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La reunión previa a las mañaneras

Por Salvador García Soto

Hace 2 semanas

Cada mañana, entre la reunión del Gabinete de Seguridad y las conferencias matutinas que da en Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum se reúne con un pequeño grupo de asesores que le dicen las líneas de comunicación que manejan los medios, los temas que dominan la agenda mediática y de redes sociales, y le aconsejan y le dicen lo que debe comentar y cómo abordar los distintos temas que le preguntarán en la conferencia, cuyas preguntas ya han sido previamente revisadas por el equipo de comunicación de la Presidencia.

Lo que parecería un ejercicio normal de preparación previo a una conferencia de prensa, cobra un sentido completamente distinto cuando se saben los nombres de los “asesores” a los que escucha la Presidenta previo a su encuentro diario con los periodistas, youtubers y demás asistentes a las mañaneras. El principal que lleva la palabra y que le explica y alecciona a la Presidenta es Jesús Ramírez Cuevas, exvocero presidencial del sexenio pasado y actual Coordinador de Asesores de la Mandataria. Es él, nos dicen fuentes directas del Palacio, quien lleva la voz cantante y sugiere temas, líneas discursivas y hasta los materiales de apoyo que presenta en video la doctora.

Junto a Jesús está Jenaro Villamil, director ratificado del Sistema Público de Radiodifusión, y también herencia del sexenio pasado, quien también opina, comenta y sugiere a la Presidenta lo que debe responder a las preguntas que le esperan. Luego hay otros colaboradores del staff presidencial que también participan en esa reunión de entre 20 y 30 minutos, después de la cual la doctora sale al Salón Tesorería para sostener su diálogo con los asistentes a la conferencia.

Quienes han atestiguado esas reuniones, comentan que es inevitable tener un déja vu con el sexenio pasado. Porque cuando Jesús Ramírez habla y propone temas y recomendaciones a la Presidenta, parece no sólo hablar a título personal, sino de su antiguo jefe. Y no es que estén seguros que Ramírez hable a nombre del expresidente, pero por la forma en que se expresa y hace sus comentarios frente a la doctora, pareciera que intenta aparentar que habla a nombre del expresidente.

Al final, en su afán de imitar todo lo que hacía su antecesor, ya sea por lealtad ciega o por miedo al que se fue, la presidenta Sheinbaum terminó aceptando herencias y prácticas nefastas que, incluso dentro del anterior gobierno y del mismo Morena, eran cuestionadas y se rechazaba la influencia negativa que llegó a ejercer el exvocero presidencial Ramírez Cuevas, a quien incluso entre las cúpulas de la 4T se referían despectivamente por el oscuro papel que jugó en el Gobierno anterior.

Y aunque ahora la influencia de Jesús ya no incluye otros temas políticos y electorales, como sí llegó a tener con el expresidente, a quién llegó influir tanto al grado de no sólo envenenarle el oído con chismes e interpretaciones personales de lo que publicaban los medios, sino incluso llegaba a sugerir nombres de candidatos a Gobernador, para favorecer a personajes que lo financiaban y con quienes tenía intereses, lo que sí mantiene el ahora Coordinador de Asesores es el manejo del oído de la Presidenta sobre los temas y posicionamientos que ésta hace en la Mañanera.

Eso explicaría por qué, aunque se han hecho algunos cambios que se agradecen como la menor duración y las respuestas más breves de la Mandataria, al final el ejercicio político y de propaganda en que se convirtieron las conferencias presidenciales, sigue siendo tan parecido al del pasado sexenio, aunque sin la misma chispa e ingenio que caracterizaba al que se fue a Palenque.

Lo más curioso del tema es que, aunque cambió de oficina y mermó su influencia política, a Jesús Ramírez Cuevas le mantuvieron intacta su condición de ser una mala imitación goebeliana en el vetusto Palacio. Y lo que antes hacía en unos minutos caminando al lado del expresidente, en el trayecto entre la reunión de Seguridad y la Mañanera que empezaba a las 7. Hoy lo hace en media hora, sentado y con toda la atención de la Presidenta, que escucha y atiende las recomendaciones de su asesor heredado.

 

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