Ciudad de México.- Aston Martin acaba de dar el paso más importante en su historia. La contratación del diseñador Adrian Newey marcará un antes y un después, tal vez, no sólo para el equipo, sino para toda la Fórmula 1.

Cuando mucha gente pensaba que el destino de Newey sería Maranello, Ferrari decidió retirarse de la “subasta” por los servicios del legendario Ingeniero en Aerodinámica.

Fred Vasseur lo quería, Lewis Hamilton lo pedía, parecía lo más lógico, mas Aston Martin hizo sonar el martillo y terminó la puja, los números escalaron niveles difíciles de igualar y, lo que es peor, su oponente no dejaría de ir más allá. Pero ¿Fue solamente el dinero lo que motivó a Adrian?

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No sólo se trata de dinero, es cuestión de vibra

“¡Lawrence! Eso es fácil”, dijo Newey entre risas, cuando le preguntaron ¿Por qué Aston Martin? “No, en serio, sentí que necesitaba un nuevo desafío. A finales de abril decidí que necesitaba hacer algo diferente.

“Me sentí muy honrado de que varios equipos se acercaran a mí, pero al final, la pasión, el entusiasmo y el compromiso de Lawrence, su oferta de asociación y participación accionaria, se volvieron muy claros y obvios”, dijo Adrian Newey el martes 10 de septiembre, cuando fue presentado con la escudería verde propiedad del millonario canadiense.

Lawrence Stroll logró seducir al que es, sin lugar a dudas, uno de los diseñadores de autos de F1 más relevantes de la historia, y quien porta en el pecho las insignias de 25 títulos mundiales (12 de pilotos y 13 de constructores) conseguidos con los autos que surgen de su pluma.

A la altura de Mauro Forghieri, Gordon Murray, John Barnard o Colin Chapman, Newey ha elevado el rol de diseñador a lo más alto de la cadena alimenticia de la F1.

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Newey ideó los monoplazas con los que fueron campeones Nigel Mansell, Alain Prost, Damon Hill y Jacques Villeneuve en Williams; Mika Hakkinen en McLaren, y Sebastian Vettel y Max Verstappen en Red Bull. En cuatro reglamentos diferentes, para hacerlo más complicado.

Con los 30 millones de libras, unos 39 millones de dólares que cobrará en Aston Martin al año, más bonos, Adrian Newey tiene un salario superior a 18 de los 20 pilotos de la parrilla de la Fórmula 1, sólo por debajo de lo que Lewis Hamilton (56 mdd) ganará con Ferrari y Max Verstappen (45.6 mdd) que cobrará en 2025 con Red Bull.

Como dijo Newey ahora no sólo es un empleado de alto nivel, es un accionista (2.5% dice un reporte de BBC) y la segunda persona con mayor rango en el equipo como Socio Técnico en Jefe, por encima de Andy Cowell, quien fungirá como CEO o el Team Principal, Mike Krack.

¿Pero ser trata de un tema de ego? Seguramente no, parece más una situación de libertad de acción en lo creativo, con control de presupuesto en un equipo plagado de talento, desde el decano de los pilotos, Fernando Alonso, su viejo conocido Dan Fallows, diseñador y la próxima llegada Enrico Cardile, aerodinamicista, quien fuera pieza clave en Ferrari.

El problema real va a ser organizar ese organigrama con todos debajo del nuevo socio de Stroll.

“It has been a bit of a pinch-yourself day.”

Adrian Newey reflects on a landmark day and looks to the journey ahead. pic.twitter.com/BuMYIZDSNO

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El reto es hacer ganador a Aston Martin

Otro punto muy importante es que Aston Martin no ha ganado nada, pero al mismo tiempo tiene los mejores recursos posibles para hacerlo.

Stroll compró con el equipo, las instalaciones (modestas) que lo fuera el equipo Jordan, luego convertido, entre otros equipos, en Racing Point.

Ese campus fue tocado por la varita mágica de Stroll, quien a golpe de billetera lo edificó de nuevo como un conjunto de tres edificios y un túnel de viento de vanguardia. Un laboratorio a la altura de un científico como Newey.

“Es un tipo que puede ver aire”, como lo describió su antiguo jefe, Christian Horner y por ello es tan codiciado.

En teoría, Newey no puede trabajar en Aston Martin hasta 2025, porque debe pasar un periodo de “gardening” que intenta prevenir que los secretos de un equipo pasen a otro inmediatamente, pero no está prohibido diseñar dentro de tu cabeza o en el restirador de tu casa, y eso hace diferente a Newey, su valor está en su cabeza, en ser el único Da Vinci de la F1.

Cerca de casa

También está el factor, no menor, de la ubicación. Newey vive en la zona de Silverstone. Trabajará prácticamente a minutos de su casa y no en Italia.

En Red Bull se acabó la fiesta

Luego, viene el tema de la motivación y el ‘feeling’ que le transmite Stroll, un dueño de equipo “a la antigua”. Un hombre fuerte real, no una corporación llena de burocracia, como muchas veces es visto Ferrari. Y eso es como una historia que se repite de hace 19 años.

