Ahora resulta que Claudia Sheinbaum olvida, reniega o ignora la historia que hizo posible la llamada cuarta transformación.

La Presidenta olvida que, si no ha sido por las maniobras ilegales del presidente, Ernesto Zedillo, el líder social de nombre, López Obrador, no habría llegado a la presidencia del hoy extinto PRD, a la jefatura de Gobierno del DF y tampoco al cargo de

presidente. Peor aún, la Presidenta desconoce que el artífice de la alternancia en el poder en México, se llama Ernesto Zedillo, el mismo al que hoy sataniza por “cometer el pecado” de acusar, en la prensa extranjera, el peligro que viven los mexicanos de que el Gobierno de Morena, nos lleve a una tiranía

Pero vamos a los hechos.

El viernes 1 de noviembre del 2024 el diario norteamericano, The Washington Post, publicó un artículo editorial bajo la firma del expresidente Ernesto Zedillo, quien advierte el peligro de que, en México, la Presidenta estimula una crisis constitucional, que llevará al país a una autocracia. Entre otras cosas, Zedillo dijo lo siguiente: “La crisis constitucional que está alimentando -la Presidenta de México-, no generará el buen Gobierno democrático para el que fue elegida. En cambio, debería utilizar su mandato para detener la regresión democrática orquestada por su antecesor, e iniciar un proceso genuino e integral de reformas para lograr un verdadero estado de derecho y seguridad ciudadana en México”. (FIN DE LA CITA)

En respuesta, Claudia Sheinbaum calificó al expresidente como “vocero del conservadurismo” y, como si fuera “pecado”, criticó que no haya publicado su artículo en la prensa mexicana, sino en The Washington Post. Así lo dijo: “Un expresidente de México, hoy vocero… bueno siempre fue vocero del conservadurismo pero hoy más, fígense dónde publica su artículo… para empezar no lo publicó en un periodico de circulación nacional, no, lo publicó en un periódico de Estados Unidos… ¿o sea le habla al pueblo de México desde un periódico de Estados Unidos?”. (FIN DE LA CITA)

Frente al timorato argumento presidencial, vale recordar que no es la primera ocasión que Zedillo cuestiona a los gobiernos de Morena, además de que resulta falso que el expresidente sea vocero del conservadurismo. Y para que se entienda, aquí un fragmento del Itinerario Político titulado: “¡Zedillo construyó al pupulista AMLO!”, del 22 de marzo del 2022: “Seguramente muchos han escuchado las duras críticas de Ernesto Zedillo al populismo depredador de López Obrador.

“Pero lo que pocos recuerdan es que el entonces presidente Zedillo es el verdadero creador del populista López Obrador. ¿Por qué? En 1996 y en el año 2000 se pactaron amasiatos políticos entre Zedillo y AMLO que hicieron presidente del PRD al tabasqueño y luego, de manera ilegal, lo convirtieron en candidato y jefe de Gobierno del DF.

“En efecto, esa es la historia negra de un amasiato político que quisieran olvidar “los fanáticos lopistas” y que pretende borrar de su pasado el presidente López. Pero vamos por partes. Como recuerdan, en días pasados reapareció el expresidente Zedillo, con una crítica severa a los populismos ineficaces de América Latina.

“Dijo que gobiernos que llegaron al poder por la vía democrática hoy se han convertido en enemigos de la democracia y de las reformas estructurales para apuntalar el desarrollo económico. Incluso responsabilizó a los populistas por el sufrimiento y muerte en sus pueblos, a causa de la ineficiente respuesta oficial frente a la pandemia.

“Pero no era la primera ocasión que el expresidente advertía del peligro de los populismos. El 10 de diciembre del 2021, en el seminario “La Relación de Estados Unidos e Iberoamérica”, Ernesto Zedillo y Mario Vargas Llosa, alertaron del peligroso retroceso democrático en México y América Latina. Zedillo lo dijo así: ‘Si uno ve el mapa de América Latina, concluye que quizá 70% de nuestra población vive en países en donde la democracia que creíamos definitiva está seriamente amenazada por individuos que accedieron al poder por la vía democrática y que de inmediato se abocaron a destruir cualquier elemento democrático’. (FIN DE LA CITA)

“Lo cierto es que, como ya se dijo, en 1996, López Obrador siguió los pasos del PAN y provocó un amasiato político con el Gobierno de Zedillo, en abierta traición a Cuauhtémoc Cárdenas. Los incrédulos de esa realidad pueden consultar la hemeroteca del diario La Jornada del lunes 3 de junio de 1996, que tituló así la nota principal: “Conspiran contra Zedillo: López O.”.

“La nota se refería a una declaración que AMLO formuló en Misantla, Veracruz, el domingo 2 de junio, en donde dio a conocer la propuesta de un “acuerdo de unidad y apoyo político” al Gobierno de

Zedillo. Así lo dijo Obrador: “No queremos alianzas con el presidente Zedillo, deseamos acuerdos donde él se comprometa con el pueblo y con la nación, y nosotros a construir una verdadera transición democrática… queremos acceder al poder, pero no sobre el cadáver de la República”. (Fin de la cita) Y la respuesta del entonces presidente Zedillo fue una alianza que convirtió a Obrador en jefe del PRD, en medio de severas críticas por lo que muchos llamaron la alianza como “la gran traición”. Al final, López se convirtió en jefe del PRD gracias al aval de Zedillo y en 1997 su partido ganó el Gobierno del DF con Cuauhtémoc Cárdenas, pero también Tlaxcala, Baja California y Zacatecas.

“Pero esa sólo fue el primero de los amasiatos de López Obrador con el PRI y, en especial, con el entonces presidente Zedillo. Por eso vale recordar que en esos años el propio Zedillo era el principal impulsor de la “alternancia de terciopelo” que habían exigido no pocos países del mundo para que México se incorporara al comercio global. Zedillo había construido el IFE, le había dado independencia al Banco de México y había limpiado el Poder Judicial y cambiado a todos los ministros de la Suprema Corte.

“Se propuso la instauración de la democracia en México y para ello era fundamental la alternancia en el poder. Es decir, el PRI debía ser relevado en las urnas y los partidos opositores debían acceder al poder. Por eso, uno de los pasos que se decidieron desde la casa presidencial fue precisamente impulsar la candidatura de López Obrador a la jefatura de Gobierno del DF, en el año 2000; un Gobierno que hasta antes de 1997 siempre había estado en manos del PRI. Como recuerdan, Obrador no cumplia los requisitos legales para ser candidato a jefatura de la capital del país, ya que su residencia y su credencial de electoral correspondían a Tabasco”. Si no lo ha entendido la espuria Claudia Sheimbaun, el principal aliado de López Obrador para que el tabasqueño llegara al poder, se llama Ernesto Zedillo, el mismo que hoy coloca a la espuria presidenta como el nuevo peligro para México y los mexicanos.

Al tiempo.