Internacional
Por Grupo Zócalo
Publicado el lunes, 7 de octubre del 2024 a las 11:46
Suiza.- La empresa responsable del desarrollo de la cápsula para suicidio asistido, conocida como “Sarco”, ha suspendido su uso luego de que las autoridades suizas arrestaran a Florian Willet, presidente de The Last Resort, la compañía encargada de operar el dispositivo.
Este hecho ocurrió tras la muerte de una mujer estadounidense de 64 años, cuyo nombre no fue revelado, quien el pasado 23 de septiembre se convirtió en la primera persona en utilizar esta tecnología en un bosque de la región de Schaffhausen, al norte de Suiza, cerca de la frontera con Alemania.
Hoy aprendí que en Suiza fue aprobado el uso de una capsula de suicidio asistido. Al presionar un botón, la capsula se llama de gas nitrógeno, que rápidamente disminuye los niveles de oxígeno, causando una muerte indolora al usuario pic.twitter.com/KSE6uIc7ey
— 1000 de Pan 🎃 (@1000dPan) June 27, 2022
La detención de Willet y otras personas vinculadas con el caso ha detenido el proceso de aceptación de nuevas solicitudes para el uso del dispositivo. Según informaron los grupos defensores del suicidio asistido, The Last Resort y Exit International, más de 370 personas ya habían iniciado su proceso para emplear la cápsula “Sarco” antes de que se suspendiera la recepción de solicitudes el 23 de septiembre.
Exit International, una organización con sede en Australia y que ha estado operando por más de 25 años bajo la dirección de su fundador, el doctor Philip Nitschke, es la principal promotora de este dispositivo. La cápsula fue diseñada para permitir un suicidio asistido sin la intervención directa de una persona externa, lo que está permitido bajo las leyes suizas de suicidio asistido.
La “Sarco” es una cápsula impresa en 3D que busca ofrecer a los usuarios un final rápido y digno. La persona que decide utilizar el dispositivo se recuesta en un asiento reclinable dentro de la cápsula y, al presionar un botón, se inyecta gas nitrógeno en la cámara sellada. Esto provoca que la persona pierda la consciencia rápidamente y fallezca en cuestión de minutos por asfixia.
Suiza es conocida por tener una de las leyes más flexibles del mundo en relación con el suicidio asistido. Según la legislación suiza, una persona puede recibir ayuda para quitarse la vida, siempre y cuando lo haga sin la intervención activa de terceros y que no exista un interés personal o egoísta por parte de quienes le asisten. Sin embargo, el uso del “Sarco” ha generado una nueva discusión entre los legisladores y la sociedad sobre los límites éticos de esta práctica.
El caso de la mujer estadounidense ha reavivado el debate en torno al suicidio asistido en Suiza. La cápsula ha sido descrita por sus creadores como un medio para ofrecer una “muerte pacífica y digna”.
No obstante, las afirmaciones acerca de la muerte de la mujer no han sido verificadas de manera independiente, y esto ha contribuido a la creciente preocupación pública.
Las autoridades suizas arrestaron a Florian Willet, quien se encuentra actualmente en prisión preventiva mientras se realiza la investigación. Otras personas relacionadas con el caso también fueron detenidas inicialmente, pero luego fueron liberadas.
Las circunstancias exactas que rodean el arresto y la muerte de la mujer aún están bajo investigación, lo que ha hecho que las solicitudes para el uso del “Sarco” sean suspendidas de manera temporal.
Los grupos defensores del suicidio asistido han expresado su preocupación por las repercusiones legales de este primer uso del dispositivo. Aunque el suicidio asistido es legal en Suiza, el hecho de que esta tecnología haya sido utilizada en un entorno no controlado ha generado críticas y dudas sobre su seguridad y ética.
Mientras las investigaciones avanzan, Exit International y The Last Resort han detenido la recepción de nuevas solicitudes para utilizar el dispositivo. Se espera que la discusión sobre el uso de la cápsula continúe en los próximos meses, ya que la atención de los medios y del público en general está centrada en los resultados de la investigación penal y en las posibles modificaciones a la legislación actual.
Este caso ha puesto sobre la mesa una vez más los dilemas éticos y legales del suicidio asistido, especialmente con el uso de nuevas tecnologías como el “Sarco”. Por ahora, la cápsula permanece fuera de operación, y su futuro en Suiza dependerá de las decisiones que tomen tanto las autoridades judiciales como los legisladores.
Con información de El Imparcial
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