El mundo celebra el segundo domingo de noviembre, el Día Mundial del Trabalenguas. Por lo que ese 10 de noviembre es una fecha dedicada a rendir homenaje a la riqueza del lenguaje y a la habilidad de jugar con las palabras.

Por ello, esta conmemoración se convierte en un festín para los laberintos del habla, donde la dicción se convierte en danza y las sílabas juegan a esconderse, invitando a los amantes del lenguaje a desafiar su capacidad de articulación, recordándonos la historia y el significado detrás de estos juegos lingüísticos.

El trabalenguas, una construcción verbal que juega con la fonética y la estructura de las palabras, tiene raíces que se remontan a la Grecia Antigua y se cree que su origen se encuentra en la tradición oral, para mejorar la dicción y la oratoria. A medida que las lenguas evolucionaron, los trabalenguas se convirtieron en una forma de arte que desafía la concentración y la agilidad verbal, tornándose en un método efectivo y un recurso valioso para la enseñanza de la pronunciación y la dicción.

El objetivo principal de un trabalenguas es provocar la risa y el asombro mediante la repetición de frases que, aunque simples en apariencia, resultan complejas al ser pronunciadas rápidamente. Este ejercicio, además de divertido, mejora la fluidez verbal y la capacidad de comunicación.

Los trabalenguas se basan en varias figuras retóricas, resultando la aliteración una de las más prominentes. La aliteración es la repetición de sonidos consonantes al inicio de las palabras, creando un ritmo particular que puede ser tanto musical como desafiante. En el clásico trabalenguas “Pablito clavó un clavito…”, la repetición de sonidos y de palabras no sólo añade un elemento sonoro atractivo, sino que también aumenta la dificultad al intentar la pronunciación rápida.

En el contexto del Día Mundial del Trabalenguas, es imposible no mencionar a Peter Piper, el personaje del conocido por el trabalenguas en inglés con el mismo nombre. La rima “Peter Piper picked a peck of pickled peppers” ha trascendido generaciones y se ha convertido en un ícono del juego verbal.

El trabalenguas funciona tanto para el aprendizaje del inglés como del español, ya que los juegos de palabras cuentan con secuencias de sonidos y palabras similares que exigen concentración y práctica, como por ejemplo “La araña con maña, amaña la laña. La araña con maña es una tacaña” o, “Sally sells seashells down by the seashore”. Por lo que vemos que el trabalenguas tiene la capacidad para unir a personas de diferentes culturas, lo cual es signo de su universalidad.

Por ello, ya sea en cantos de las abuelas, en retazos de literatura infantil, o en torres de Babel que se elevan, el Día Mundial del Trabalenguas es un ritual de sabiduría verbal, en la que no sólo nos divertimos, sino que también apreciamos la riqueza de las palabras y la habilidad que tenemos para crear una orquesta de sonidos. ¿Qué trabalenguas te viene a la memoria?