Negocios
Por Grupo Zócalo
Publicado el viernes, 8 de noviembre del 2024 a las 04:13
Ciudad de México.- La promesa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel universal de 10% a las importaciones y de 60% a los productos chinos es probablemente sólo un punto de partida para las negociaciones, dijo la agencia de calificación S&P Global este jueves.
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Es poco probable que impongan aranceles en esos niveles, pero si Trump sigue adelante, el arancel universal del 10% podría añadir hasta 1.8 puntos porcentuales a la inflación”, según el artículo, lo que desencadenaría un rebote de la inflación en el primer año, en lugar de tener un efecto continuo, y afectaría a la producción hasta en un punto porcentual.
El aumento de los aranceles al 60% sobre China podría añadir hasta 1.2 puntos porcentuales a la inflación y el golpe a la producción podría ser de alrededor de 0.5 puntos porcentuales, agregó.
S&P dijo que podría bajar la calificación de Estados Unidos, actualmente AA+, en los próximos dos o tres años si los acontecimientos políticos pesan sobre la fortaleza de las instituciones, ponen en peligro el dólar como principal moneda de reserva del mundo, o si el ya elevado déficit fiscal aumenta aún más.
Las actuales proyecciones fiscales de S&P suponen que el déficit público estará en torno a los niveles actuales, añadió.
Carga fiscal
La agencia anotó que desde una perspectiva soberana, la política que mejore o empeore los déficits fiscales y la carga de la deuda del país podría afectar en mayor medida la calificación crediticia soberana no solicitada (AA+/Estable/A-1+), dado que la principal debilidad crediticia de Estados Unidos es su perfil fiscal y las dificultades para conseguir la cooperación bipartidista para reforzarlo.
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Nuestras proyecciones fiscales parten del supuesto de que los déficits de las administraciones públicas se mantendrán en torno a los niveles actuales y que el próximo Congreso y la próxima administración abordarán el tema del techo de la deuda y actuarán antes de que el Tesoro se quede sin capacidad para desplegar medidas extraordinarias”.
Contempló que podrían rebajar la calificación en los próximos dos o tres años si se produjeran acontecimientos políticos negativos inesperados que pesen sobre la solidez de las instituciones estadounidenses, así como si los déficits, ya de por sí elevados, aumentan aún más.
Por el contrario, elevarían la calificación si una política pública eficaz y proactiva se tradujera en una mejora de los resultados fiscales que redujera sustancialmente el déficit de las administraciones públicas y disminuyera la carga de la deuda del país.
En este sentido, Fitch Ratings dijo que la gobernanza es un factor clave para la calificación de Estados Unidos, por lo que la falta de coherencia y credibilidad de políticas podrían impactar negativamente la nota soberana, en el contexto del triunfo de Donald Trump a la presidencia de este país.
Reconoció que desde que rebajó la calificación de Estados Unidos en 2023 a “AA+” con perspectiva estable, su situación presupuestaria se ha debilitado, aunque el crecimiento ha sido superior.
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La deuda de las administraciones públicas es un factor clave de la calificación soberana de Estados Unidos. Un marcado aumento de la deuda en relación con el PIB, debido potencialmente a la inacción a la hora de abordar los retos estructurales del gasto y los ingresos, es una sensibilidad negativa para la calificación”, alertó.
Los aranceles a los automóviles importados a Estados Unidos desde México podrían afectar la entrega de miles de vehículos, dijo un ejecutivo de Honda Motor Co.
El candidato republicano Donald Trump, que ahora recuperará la Casa Blanca y la Presidencia de EU, ha amenazado con imponer duros gravámenes a los automóviles de pasajeros que crucen la frontera mexicana hacia Estados Unidos.
Eso, junto con su promesa de eliminar los subsidios a los vehículos eléctricos que se pusieron a disposición bajo la Ley de Reducción de la Inflación, podría tener consecuencias incalculables para los fabricantes de automóviles mundiales.
El fabricante de automóviles japonés Honda importa aproximadamente 160 mil automóviles de México a Estados Unidos cada año, dijo el miércoles el vicepresidente ejecutivo Shinji Aoyama, durante una conferencia con inversionistas.
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Si se les aplicaran aranceles, eso tendría un gran impacto”, aseguró Aoyama. “No sólo a Honda, sino también a General Motors, Ford y otros fabricantes de automóviles japoneses”.
Aoyama, de Honda, dijo que se podría considerar la posibilidad de realizar actividades de lobby y trasladar la producción dentro de Estados Unidos si los aranceles son altos. “A mediano y largo plazo, no podemos permitirnos el lujo de no pensar en ello”.
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