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Coahuila

Y no es madreada

Por Jorge A. Meléndez

Hace 4 semanas

Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena: “Los requerimientos para la elección (de un ministro de la Suprema Corte) -y no es madreada- son tener un promedio de 3.0 (8 en México) y contar con 5 cartas de recomendación de tus vecinos”.

Tras esta explicación del ministro Gutiérrez Ortiz Mena en un foro de la Escuela de Derecho de Harvard la audiencia reaccionó espontáneamente: ¡soltaron una carcajada!

I kid you not, fue la expresión del ministro en inglés.

Y no es madreada, traducido al mexicano de la calle.

Rauda y veloz, la Presidenta salió en defensa del orgullo patrio.

“Nadie se burla de los mexicanos y las mexicanas… a mí me toca defender a mi pueblo, a mi país y a mi patria”, expresó adustamente.

Por supuesto, eso es cierto.

Simplemente le sugiero una cosa doctora: un líder poderoso en los negocios o la política debe elegir muy bien sus batallas.

Recuerde este pedacito de sabiduría de Sun-Tzu: “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no tendrás que temer el resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo pero no al enemigo, por cada victoria obtenida sufrirás también una derrota. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla”.

Oro molido, porque un líder que pelea todas las batallas:

* No tendrá tiempo para estudiar al enemigo.

* No tendrá tiempo para conocerse y se agotará rápidamente.

* Su ejército terminará ralo y desmotivado.

Y, lo peor, perderá muchas batallas y, por ende, la guerra.

Le propongo también un par de cosas más.

Antes de lanzarse al campo de batalla para defender el orgullo de su tropa, un buen líder se pregunta al menos un par de cosas:

1. ¿Es realmente una burla? El/la que ve moros con tranchetes en todos lados terminará en un pleito permanente. Y aquí un tip: una reacción espontánea de una audiencia no es una burla.

2. ¿De quién se burlan? Confundir el objeto de la risa puede ser muy peligroso. Enrollarse por todo en la bandera nacional puede generar muchas porras, pero lleva de nuevo a vivir peleando.

Me detengo en este segundo aspecto, porque es clave.

Y es que no es lo mismo criticar una idea que a una nación entera.

Presidenta, un buen líder sabe que debate y crítica son fuente de mejora. Hombre, son el cimiento más importante de innovación y creatividad.

Es cierto que una burla no es la mejor manera de expresar una crítica, pero un buen líder juzga el comentario por sus méritos y no por su tono. Ah, y OJO, evalúa la calidad del mensajero. ¿Es un experto? ¿Sabe de la materia? Si la respuesta es SÍ, saca la libreta y apunta.

Apunta aunque le digan que no es madreada. Atesora los conceptos de los que saben porque sabe que pueden mejorar sus ideas.

Abro paréntesis para otro tip: evita burlas y cuida tu tono al expresar una crítica. No des excusas para que descarten tus ideas. Cierro paréntesis.

Para concluir la reflexión sobre las “burlas”, le comento que un líder poderoso debe cuidar el mensaje que manda a su organización cuando sataniza cualquier comentario que busca mejorar sus ideas.

Y es que un líder intolerante y colérico deja muy claro que se cree infalible. Deja muy claro que todas sus ideas siempre son buenas. Deja muy claro que, por lo tanto, ninguna crítica será aceptada.

Obviamente, con el tiempo esto provoca que la organización se vuelva enana. Provoca que callen los colaboradores que se atrevían a decirle al jefazo cuando estaba mal. Provoca que las ideas se estanquen.

Provoca que la organización se atrofie y que no llegue a su potencial. Algo que es mortal para los negocios… y no se diga para un país.

Cierro con una advertencia final: el/la que mucho habla, mucho se equivoca. Por eso un buen líder cuida sus palabras, tanto en tono como en cantidad, pues sabe que sus dichos pesan para bien… o para mal.

Ojalá que le sirva este escrito doctora, porque de veras, no es madreada: un líder parlanchín y enojón corre el riesgo de terminar peleándose con molinos de viento un día sí y el otro también.

 

En pocas palabras…

“Enójate… y supéralo”.

Colin Powell, General estadunidense.

 

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