Guerrero.- Casi la mitad de la población de Tixtla, Guerrero, lleva 12 días sin poder regresar a sus viviendas inundadas por el desbordamiento de la Laguna Negra, debido a las lluvias provocadas por el huracán “John”.

El pasado 28 de septiembre, la Gobernadora morenista Evelyn Salgado visitó el municipio y se comprometió a apoyarlos.

“Vamos a sacar toda el agua”, les dijo la Mandataria estatal a las familias durante la reunión de hace ocho días, en la que estuvo acompañada por la titular de la Secretaría de Salud, Aidé Ibarez Castro, y el director de la Comisión de Agua Potable y Saneamiento del Estado de Guerrero (Capaseg), Facundo Gastelúm Félix.

Sin embargo, los pobladores acusan que la ayuda que se les ha brindado desde entonces, además de colchonetas, cobertores y despensas, no es suficiente.

“La Gobernadora (Evelyn Salgado) vino a Tixtla al barrio de Niños Héroes a un mitin político con sus familiares y después la trajimos aquí, en Santuario, y se comprometió a ordenar el desfogue de la Laguna, pero no ha ocurrido así”, dijo Camilo Dircio, uno de los representantes de las familias afectadas.

Este domingo 6 de octubre, las familias de los barrios Niños Héroes, San Antonio y Santa Cecilia se reunieron en los campamentos colocados en El Santuario sobre la Avenida Insurgentes.

A unos 10 metros donde se concentró el grueso de los manifestantes, aún se visualiza el agua acumulada que ya se tornó en color verde y en el aire vuelan cientos de zancudos.

De acuerdo con los representantes de los afectados, la Capaseg envió dos bombas que, además de solo trabajar dos horas diarias, no serán suficientes para desfogar el agua acumulada de las calles que mantiene inundadas cientos de viviendas.

El director de Gobernación del Estado, Juan Méndez Nogueda, se presentó en la protesta y aseguró que dos bombas trabajan en el desfoge de 600 litros de agua por segundo de la Laguna Negra.

“Es chismoso”, “hay que retenerlo y amarrarlo”, gritaron algunos de los vecinos mientras escuchaban al funcionario, que se escabulló entre la gente para evitar ser retenido.

Camilo Dircio apuntó que las inundaciones por “John” dejaron un saldo de 10 mil viviendas inundadas y a 2 mil familias en albergues.

“Además, los sembradíos de los cultivos de maíz, frijol, verduras y de flores quedaron bajo las aguas”, aseguró.

Los afectados cuestionaron que el Gobierno sólo preste atención en Acapulco y en los municipios de la Costa Chica como zonas de desastre, cuando en Tixtla y en casi todo Guerrero se registraron daños.

“Ya llevamos 12 días fuera de nuestra casa y no hay para cuando”, señaló Silvia García Lozano, habitante del barrio de El Santuario.

“No pude sacar las cosas de mi casa”.

Modesta Martínez Santos es una profesora de educación primaria que durante uno de los días de lluvias tuvo que salir con sus hijos de su domicilio sin poder rescatar algunas de sus pertenencias. La docente en una comunidad rural de Tixtla reconoció que cometió el error de pensar que la lluvia se detendría, pero no fue así.

“El primer piso de mi casa se llenó de agua y con mis dos hijos abandonamos la casa porque se estaba poniendo muy feo”, contó.

Hasta este domingo, las familias afectadas de Tixtla no habían sido censadas por la Secretaría del Bienestar para recibir algún apoyo.

En las calles, los propios afectados instalaron campamentos, y la sociedad civil les lleva comida caliente.

Durante las noches, integrantes de un grupo del crimen organizado realizan recorridos para evitar que delincuentes se introduzcan a las viviendas inundadas para saquearlas.

En el día, los afectados utilizan como lancha una tina para sacar de sus viviendas algunas de sus pertenencias.

Se repite la tragedia

Hace 11 años, tras el huracán “Ingrid” y la tormenta tropical “Manuel”, también se desbordó la Laguna Negra e inundó a miles de viviendas de Tixtla.

“En el 2013 vivimos una tragedia y en aquella ocasión el gobierno pudo desfogar en 106 días la Laguna Negra, pero hoy con la poca ayuda que nos da el gobierno estatal va a tardar mucho más que se regrese a la normalidad”, dijo Camilo Dircio.

En esa ocasión, hubo 15 mil personas afectadas.

Durante la asamblea, las familias acordaron que si el Gobierno de Evelyn Salgado no se compromete a resolver el problema de fondo, se trasladarán a Chilpancingo para realizar una serie de protestas.