crónicas, el equivalente a 93 mil 200 muertes cada año.

En México, el consumo de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas es muy elevado. Según un estudio de la Organización Panamericana de la Salud, somos el principal consumidor en Latinoamérica; esto se debe, entre otras causas, a la alta disponibilidad y promoción de estos productos.

No es casualidad que en nuestro país mueran 259 personas cada día debido a la mala alimentación y que las principales causas de muerte sean la diabetes y enfermedades cardiovasculares asociadas al consumo de estos productos. En México, el número de personas con diabetes ha aumentado de manera exponencial y se espera que para 2050 esta cifra pueda duplicarse.

El consumo de bebidas azucaradas es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de la diabetes. Estudios recientes demuestran que, en promedio, los mexicanos consumimos 163 litros de refresco por persona al año lo cual contribuye directamente a la prevalencia de sobrepeso y obesidad, dos de los principales factores de riesgo para diabetes.

Según datos oficiales en el 98 por ciento de los centros escolares se vende comida chatarra y bebidas azucaradas, lo que explica que más de 16 millones de estudiantes de cinco a 19 años padezcan obesidad. Las autoridades en los tres últimos sexenios han intentado frenar el consumo de estos comestibles chatarra en las escuelas, sin embargo han fracasado debido a los poderosos intereses económicos de los fabricantes de dichos productos. Veremos si ahora el intento de la SEP actual logra erradicarlos el próximo mes de marzo.

Es importante recordar que los hábitos alimenticios son materia educativa y la infancia es la etapa clave ya que el paladar también debe educarse. No hay que olvidar que -en teoría- la escuela está para compensar las carencias de la sociedad y que en la educación de los niños también tiene responsabilidad el Estado.

Otro aspecto importante que nadie menciona es que el costo de tratamiento de la diabetes representa una carga económica insostenible para el sistema de salud mexicano de por sí endeble. Según el IMSS los gastos anuales en tratamiento y complicaciones derivadas de la diabetes superan los 50 mil millones de pesos. Por ello, es urgente implementar políticas que frenen esta epidemia; de lo contrario, el sistema de salud estará en una situación insostenible en los próximos años.

Ante la violencia y los asesinatos poco se puede hacer a nivel individual, pero respecto a la alimentación saludable sí está en nuestras manos y al alcance de cada quien. Es cuestión de voluntad.