“Adrian, posiblemente, es el mejor del mundo en lo que hace; no hay nadie que haya estado cerca de ganar tantos campeonatos mundiales”, dijo Stroll, cuando le preguntaron sobre la importancia de su contratación.

Esto hace recordar el día que Adrian Newey llegó a Red Bull en 2006, momento que fue calificado por Christian Horner como “por mucho la más grande contratación” de la escudería en su historia, por encima de Vettel y Verstappen.

“El impacto de Adrian en el equipo ha sido inmenso”, señaló hace unos meses Horner en el podcast, “Beyond the Grid” de Tom Clarkson.

“Fue un momento clave porque algunas personas comenzaron a tomarnos en serio y atrajo otros talentos clave. Gente como Rob Marshall”, agregó Horner.

Así recordó Christian Horner el día que Newey se enamoró de Red Bull en eñ GP de Imola de 2005: “Tuvimos fiesta el jueves, viernes y sábado la música estaba fuerte, todo era rock and roll. La gente no sabía cómo tomarlo. McLaren escribió varias cartas quejándose. Pero uno de sus empleados vino a echar un ojo para ver de dónde venía el ruido y era Adrian.

Something new.

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“Me presenté con él, lo invité a pasar, a tomar un par de tragos y fue el último en irse. Adrian sintió ese espíritu inocente, pero también la verdadera vitalidad y energía con la que se sintió identificado, pero que detrás de eso queríamos ganar, hacerlo de una manera diferente”, relató.

A Newey, en su momento, lo magnetizó el espíritu libre y desenfadado que tenía Red Bull en sus inicios y el estilo del dueño, Dieter Mateschitz, que pedía que la gente se divirtiera.

Eso se acabó con la muerte de Mateschitz y los problemas internos de Horner con Jos Vertappen y Helmut Marko. Ese espacio armónico donde la creatividad del ingeniero de 65 años encontró sitio de recreo, se volvió un caldo de cultivo de intrigas y golpes bajos.

Ahora no fue una fiesta, pero Newey dijo que conoció poco a poco a Lawrence Stroll al verlo, casualmente en el gimnasio de los hoteles donde se hospedaban en carreras, principalmente en Medio Oriente.

“Existe la frase ‘pulso del juego”, y tener una participación accionaria y una asociación te hace sentir mucho más que tienes un aspecto en el juego”, añadió. “Realmente es el hecho que si nos remontamos a hace 20 años, en ese momento, los equipos de Fórmula 1 eran principalmente (el director del equipo era el propietario y muy activo) Frank Williams, Ron Dennis, Eddie Jordan, etc.

“Ahora Lawrence es el único propietario activo del equipo y esa es una relación diferente en comparación con tener un propietario corporativo más distante. Significa que todo es muy directo, puedes tomar decisiones inmediatas.

“Era algo que teníamos mucho en Red Bull con [el propietario] Dietrich Mateschitz y te permite ser muy rápido. El compromiso de Lawrence es muy entrañable y obvio, y parece que está más que feliz de poner todas sus fichas en negro y darlo todo, y eso es muy admirable”, dijo Newey, al hablar de su nuevo patrón.

Factor Alonso

En otro aspecto donde Ferrari parecía tener ventaja, era que contaba con el fichaje de Hamilton para 2025. Una zanahoria muy apetitosa para Newey, pero Stroll contaba con la suya: Fernando Alonso.

Trabajar con el español hizo que las ofertas de Ferrari y Aston Martin tuvieran ahí un empate técnico.

“No he ocultado el hecho de que hay dos pilotos con los que me encantaría trabajar: Fernando y, por supuesto, Lewis”, añadió Newey. “No podía hacer ambas cosas, así que tuve que tomar esa decisión”.

¿Dejará Stroll trabajar y tendrá paciencia con Newey?

Por trabajo no se podrá quejar, porque un auto con base en la memoria es legal, pero deberá de tomar en cuenta que así como sus triunfos en tardaron un par de años en producirse y McLaren fueron casi inmediatos, en Red Bull, un equipo naciente, fueron cinco años de para germinar un campeonato.

Habrá que ver si Honda y todo el paquete que rodea a Aston Martin se alinean para que en 2026, con el nuevo reglamento de la F1, Newey deslumbre a la parrilla, como lo ha hecho antes.

Ahora, la motivación originaria de la pasión de Stroll por tener un equipo ganador es su hijo Lance. Un piloto mediano, que se ha dado conocer más por su inconsistencia y actitud de desdén, como de lo que es, el hijo de un millonario. El estereotipo perfecto.

Si Stroll pretende que Newey haga un coche que convierta a Lance en campeón del mundo, de lograrlo, peligrosamente se materializaría la teoría anti-F1 que asegura que con el mejor auto cualquier piloto, sin importar su talento, puede ganar el mundial. Eso será otra historia, por lo pronto, Newey tiene mucho trabajo por delante.