Desde hace muchos años, se ha hecho costumbre y sobran, en Coahuila, los clubes sociales, organismos sindicales, asociaciones de profesionistas y de otros muchos ramos que a costa de donaciones por parte de los municipios o del Estado, quieren iniciar o ampliar lo que tienen.
Si se tratara de grupos de beneficencias o de ayuda social, no tenemos por qué cuestionarlo ni criticarlo. Pero el problema es que son organismos de membresía, que cobran una inscripción, una mensualidad y hasta cobran aportaciones extraordinarias, haciendo de ello todo un negocio en donde existe ganancia. Aunque la mayoría de esos negocios caminan o se identifican fiscalmente como Asociaciones Civiles, es decir, sin ánimo de lucro.
En Torreón, Saltillo, Piedras Negras, Acuña, Ramos Arizpe, Sabinas y otros muchos municipios de Coahuila; existen casos concretos y, cuando no es para un club social, es para el salón de fiestas de profesionistas, colegios particulares, etc. Pero la verdad es que sangran al erario público cada vez que pueden, aunque repetimos lo de siempre; no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre. La autoridad municipal y estatal no debiera fomentar esta mala e injusta costumbre.
Si esos organismos que lucran, aunque lleven el A.C., quieren hacer sus instalaciones o bien ampliar lo que tienen, lo correcto es que compren los terrenos que les interesa, lo mismo a particulares que al Municipio, sin recibir ciertas canonjías.
Son aquellos clubes privados que hasta cuentan con espacios recreativos de golf; otros de canchas de tenis, e incluso hasta cuentan con ambos espacios deportivos; quienes siempre dan hecho que el Ayuntamiento les donará los terrenos adyacentes a sus instalaciones y que por mucho tiempo se utilizaron como calle. También hay casos que hacen la solicitud directa a las autoridades locales, para que hagan remodelaciones fuera de los extraordinarios para hacer lucir mucho mejor sus entradas a clubs de sus socios.
También los hay quienes descaradamente hacen incrementos de sus cuotas, tan pronto las autoridades locales, en conjunto con las del estado, hacen una importante inversión para ampliar las vías de comunicación. Aprovechándose de dicha inversión pública, planeación y descaradamente saludan con sombrero ajeno, justificando el aumento de su cuota o membresía debido a las mejoras de las vialidades cuando en realidad estas asociaciones civiles ni siquiera hicieron una inversión o mucho menos que se hayan acercado a las autoridades locales y estatales para hacer una contribución o participación económica.
Todo lo anterior, es una práctica más común de lo que se pueden imaginar. Así como también la mayor parte de ello se concreta a puerta cerrada y en lo oscuro. Pero hay que decirlo que nada en esta vida es gratis, y así les dejo a mis lectores que tengan una amplia imaginación sobre los beneficios que pueden tener ambas partes que participan tanto particulares como autoridades, pero de algo si estoy complemente seguro es que este tipo de beneficio no son para el resto de la población en donde la ciudadanía no recibe un terreno en donación, como tampoco condonación de pago de impuesto predial, o precios con una valoración catastral o por debajo de ello como puede ser costo de un predio rural, entre otros beneficios más.
Este tipo de canonjías políticas, es una mala práctica e injusta para el resto de los mortales, es decir, para la población. Sin embargo, es tan antiguo y común que se sigue practicando a la fecha. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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