Saltillo, Coah.- En la Alameda de Saltillo se puede respirar el aire fresco que dan más de mil 400 árboles, pero alguna vez fue un paseo que se recorría entre magueyes; en ella te puedes dar un paseo en una lancha, pero alguna vez se enterraron más de 600 cadáveres en ese sitio; es un lugar para admirar y cuidar la naturaleza, aunque alguna vez se llevó a cabo en ella la pelea entre un toro y un león.

Es el principal pulmón de la ciudad con 4 hectáreas de terreno, que contiene 37 especies, principalmente truenos, fresnos y nogales, pero además es el álbum perfecto del paso del tiempo en Saltillo.

Alameda vieja y Alameda nueva

Desde 1835 existió la Alameda, desde lo que es la calle Aldama, entre Purcell y Cuauhtémoc, pero hasta Victoria, pues esta calle delimitaba esa área verde para dar paso a otro terreno que abarcaba desde allí hasta Ramos, en donde había un panteón.

“ El primer mapa oficial que se hizo de Saltillo, que es de 1835, ya aparece este espacio como Alameda, o como un espacio público, particularmente de lo que ahorita sería la calle Victoria a Aldama y lo que sería Cuauhtémoc a Purcell”, narró Marco Flores Verduzco, arquitecto urbanista.

Se compraron los terrenos por 300 pesos a don Melitón de León, según consta en un acta de Cabildo. Y allí había magueyes principalmente que daban paso a un andador que cruzaba de lado a lado, hasta que en 1841 se les pidió a los presos reforestar y sembrar nogales principalmente.

Misma acción ocurrió en 1881, pero para reforestar el lado sur, y dejar en el olvido lo que alguna vez fue un panteón.

“ Incluso hay un documento en el que se les solicita a los presos de la cárcel municipal para que sembraran árboles en esa zona. Hubo muchos intentos de reforestación de esa zona”, comenta el arquitecto.

En 1875, la Alameda Nueva, tenían nombres coloquiales de la Alameda Vieja y la Nueva, aunque oficialmente era Parque Zaragoza, la parte norte y Parque Porfirio Díaz, la sur.

En el último cuarto del siglo 19 se unen las dos plazas, según actas de cabildo, pero en el plano de 1902 aparecen todavía separadas, debido a que el levantamiento de datos se hizo años antes, pues es un mapa de toda la ciudad que llevó mucho tiempo hacer.

Y ocurrió la mayor tragedia

En 1976 ocurrió la mayor tragedia en la historia de la Alameda, cuando una mañana de primavera dos estudiantes de la secundaria federal No. 1 fallecieron ahogados en el lago, pues aprovechando el clima se metieron a nadar, sin que pudieran salir de allí.

Se trató de Jesús Daniel Palomo Sánchez y Juan López Guerra, quienes celebraban junto con otros compañeros que habían terminado la secundaria y pasado a bachillerato. Lamentablemente por la imprudencia de adentrarse a la parte que los cubría sus sueños se truncaron.

Y es que en ese entonces una parte del cuerpo de agua tenía una profundidad mayor a 1.75 metros, además de que el agua no estaba limpia ni el lago cuidado, por lo que había vegetación en la que se enredaron. Aunque hay otras teorías de que alguno se golpeó con las tuberías.

En 1950 ya se había registrado un fallecimiento cuando un beisbolista se aventó para recuperar una pelota que había salido bateada del Estadio Saltillo, que estaba justo enfrente de la Alameda, hacia el sur.

El león contra el toro…

En 1898 se organizó una pelea entre un toro y un león, en un evento digno de un coliseo romano, que organizó el empresario Roberto C Pate, y el cual fue legal, pues el cabildo de Saltillo lo autorizó.

Pero este no fue el único evento que involucró a animales, pues se llevaron a cabo corridas de toros, ya que en 1900 un matador español, de nombre Saturnino Frutos, monta una pequeña plaza de toros y hace novilladas allí.

También en la década de los 70 la Alameda tuvo unos inquilinos memorables, los osos que permanecían en una pequeña jaula y que si bien en un principio fueron una gran atracción, con el tiempo fue motivo de indignación por las condiciones en que vivían.

Los cuadrúpedos se alojaban en un espacio muy reducido y eran alimentados con desperdicios, por lo que el comerciante Aldegundo Garza de León los llevó a su zoológico particular con permiso del Ayuntamiento.

El lago era un panteón

El emblemático Lago República, que tiene en el borde norte la forma de nuestro país, está construido sobre restos humanos de más de medio millar de tlaxcaltecas, pues se tuvo que utilizar como camposanto en la epidemia del cólera.

“ Ahí fue un panteón, en esta parte donde tenemos la biblioteca y el lago, eso se utilizó como panteón por una emergencia. Y entonces no cabían en lo que sería ahorita San Esteban y tendrían que enterrarse en lo que sería ahorita la Alameda”.

Fue en 1918 cuando el gobernador del estado Gustavo Espinoza Mireles ordenó la construcción de un lago artificial que se sirviera del gran caudal de agua subterránea que había en la zona. Se le puso una isla o borde norte con la forma de la República y se dotó de lanchas para que los saltillenses pasearan, tal y como ahora se hace.

El lago estuvo engalanado con la escultura del Ángel de Manuel Acuña desde 1953 hasta 1999, cuando fue trasladado a la Plaza Manuel Acuña, en su lugar se habilitó un escenario para presentaciones musicales.

¿Quién no se subió a los jueguitos?

Los juegos infantiles siguen siendo uno de los principales atractivos de este parque, siendo dos los que tienen más historias, pues datan de la década de los 50, los resbaladeros de concreto que han sido remodelados, pero en esencia son igual a los que disfrutaron tantas generaciones.

El resto de los juegos son relativamente nuevos, pues en 2016 hubo una remodelación total, explicó el arquitecto.

“ Y se conservan dos juegos de los anteriores, que es el resbaladero que está en la esquina del nororiente, que es una tipo pirámide y uno chiquito que está por la entrada que también es de concreto. Se quedaron por cuestiones históricas, hicimos todo lo posible para que se quedaran como un signo de identidad”.