Saltillo, Coah.- Hablar de la Alameda es hablar de un cúmulo de historias, pues es un sitio emblemático en el que se han plasmado elementos de la sociedad de cada época; algunos permanecen y otros se retiraron: edificios fueron demolidos, fuentes han ido y venido, esculturas fueron reubicadas, y de otras no se supo más, como de las estatuas de mujeres semidesnudas que fueron removidas a petición de algunas saltillenses, pues las consideraron una ofensa a la moral en 1946.

“ Había seis esculturas hermosísimas en las glorietas de la Alameda, que serían los extremos y las dos centrales, que hay fotografías de esas esculturas de mármol, eran mujeres semidesnudas, eran esculturas artísticas, que hay registros fotográficos de esas esculturas. Y la anécdota de que hubo una queja de mujeres saltillenses que pidieron a la Administración municipal que se quitaran porque eran un tanto impúdicas”, comentó el arquitecto Marco Flores Verduzco, autor del libro Alameda de Zaragoza.

La primera fuente de Saltillo…

La fuente que está en un pequeño espacio a la izquierda de la biblioteca es la primera que existió en Saltillo, se le conoce como la
Fuente de los Cisnes, pues en la parte de arriba se notan dos de estas aves, pero también como la Fuente de los Faunos actualmente está sin agua, muy maltratada en su centro y con los azulejos del cerco grafiteados.

“ La primera fuente que se puso allí que fue a finales del siglo 19, que fue la primera en Saltillo, que está al lado de la biblioteca ahorita, que ha viajado mucho, pues está muy maltratadita, permitió a la sociedad poder festejar una feria y poder plasmarlo”, dijo el urbanista.

Data de 1885, pero en algún punto del siglo 20 fue removida, siendo colocada en el edificio que albergó las oficinas del Instituto Coahuilense de Cultura, que se ubica en la esquina sur poniente de la calle Hidalgo y Juárez. Pero en 2000 fue devuelta a la Alameda, aunque sin ser restaurada.

Un día fue de patos…

Otra de las fuentes que tienen más tradición es la de las ranas, la cual hace unos meses sufrió el robo de algunas de estas piezas, por lo que tuvieron que ser reforzadas para evitar más hurtos. Actualmente está sin agua, sin embargo, conserva esa belleza de bancas cubiertas de azulejo y la fuente de talavera.

“ La Fuente de las Ranas fue una donación de un personaje adinerado de Saltillo, que en 1930 manda pedir la talavera”.

Pero originalmente esta fuente no tenía ranas, sino una extraña especie de patos, o simplemente animales alados de tipo fantástico, según una fotografía que data de los años 30, que se encuentra en el Archivo Municipal, en la que se nota cómo es la misma fuente, las mismas bancas, pero con criaturas emplumadas en lugar de los anfibios.

No hay registros de cuando se hizo el cambio de patos a ranas ni la razón, lo que sí se documentó es que las figuras de bronce de los anfibios fueron el botín de unos ladrones, por lo que por años la fuente estuvo sin animales.

En 2004 se destinaron 400 mil pesos para volver a dar vida a esta fuente y se colocaron ocho nuevas ranas elaboradas de bronce, obras de Juan Antonio Lugo Villegas.

Primero Fuente de  las Ninfas

La Alameda ha servido como un espacio perfecto para las celebraciones cívicas de la ciudad, la mayoría de estatuas, esculturas y fuentes se colocaron precisamente para conmemorar o celebrar algún acontecimiento especial, señaló Marco Flores Verduzco.

“ Y luego ya fue Venustiano Carranza, Miguel Hidalgo, la Fuente de las Ranas, que son monumentos que se han construido para conmemorar un hecho histórico”, contó.

Cuando se cumplió un centenario de la Independencia de México se colocó la Fuente de las Ninfas, que ya prácticamente nadie puede concebir fuera de la Plaza de Armas.

“ En el centenario de la Independencia, en 1910, mandan pedir las comunidades extranjeras en Saltillo una fuente, que se pedían por catálogo y se coloca donde está ahorita Miguel Hidalgo, que es una fuente extraordinaria, que después se fue a la Plaza de Armas para una cuestión de aniversario”.

Fueron dos décadas las que estuvo en la Alameda, donada por las comunidades extranjeras y que también representaba la unión de la Alameda Vieja y la Alameda Nueva, de las cuales te platicamos en la edición anterior de Nuestro Saltillo.

También hubo otros edificios en la historia de la Alameda, un par que particularmente representan una pérdida arquitectónica y que no se sabe con certeza por qué fueron demolidos.

“ Donde está ahorita el quiosco de las nieves había un edificio tipo neoclásico bellísimo, y donde está la Biblioteca municipal ahorita había otro edificio ecléctico, muy grande. Y esos dos desaparecieron, o sea, se demolieron en su momento”.

Agua que tomaban muchos saltillenses

En donde ahora está el Obelisco de los Niños Héroes hubo alguna vez una fuente en la que los saltillenses rellenaban sus cántaros, y algunos tomaban directamente juntando sus manos para tomarla.

Una fotografía de la colección de Carlos Recio da cuenta de cómo los saltillenses llegaban incluso con los animales que pastoreaban a descansar un poco en el cerco de esta fuente de la que brotaba agua potable de los mantos acuíferos. Y es que esta zona tiene gran cantidad de agua, por ello hay en la actualidad una toma de la que se llenan pipas.

En la década de los 30 se construye el obelisco de los Niños Héroes, en donde estuvo la estatua de Juan Antonio de la Fuente, que ocupó el lugar de la mencionada fuente que servía para calmar la sed de los vecinos y visitantes, y cuyo fin no se sabe.

“ Hay un registro de la construcción del obelisco, la fotografía es de principios del siglo y esa es de la colección de Carlos Recio, y luego se puso después a Juan Antonio de la Fuente allí, la escultura que actualmente está en el Ateneo”.