Piedras Negras, Coahuila.- El exboxeador profesional nigropetense y ahora entrenador, Javier “Shibuya” Díaz Tavárez, mencionó en entrevista que es algo muy importante el hecho de pertenecer al Salón de la Fama del Deporte de Piedras Negras, y dijo estar muy agradecido con Dios porque su entronización a este recinto ocurrió en vida, lo cual le permitió disfrutar del gran momento al lado de su familia y junto a sus alumnos y amigos.

“ Es algo muy relevante el estar entre los mejores deportistas de la historia de Piedras Negras, fue una carrera de 20 años como boxeador, y como entrenador ya tengo alrededor de 25 años, y tengo en mi memoria muchos recuerdos y anécdotas, como el campeonato nacional y el continental de Las Américas que los gané aquí ante mi gente de Piedras Negras, y también cuando peleé en Indonesia”, indicó.

“ Recuerdo cuando nos dejaron tirados en Indonesia luego de la pelea, al promotor nunca lo vimos para que nos pagara lo de la pelea, es una anécdota que me dejó mi carrera como profesional, pero al mismo tiempo el vivir ese tipo de situaciones te hacen más fuerte, el estar en un país desconocido; y también el hecho de haber sido campeón nacional, fueron muchas noches de entrenamientos, trabajamos mucho”, afirmó.

“ Fue un trabajo de varios meses para poder lograr mis títulos, para ser campeón de México y del continente, para ganar mi primer campeonato, que fue el estatal a los 16 años contra Bobby Ruiz, son anécdotas que tenemos en la mente, y pues pase lo que pase, todo lo vivido ya nadie te lo quita; y ahora, después de lo que pasó con mi hija ‘Lupita’, retomamos la actividad en el boxeo a petición de ella”, declaró.

“ Durante el proceso de la enfermedad de mi hija paramos toda actividad, pero ahora mi esposa Gloria Cantú, mis hijos y yo estamos retornando al box, seguimos entrenando a jóvenes, y créeme que venimos mucho más fuertes, con ilusiones nuevas y apoyados por  amigos, una vez me preguntaron si el box me había dejado dinero, y no me dejó dinero pero me dejó amigos que valen millones”, manifestó.

DIO EMOTIVO MENSAJE EN CEREMONIA

Tras recibir su reconocimiento en la ceremonia de inducción al Salón de la Fama del Deporte de Piedras Negras que se realizó el viernes en la Casa de las Artes, “Shibuya” Díaz dio un mensaje a los asistentes, en el que felicitó a los otros dos galardonados de su generación, que fueron el exbeisbolista profesional, Jesús “Chivo” Lechler (QEPD), y el exjugador de futbol americano, Benjamín “Benji” Corripio.

“ Es mucho el sacrificio que tenemos que hacer para llegar a este lugar, no fue fácil el recorrido, pero Dios nos está dando la oportunidad de estar este día aquí, gracias a todos, a los medios de difusión, ya que sin ellos nadie se entera de lo que uno realiza en las comunidades, estoy muy agradecido, primero con Dios y luego con mi familia, ya que siempre han estado conmigo en las buenas y en las malas”, aseguró.

SU RIVAL MÁS DURO FUE EL COVID

“ La pelea más dura, más difícil de mi vida fue contra el Covid, estuve tres semanas internado en el hospital con oxígeno, pero le agradezco a Dios que me mandó muchos ángeles que iban a mi casa a tocar la puerta para ver qué se necesitaba, para que me fueran a llevar ese medicamento al hospital, mi familia nunca me abandonó, siempre estuvo conmigo, mi hijo Javier iba seguido al hospital a preguntar por mí”.

“ Todo esto que me ha pasado me ha hecho reflexionar tanto y ver la vida de otra manera, me ha hecho valorar más la vida y amarla mucho más, y por eso nosotros seguimos en nuestra lucha todos los días, creando centros de entrenamiento en las colonias para los niños y jóvenes de escasos recursos que no pueden acudir a los gimnasios de la ciudad, y así colaboramos con la promoción del deporte popular”, destacó.

“ Y a veces terminamos muy tarde mi esposa, mis hijos y yo de entrenar a nuestros alumnos, cansados pero muy satisfechos, porque Dios nos da las fuerzas para seguir adelante, hemos pasado muchas luchas muy duras, pero estamos dispuestos a ayudarles a los niños a cumplir sus sueños, entrenamos en instalaciones muy humildes, pero los niños representan muy dignamente a su familia, a sus barrios y a su ciudad”.

“ Le agradezco mucho al presidente del Consejo del Salón de la Fama, al ingeniero Benito Martínez, por ese tesón tan grande que tuvo, porque me hablaba casi a diario, él creyó en mí, y agradezco a los que votaron por mí y a quienes me inscribieron, y en especial, este reconocimiento va para el cielo, a mi muñeca ‘Lupita’, que un día fue boxeadora, pero Dios decidió llevarla a pelear allá a su lado”, puntualizó.