El caballo actual es denominado “Equus ferus caballus”. Equus era el término latino, mientras que “caballus”, que derivó en la palabra “caballo”, es un término posiblemente de origen celta. “Yegua” procede del femenino de equus, “equa”. A los animales jóvenes en general se los denominaba pullus, textualmente “pollos”, que originó la palabra pullitri, que derivaría en “potro” o “potrillo”. Los caballos se clasifican dentro del orden de los “perisodáctilos”, que son aquellos mamíferos que tienen las extremidades terminadas en pezuñas, y los dedos en número impar, con el central más desarrollado que los demás, y que es en general corpulento; por ejemplo, el tapir, el rinoceronte o el caballo. Aquí, en este punto mis queridos lectores, me tardé varias horas investigando y decidiendo, entre simplemente dejar tal cual la definición, o clasificación, en la que se encaja al caballo, sin disipar las dudas que lógicamente tendríamos todos aquellos que hemos observado la extremidad de un caballo, que termina en un solo dedo, o “casco”, o tratar de comprender todo lo que implica aparentemente ser un “perisodáctilo” y tener tres dedos en tus extremidades, cuando realmente sólo apoyas y utilizas uno, de esos “aparentes” tres dedos.
Al estar discerniendo qué hacer, mientras más investigaba y se aclaraba -o complicaba- el tema objeto de investigación, opté por hacer lo que habitualmente -o siempre- hago, profundizar en la trama hasta llegar a la raíz o inicio del aparente dilema, y comprender realmente lo que sucede, y en el caso de esta columna, intentar explicarle al lector sencilla y amenamente, lo que he aprendido en el proceso de desear comprender lo que leo, para después, como consecuencia, hacer comprensible, educativo y útil lo que escribo. Me sigue maravillando el desarrollo del lenguaje y la diversidad de palabras con sus múltiples y diversos significados, es sorprendente simplemente tratar de imaginar a los primeros Homos sapiens, cuando hace decenas de miles de años empezaron a comunicarse con palabras y frases articuladas en lugar de gruñidos o resoplidos, y cómo a través de miles de años de cultura fueron añadiendo y multiplicando palabras a su vocabulario hasta llegar al día de hoy.
Esta reflexión me orilla indefectiblemente a plasmar en este espacio a quién fue que se le ocurrió la clasificación de los seres vivos o taxonomía. Este lamentablemente olvidado, o poco conocido, y sin embargo importantísimo científico, fue el sueco Carl Von Linné (nació en Rashult, el 23 de mayo de 1707, y murió en Upsala, el 10 de enero de 1778), conocido en habla hispana como Carlos Linneo, quien era dentro de otras actividades o profesiones: geólogo, botánico, médico, biólogo, micólogo, zoólogo, entomólogo, ornitólogo, naturalista, aracnólogo, mineralogista y naturalista y catedrático. Estudió y dio cátedra en multitud de universidades en Europa, y entre otras instituciones él fue miembro de: la Academia Prusiana de las Ciencias, Academia Alemana de las Ciencias Naturales Leopoldina, Real Academia Danesa de Ciencias y Letras, Academia de Ciencias de Francia, Sociedad Filosófica Estadounidense, Real Academia de las Ciencias de Suecia, y de la Royal Society de Inglaterra. Fue el único civil (no militar), nombrado Caballero de la Orden de la Estrella Polar, la mayor distinción otorgada en Suecia. Es considerado héroe nacional de Suecia.
Para darnos una idea del reconocimiento que tenía entre sus contemporáneos, el filósofo Jean-Jacques Rousseau expresó sobre Linneo: “no conozco a un hombre más grande en la tierra”. El escritor alemán Goethe, escribió: “Con la excepción de Shakespeare y Spinoza, no conozco a nadie que me haya influido más intensamente”. El autor sueco Strindberg, comentó: “Linneo era en realidad un poeta que se convirtió en naturalista”. Entre otros cumplidos, Linneo fue llamado “Princeps Botanicorum”, “El Príncipe de los Botánicos”. Además de numerosas referencias botánicas y zoológicas con su nombre, se tiene que: el cráter lunar Linné fue nombrado así en su memoria. El asteroide 7412 Linnaeus también conmemora su nombre (el 7412 es un asteroide perteneciente al cinturón de asteroides, descubierto el 22 de septiembre de 1990 por Eric Walter Elst desde el Observatorio La Silla, en Chile).
En 1731, Plinneo creó un sistema de nomenclatura binomial para clasificar a los seres vivos: la primera palabra indicaba el género, a la que seguía el nombre de la especie. Asimismo, fue quien agrupó los géneros en familias, estas en clases y las clases en reinos. Este sistema le permitió tipificar y clasificar más de 8 mil especies animales y 6 mil vegetales. En 1735 publicó Systema Naturae, cuyo título completo en castellano es “Sistema natural, en tres reinos de la naturaleza, según clases, órdenes, géneros y especies, con características, diferencias, sinónimos, y lugares”. El libro describía más de 7 mil 300 especies, tenía mil 200 páginas y se publicó en dos volúmenes. En 1753, Linneo publicó Species Plantarum, (Las especies de las plantas), que junto con su trabajo anterior, Systema Naturae, fueron aceptados internacionalmente como el comienzo de la nomenclatura botánica moderna. La décima edición, que salió a la luz en 1758, fue establecida posteriormente como el punto de partida para la nomenclatura zoológica.
Plinneo fue también el primero en utilizar el símbolo (el escudo y la lanza de Marte), y (el espejo de Venus) para indicar, respectivamente, macho y hembra.
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