Coahuila
Hace 3 semanas
ESTIMADOS Y ESTIMADAS AMIGAS:
Esperando que los que queremos nuestras tradiciones del Día de Muertos, hayan podido hacer sus altares de sus seres queridos que se encuentran en un mejor lugar, deseamos todos que se encuentren en los brazos amorosos de Dios. Y que se permita a esas almas ya en vida eterna, bajar a saludarnos, viendo con cuánto amor se les espera en ese pequeño altar lleno de colores, de flores de cempasúchil, de color anaranjado y de color vino tinto, botellas de tequila, panes, postres que le gustaban a los familiares difuntos, alguna prenda preferida, una carta, por supuesto, la foto, son 7 escalones y cada uno tiene su significado, pan de muerto, camote, calabaza en tacha, tan deliciosa, en lo particular me encanta, estaba pensando por que me gusta esta tradición, y viene de mi abuelita materna, le decíamos mamaíta, que vivía en Soledad de Graciano Sánchez, antes Soledad Diez Gutiérrez, donde vivió con mi abuelo Enrique Narváez López, donde hoy en día es la Casa de la Cultura de ese municipio, una grande y bella casa, que amé tanto, ahora está muy distinta por dentro, ya quitaron el jardín tan hermoso que estaba en el centro, cómo recuerdo cada centímetro de la casa, fuimos inmensamente felices mis hermanos y yo, junto con mi mamá y mi papá, mis tíos, y esa bella abuelita que siempre nos tenía frutas de los árboles que seguramente ella sembró con mi abuelo, eso no lo sé la verdad, yo supongo. Pero allá en San Luis capital, me encantaba ir en esas fechas, ir al panteón a ponerle en familia flores a la tumba de mi abuelo que nunca conocimos, porque falleció muy joven, mi mamá apenas tenia 9 años, entonces, íbamos y limpiábamos las tumbas de mis bisabuelos, tatarabuelos, era toda una odisea, y recuerdo que ayudaba a traer el agua, o a barrer, poner las flores, me gustaba, y rezábamos, cada uno en silencio, pero yo me iba después a ver las demás tumbas, había de todo tipo, algunas escalofriantes y otras lindas, otras solas, otras solo de tierra y flores encima, algunas vacías, y la curiosidad de niña, siempre creía que me saldría algún muerto por ahí, me gustaban las películas de terror, aunque muriera de miedo. Los dulces que en esta época venden allá en el mercado, calaveras con tu nombre, no podían faltar, cuando íbamos de visita allá, tumbas de azúcar, un sinfín de chucherías alusivas a la fecha de muertos.
Ahora sé que me gusta porque estaba mi abuelita siempre con nosotros en esas fechas, y nos acompañaba a todas partes, por supuesto que era de cajón ir al panteón a ponerle flores a su amado esposo, mi abuelo, sigo teniéndola tan presente día con día a mis abuelitas, a mis amigos, parientes que se fueron primero con Dios, que sigo amando hasta que nos encontremos en otra vida. Ah cómo se extrañan unos más que otros, depende de la cercanía, pero como yo soy tanatóloga, pues siempre estoy en contacto digamos con este proceso de duelo con mis pacientes, desde mis propios duelos, fui aprendiendo de la misma vida, y con la metodología del estudio de la tanatología y la sicotanatología, vas viendo la muerte tan natural como debe ser, es algo que sí, o sí pasará algún día, es lo único seguro en este mundo, la muerte.
El dolor es inherente al hombre, pero es verdad que uno decide sufrirlo o no, pasar por las etapas de duelo es tan importante y necesario, porque sino se vuelven duelos patológicos, y no se lo recomiendo a nadie. Hay etapas del duelo para quienes no tienen conocimiento de ello, son:
1- La negación
2- La ira o enojo
3- Negociación con lo divino
4- Tristeza
5- Aceptación
6- Nueva vida
Y el tiempo según cada autor es variado, lo que sí les puedo decir que el duelo en mi experiencia es la pérdida de un hijo. Eso para mí es lo más doloroso de la vida. Y en tiempo se llevan años.
Otros duelos pueden ser de 6 meses a 1 año. Sin embargo, cada ser humano puede reaccionar distinto a la pérdida del ser amado. Pero siempre recomiendo ir con un profesional, un tanatólogo que ayude a entender la muerte, las creencias de ella, cómo educaron a la persona cuando alguien moría de la familia, he asistido a velorios que no son tal, porque es pura fiesta, y la primera vez me asombré y me quede con el ojo cuadrado, pero el difunto dejo dicho que quería que lo despidieran con fiesta, como si él siguiera, y así fue, creo hizo la lista de los invitados a su pequeña y selecta fiesta. Y la verdad que la pasamos divino acordándonos de él que había fallecido, con risas y anécdotas, y creo que esa manera es más bonita que la tradicional, de velorios con llantos, por días, eso es terrible para la familia, pero son tradiciones, rituales en México, y súper respetables, así nos enseñaron, pero creo que, cuando yo cuando muera, sí quiero fiesta como don Andy, que quiso fuera su despedida una fiesta, y créanme que a pesar de mi sorpresa, me di cuenta que realmente la muerte es el principio de la verdadera vida. No olvidemos que somos alma viviendo en un cuerpo terrenal. El alma nunca muere. Sólo evoluciona.
Les mando un abrazo a todo aquel que esté con el dolor en el alma por su ser querido que se fue con Dios. Que sea él mismo que les dé fortaleza, y poco a poco ir cambiando el sufrimiento con recuerdos felices, memorias que te hagan reír, y así recordarlos, dejar lo negativo y doloroso para las terapias, eso sí les vuelvo a recomendar cuando el duelo no pasa.
Y así entre lágrimas y risas los dejo, hasta la próxima. Diosito por delante.
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