Mutación, según el Diccionario de la Lengua Española, es simplemente la acción y efecto de mudar o mudarse. Esta definición es muy simplista en el sentido de que aparentemente significaría sólo cambiar de lugar de residencia, o cambiarse o mudarse de ropa, cambios externos en cuanto a espacio o apariencia, en el caso de los humanos, la ropa, en las plantas, cambios en la coloración de sus hojas, o en el caso de los animales, cambio de pelaje según la estación del año para adaptarse al frio o al calor. O el cambio o caída de la cornamenta en el caso de la especie de los “cérvidos”, que incluye a los alces, renos, caribús y multitud de ciervos o venados; esto no les acontece a otras especies o animales que también tienen cornamentas, como los toros, carneros, búfalos, bisontes, caprinos, etcétera.
Este proceso natural se conoce como “desmogue”, ocurre anualmente y se produce al final de la temporada de apareamiento, cuando los machos ya no necesitan sus astas para luchar entre sí por obtener el derecho de inseminar al mayor número de hembras que puedan, cumpliendo con el instinto de multiplicar su descendencia. Los machos de estas especies reabsorben calcio y otros nutrientes, lo que hace que los cuernos se aflojen y finalmente los arrojen, preparándose para que el año que sigue tengan cornamentas más grandes y con mayor fuerza. Por eso los trofeos que obtienen los cazadores son más valiosos, proporcionalmente a la edad de los venados, ya que cada año subsiguiente sus cornamentas son más largas y tienen más puntas.
Los cuernos de las especies que no pierden su cornamenta forman parte del propio cráneo y nunca se mudan. Están compuestos de queratina, una proteína de nuestro pelo y uñas. Los cuernos crecen ligeramente cada año a medida que se añade nuevo material a la base. En estas especies tanto los machos como las hembras tienen cuernos, que les permiten luchar contra los depredadores, a diferencia de la familia de los cérvidos, en la cual sólo los machos desarrollan cornamentas y las hembras no las poseen, lo cual es una desventaja, ya que están indefensas ante las agresiones.
Me extiendo en estas particularidades para hacer énfasis en las diferencias que existen entre las distintas especies, y que habitualmente tienen una razón de ser y existir. La naturaleza no se comporta al azar, siempre hay razones por las cuales los seres vivos somos como somos. El interés del que esto escribe, y su deseo de compartirlo con quienes lo leen, es el de averiguar cómo y por qué esto ha sucedido, desde el inicio de los tiempos de nuestro planeta, hasta la Creación o Evolución de nuestra especie. Es un intento más de responder a la eterna pregunta: ¿Quiénes somos y de dónde venimos?
Volviendo al tema principal, la palabra mutación proviene del latín “mutationem”, o “mutare”, que significa “un cambio”. Sinónimos de cambio lo son “Alteración, Transformación, Variación, Conversión, Metamorfosis, Evolución”. Esta última palabra o concepto de esta lista de sinónimos, “Evolución”, es el meollo o la cuestión de fondo del asunto que me ocupa y concierne.
En la columna que ocupó este espacio el 10 de octubre del presente año, titulada “Creación o Evolución”, intenté describir dos de las principales teorías que defienden su versión de cómo es que existe la vida en nuestro planeta. En esta ocasión, añadiré otra versión, o en su caso, una herramienta por la cual han sido posibles los cambios producidos en las especies, independientemente de que hayan sido causados debido a la “Creación” o a la “Evolución”.
Me refiero a la teoría del “Mutacionismo”, que es una teoría biológica que sostiene que la mutación es la principal fuerza que provoca la evolución de las especies. Esta teoría se asocia con la corriente mendelista de la genética. Para poder vincular las versiones y descubrimientos de los eminentes y trascendentes científicos que han aportado a nuestro desarrollo cultural y del conocimiento en general, hay quienes fueron y que hicieron. Gregor Johann Mendel (1822-1884) fue un fraile agustino católico y naturalista nacido en Chequia. Él formuló, por medio de los trabajos que llevó a cabo con diversas variedades de guisantes y arvejas (Pisum sativum) (comúnmente conocidos como chícharos), las hoy llamadas leyes de Mendel, que dieron origen a la herencia genética.
El “Mutacionismo” se opone al gradualismo de la Teoría de la Evolución de Darwin, ya que considera que las mutaciones son el agente creativo del cambio orgánico y dan lugar a una evolución discontinua.
Hugo de Vries, uno de los redescubridores de las leyes de Mendel, fue quien introdujo el término “Mutación” en la Biología. En 1901 publicó el primer tomo de su Teoría de la Mutación.
Una mutación es una variación aleatoria (que depende del azar), y espontánea, en la secuencia de genes que componen el ADN de un ser vivo. Las mutaciones pueden ser causadas por errores en la replicación del genoma (secuencia total de ADN que posee un organismo en particular), o por la acción de factores externos. Las mutaciones pueden tener efectos positivos o negativos en el desempeño vital de los organismos. Pueden impulsar la adaptación y evolución, o convertirse en enfermedades genéticas o defectos hereditarios.
En la próxima columna me extenderé sobre el tema y ofreceré mi versión de cómo el “Mutacionismo” puede ser el “eslabón perdido” que puede unir al “Creacionismo” y al “Evolucionismo”.
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